Diálogos cinéfagos / “Juego de Tronos” (David Benioff y D.B. Weiss, 2011-2019)


Ser Jorah Mormont (Iain Glen), en el clímax de su calvario.

Advertencia: este texto contiene spoilers.

PRIMER ACTO

Media tarde. Dos en el salón de casa, él tumbado en el sofá y ella en un sillón, están vestidos. Él consulta el móvil de vez en cuando. Ella teclea en un ordenador portátil. La tele encendida, sin volumen, emiten el programa “Más vale tarde” de La Sexta.

– (forzando de forma intencionada el error gramatical) Ni te se ocurra hacer spoiler.

– ¿Por?

– (las palabras inglesas las pronuncia él con voz nasal y acento inglés de Estados Unidos exagerado, como de western) Los haters te odiarán, te quitará visitas, te lo pido por la memoria de Cersei Lannister.

– ¡Qué sonrisa la de Lena Header!

– ¡Maléfica, y qué piel! Sin haberla palpado imagino la suavidad de su textura…

– Ni la palparás… Y no seas asqueroso.

– Asquerosos los guionistas. ¡Qué manera de andar en pelota picada por King’s Landing sin perder un ápice de dignidad! Ah, Cersei, que Dios la tenga en su gloria. Se quedó hecha cochafisco.

– ¿Sabes lo que pienso? Que la última temporada es de 2019 y la primera de 2011. Así que quien no la ha visto, tiempo ha tenido.

– Estoy muy de acuerdo. ¡Si hasta el político aquel que vino cuando ganó y se fue cuando perdió se la regaló a Felipe VI y Letizia por su boda! El de la coleta, digo.

– ¿Pablo Iglesias? ¿Por qué te cae tan mal? Y ya no tiene coleta. Y fue en 2014, regaló solo las cuatro primeras temporadas. Y no fue por su boda.

Es justamente esa perversión, esa falta de respeto al honor, esa venganza servida en plato frío, lo que atrapa de la serie. Se va superando desde que Jaime tira a Brandon por la ventana del castillo al final del primer capítulo.

ELLA

– “Juego de tronos” trata d….

– O “Games of Thrones”, si te pones pedante, que te veo venir. Y deja de mirarme así los pies.

– “Juego de tronos” trata del conflicto entre deber y razón, entre amor y deber, la razón y el amor. Amor, deber, razón, menudo triángulo equilátero. (Se viene arriba) Mira si no a Jamie Lannister (¡qué porte aún manco ese danés llamado Nikolaj Coster-Waldau!). Yo debo contar las cosas tal y como sucedieron, y me da igual si la bolchevique de Daenerys (Emilia Clark) me manda a uno de sus dragones. (Maliciosamente) Bueno, jeje, el único de los tres que le quedó. Por cierto, ¡qué arrebatadora primera secuencia la de Clark y al final, qué ojos de alucinada, esa mujer con ese peinado tan sexy conquistó varones en medio mundo!

– Vaya forma bella de morir el segundo dragón. Yo querría morir así.

– Sí, atravesado a flechazos en pleno vuelo. Aunque por la flota del subnormal aquel que pretendía ayuntamiento con Cersei. ¡Menudo looser! De todos los personajes de la serie, que son muchos, es el que está más claro que la va a palmar.

– El peor construido.

– El más tópico, ahora que lo pienso. O el único. Habla del suave declive de la serie en las últimas temporadas, preparándose para el inevitable final.

– A flechazos se desplomó el dragoncito por su culpa sobre el mar bajo un cielo tempestuoso. Y no eran precisamente de Cupido.

– ¿Recuerdas como fue el nuestro flechazo, mi amor? Si fueras capaz de parirlo, yo querría un dragón.

– Y tú de concebirlo. Probemos más tarde.

– ¿Y cuando crezca?

– Lo ponemos en la azotea. Y si alguien vuelve a hacernos daño, se lo lanzamos al grito de “¡Dracaris!”, o como demontre se diga.

– Nadie tuvo que gritar nada para que el último dragón fundiera de un mega eructo el Trono de Hierro. Buen momento ese.

– Pura poesía visual. Para mí es más fácil, “Juego de tronos” trata del poder. Y esa imagen representa acabar con el símbolo del poder que ha provocado todo, lo poco bueno y, sobre todo, lo mucho malo. Y lo destruye lo que no es otra cosa que un niño puro y libre, su hijo, con una capacidad destructora colosal, porque esa ansia de poder ha provocado todos los desvaríos y muerte de su madre. Esa escena es el clímax de la serie, vista en su conjunto.

– Y ese hijo quizás simbolice las nuevas generaciones, que huyen como de la peste del entorno hostil donde nacieron para refugiarse en la naturaleza, origen de todo. Y paz. Qué gran favor le concedieron los creadores de la serie (David Benioff y D.B. Weiss) a ese animalito de Dios, con qué majestuosa dignidad se pierde en el cielo gris.

– Lejos, muy lejos. Alejándose de cualquier vestigio humano. Y fíjate que el dragón deja vivir a Snow. ¿Por qué lo hará?

– Compasión. Otra de las cosas de las cuales estamos en falta. Menos soberbia y más saber pedir perdón. Para avanzar, para crecer, hay que saber perdonar.

– La serie está llena de momentazos.

– Mi preferido es la muerte del rey Joffrey (Jack Gleeson), me dio mucha pena por él, de tan perverso y malvado, me parecía buenísimo, un angelote. Ojo, angelote, no chucho.

Yo debo contar las cosas tal y como sucedieron, y me da igual si la bolchevique de Daenerys me manda a uno de sus dragones

ELLA

– Era un insatisfecho, como todos los sádicos. Un incapaz de hacer feliz.

– Querrás decir un desgraciado.

– Eso, sí.

– A mí me parecía muy divertido, como tus uñas. Me gustan.

– ¿Son bonitas, verdad?

– Mi momento es cuando Arya Stark (Maisie Williams) yace con varón por primera vez. Mira que tarda, eh, pero cuánta ternura.

– Pues la mayor frikada de la serie es que al actor que hace de Gendry (el amante) le resultó muy difícil besar a Arya, porque la conocia desde pequeña y la veía como una hermana menor.

– ¿En serio? Jajaja. Arya es una super heroína llamada a empresas mayores, el sexo enamorado puede ser una distracción para sus objetivos. O no lo ha descubierto, o no está entre sus prioridades.

– ¡Qué poco saben los hombres de las mujeres! Siempre con esa mirada paternalista y profundamente errada.

– (…)

– Lo bueno que tienen las series que duran años e incluyen niños es que los ves transformarse. Es que esa transformación, que siempre es caprichosa, se integra de forma obligada en el personaje, aportándoles grandeza normalmente.

– Es bonito verlos crecer, Brandon, Arya, Sansa, Jon…. que a mí me recordaba a mi primo Fernando.

– ¿El de Saro?

– Sí…

– (Después de un prolongado silencio) A mí hubo un personaje que se me perdió, el zorro aquel que regentaba el mejor burdel de King´s Landing y acabó pretendiendo a Sansa.

– Meñique (Aidan Giller). Es imposible ser tan manipulador y no acabar mal. Hay toda una teoría sobre su paradero.

– Ah, y me fascinó aquel castillo que daba a un abismo y solo bastaba empujar al díscolo para mandarlo a tomar viento, nunca mejor dicho. ¿Dónde se habrá rodado?

– En España no creo, en Sevilla fue toda la parte de los Martell. Y aquellas ruinas a las afueras de King’s Landing donde acordaron unirse todos para enfrentar a los Caminantes y su ejército de muertos.

– Ahí se suelta al muerto que cazaron antes de aquella batalla épica en el hielo. Qué bien introducidos están los muertos en la serie, de forma gradual, al principio descolocándote, después en todo su esquelético esplendor.

– Y el puente que debe cruzarse aún el el norte para llegar a Desembarco del Rey es el precioso de Córdoba. ¡Calla! ¡Y en Gerona nada menos que la catedral de Desembarco del Rey de la que sale Cersei como Dios la trajo al mundo, vilipendiada por la masa abyecta y vengativa, manipulada por aquella secta terrible liderada por el Gorrión Supremo. Aquí tienes más.

Ser Gregor Clegane, encarnado por Hafþór Júlíus Björnsson, es como Pedro Navaja, no se muere nunca.

ÉL

– Es horroroso cuando se usa el sentimiento religioso que tenemos todos y todas para manipular.

– Y todes. También representa la delicada línea entre el estar y no estar. Aquel episodio me recordó a Gadafi cuando lo lincharon como una rata, después de ser bombardeado por los helicópteros norteamericanos a las órdenes de Hillary Clinton. ¿Recuerdas?

– ¡Cómo me voy a olvidar! La historia a veces se escribe en un día. Lo mismo que pasó con Sadam Hussein, Ceaucescu. Temidos, venerados y ajusticiados como perros. Sin el boato de escoltas y uniformes, gente de a pie, como tú y como yo. Tres en uno. Por cierto, todavía no has arreglado lo de la llave de arriba, es nada más que echarle un poco de aceite.

– Menos impresionante de lo que pensaba fue el capitulo “La larga noche”, que tampoco me pareció una noche tan larga.

– Intensa sí. Menuda batalla, ¿cómo será eso de ser un soldado raso y estar en primera línea sin opciones a sobrevivir?

– Una putada, supongo. Yo me refugiaría en cualquier catacumba. Dicen que ese capítulo ha sido el más caro de la historia de la televisión. 15 millones de dólares.

– El dinero lo es todo en el cine.

– Todo no, pero mucho sí. Y no solo en el cine.

– Vale, casi todo. Pero a esas alturas la serie había entrado en barrena, desde la sexta temporada se hace más previsible. Aun así, debe terminarse. Es grande como La Montaña.

– Ese escachador de cráneos. Ser Gregor Clegane, encarnado por Hafþór Júlíus Björnsson. Yo tengo la teoría de que no murió cuando el Perro lo tiró con él desde lo alto de la Fortaleza Roja. Ese personaje es como Pedro Navaja, no se muere nunca. ¿Y qué me dices de los Dorathi? ¡Qué gran pueblo de secano! Esas hoces daban auténtico pánico.

Mi momento es cuando Arya Stark (Maisie Williams) yace con varón por primera vez, cuánta ternura

ÉL

– Unos auténticos burros a caballo. A mí la consuegra de Cersei me daba más miedo, qué vieja chocha tan simpática, y de qué forma tan digna terminó, disparando un último misil.

– Uno de los momentos para mí más flojos, en lo que a guion se refiere, es cómo se resuelve el momento de supremacismo religioso liderado por aquel tipo que parecía…

– El Gorrión Supremo (Jonathan Price). ¿Que parecía qué?

– Pues ahora te lo pongo, espera, que llega el Glovo. Vete leyéndote esto, es un buen ranking de los más pervertidos de la serie.

– (sola, hablando el voz alta) Es justamente esa perversión, esa falta de respeto al honor, esa venganza servida en plato frío, lo que atrapa de la serie. Se va superando desde que Jaime tira a Brandon por la ventana del castillo al final del primer capítulo de la temporada uno. Te deja muchas veces boquiabierta. Y a veces en estado de shock.

– De “Juego de tronos” el mayor valor es lo inesperado de sus giros – mientras fue el escritor quien guionizaba-.

ACTO DOS

Siguen conversando en la cocina. Mientras hablan, comen ensalada de rúcula con tomate y parmesano y empanadillas de carne con guacamole. Sobre la mesa, la bolsa del pedido de Glovo. Beben agua en los clásicos vasos de cristal.

– Pues el Gorrión Supremo parecía un abuelete feliz. O el mismísimo Papa Francisco.

– ¿El del anorak blanco? Lo acaban de ingresar por una obstrucción intestinal. Son muy iconoclastas en Juego de Tronos, no dejan títere con cabeza.

– A mí el Gorrión Supremo me recordó a un romano sacado de otra serie mítica, “Yo, Claudio”, ¿recuerdas?

– ¡Qué viejos somos, ay!

– Tú más que yo, yo estoy estupenda. Ni una arruga, mira (estira el cuello)

– Ya… ¿y qué me dices del Doctor Carmona? Se está forrando contigo.

– Es muy bueno. Volviendo al Papá Francisco de “Juego de tronos”, ¡qué miedo daba ese hombre en apariencia bondadoso y qué rápido se llegó volando al cielito! (Canta) Ese lunar que tienes, cielito lindo, junto a la boca…

– El fuego valyrio fue un gran invento. Con ese color verde tan característico.

– (Cantando) Verde olivo, verde rama. También es una bebida con base de whisky. Es, como los dragones, los caminantes blancos, el ejército de los muertos, de esos elementos fantásticos que hacían de la serie, no solo el Papa Francisco, volara, quiere decirse se elevara sobre lo terrenal.

– Ese momento de la serie fue interesante. Esos fanáticos religiosos, en medio de aquel caos, por un momento hasta parecían los buenos.

– Fueron capaces de hacer buena a Cersei.

– Que en paz descanse, quedó hecha cochafisco.

– Te repites. ¡y no te comas todas las empanadillas!

– El último capítulo, el sexto de la octava temporada, lo vi a sorbos, no quería terminarla. Así que, mientras estabas dormida, paraba después de cada secuencia y cuando la retomaba días más tarde, empezaba otra vez desde atrás. ¿Vamos a la cama?

– Pon primero el lavaplatos.

TERCER ACTO

Los dos en la cama con las piernas enlazadas, él solo un bóxer, ella en pijama.

– Fíjate que no hemos hablado de Jorah (Iain Glen), ni del grande de Tyrion (Peter Dinklage).

– Ni de Brienne de Tarth (Gwendoline Christie), muy vinculada a la saga Star Wars, por cierto. Una mujer muy interesante, aunque que se decida por Jaime Lannister habiendo enamorado al jefe de los salvajes….

– A mí también me decepcionó esa elección. Y no me parecía que los hombres fueran su objeto de deseo. Ese lío con el Lannister manco sirve más como redención a él. Tampoco lo entendí. Su gran porte y personalidad estaba destinado en mi opinión a amores mejores.

– Que bonito cuando por fin la hacen ser Ser, caballera digo.

– Se le pusieron ojos de corderito. ¿Y Tyrion?

– Martyrion lo llamo yo. Qué gran enano, sí, mente peclara, vinólogo y furciólogo, hasta que se le pasó.

– Furciólogo, me gusta.

– Era un experto, las cosas como son. Y qué escena esa en que le dice a Jon Snow lo que le dice, ya preso por orden de Daenerys, y preparándose para volver a ser el polvo de dónde todos venimos.

– Era un cachondo hasta que tuvo que tomarse la vida en serio, y Mano de Reina nada menos, errando en momentos clave, traicionándola. Un crack, vamos.

– Odio esa palabra. Me parece tan estúpidamente simplificadora. Debería castigarse su uso, aunque ahora, sin Podemos en la escena pública, será difícil conseguirlo.

– Ah, mira, otra enseñanza. Pobres mujeres de entonces, en esos mundos antiguos, condenadas a ser violadas o prostituirse. En el mejor de los casos, pasar desapercibidas. Qué crueldad, ahí sí que es verdad que la vida no valía nada.

– (canta) “La vida no vale nada / cuando otros se están matando / y yo sigo aqui cantando / cual si no pasara nada”. Fíjate que rima “nada” con “nada” y nadie se da cuenta. Qué talentazo Pablo Milanés.

¿Me permites unos minutos musicales? Mira qué cosa he encontrado.

– Venga, minutos musicales.

Me ha parecido tan increíble encontrarme este vídeo casero aquí que no he podido evitar ponerlo, por la gloria de Daenerys.

– Para talento el de Ramsey Bolton (Iwan Rheon) para torturar, desollar, castrar, ese hombre sí que era odioso, me preguntaba como moriría, porque estaba claro que iba a morir. Estoy de acuerdo en que es el más detestable de esta serie henchida de detestables entrañables.

– Sansa lo echa a sus feroces y voraces y hambrientos perros, una forma de las peores maneras de morir, cenado vivo por tus propias mascotas.

– (Cantando) Maneras de morir, maneras de morir… Muertes terribles las hay, unas cuantas . ¿Y el guaperas al que se mata en aquel duelo en Desembarco del Rey escachándole la cabeza?

– Ay, sí. La Montaña. ¡Todavía tengo el sonido del crujido metido en la cabeza! Es como un aullido.

– Amor y deber. Poder. Valor y heroísmo. De las frases favoritas es la que Arya Stark le dice al Perro saliendo de Invernalia después de que haya terminado la noche más larga y oscura.

– ¿Cuál es?

– “No me gustan los héroes”. Ella que fue la gran heroína de la batalla contra los muertos. ¡Qué grandeza de mujer! Y qué mal lo pasó con aquellos que se vestían de caras.

– Arya mola mucho.

– Y Sansa, pero ¡fuerte mujer trincada!

– Cada una en su papel. Sansa fue vilmente ultrajada, y por Ramsey Bolton nada menos. Cógelo, Cuco.

Sam Tarwell es el único rayo de esperanza que se permite la historia

ÉL

– Y Arya vengando, paso a paso, la muerte de sus padres y hermano mayor. Qué final ese de temporada, el mejor de todas, cuando son traicionados por el viejo Walder Frey, narizudo, granúo, lascivo y corrupto.

– Muerto el viejo, se acabó la rabia. Murió comiéndose a sus hijos, por cabrón.

– No me has hablado de Jon Snow (Kit Harington).

– En el momento que se escribe esta crónica espera su segundo hijo con Rose Leslie. Se casaron en 2018, los dos provienen de familias nobles inglesas y ella es la actriz que interpreta a la salvaje Ygritte, la pelirroja, la primera mujer con la que el que después se convertiría en Lord Commander del Norte yace.

– Saltándose todos los protocolos, pues a esos soldados el encuentro con mujeres les estaban drásticamente vetados. Fíjate que puede ser un nuevo mensaje de la serie. En el mundo, las normas, están para saltárselas.

– Por lo menos las que son manifiestamente anti natura, porque dime tú qué tendrá que ver una cosa con la otra.

– Cosas de maúros, al fin y al cabo, es lo que esos pueblos eran.

– Acabo de leer en el link que el noviazgo empezó, al parecer, en el rodaje de la serie. Y ahora que lo sé, lo relaciono con la mucha química que existía entre ellos en las escenas, trascendía la pantalla.

– Esas cosas, cuando ocurren, trascienden, sí,no me preguntes por qué, pero se perciben. A mí Snow me recordaba a mi primo Fernando.

– ¿El de Mari o el de Saro?

– ¿Otra vez? El de Saro, muchacha. Su resurrección fue otro punto de inflexión. Pensé: “si aquí pasa esto, en la serie puede pasar cualquier cosa que se les ocurra”.

– Sirvió para rehabilitar algo a la Bruja Roja, Melisandre (Carice van Houten), qué mujer, poderosa, peligrosa, incitó a matar a la pobre niñita tullida, quemada viva en la hoguera por su propio padre, Stannis Baratheon (Stephen Dillane).

– ¿Era necesaria la resurrección de Snow?

– Para enamorar a Daenerys Targaryen sí. Además, eso justifica esa lealtad que le mantiene hasta el final. Si ya has estado muerto… (entrelazan las piernas)

– … sabrás amar sin límites, hasta las últimas consecuencias. Algo parecido le ocurrió a Jorah, estaba desahuciado hasta que lo curó Sam Tarwell milagrosamente.

– Con Sam los guionistas fueron misericordiosos.

– Debía serlo, él fue la llave para vencer a los muertos.

– Pero dejaron vivir a su familia. Podrían haberlo convertido en un desgraciado. Es el único rayo de esperanza que se permite la historia en el lado de los humanos adultos.

– Sam es tan héroe como Jon y Arya, tan héroe que, escúchame bien lo que te digo, solo él y su mujer lo saben. Y Jon Snow, pero ese está bien lejos, repoblando el norte más allá del Muro.

“Juego de tronos” trata del conflicto entre deber y razón, entre amor y deber, la razón y el amor. Amor, deber, razón, menudo triángulo equilátero.

ÉL

– Sería bonita una película con Sam y Jon viejos, recordando juntos el pasado.Y enfrentándose a nuevas aventuras.

– Jon resucitado volvió para cumplir con su reina de los dragones, hasta que la muerte los separó.

– A mí cuando Jon la llamaba Dany me pareció que era un homenaje velado a “Grease”.

– ¿Por Danny Zuko?

– (Él la besa) Jorah es el unico vínculo, que yo sepa, de “Juego de Tronos” con Canarias.

– (Se deja besar) ¿Y eso por qué?

– Te lo cuento otra tarde, en el idioma común. Abrázame. (…) Más fuerte.

– Ven, este es el idioma común que prefiero. ¿Cómo está tu amigo? A ver…

Ella se quita la camiseta. El baja la cabeza hacia su torso y brazos, los besa, se abrazan.

– Eres brutal, como la serie…

– ¿Qué serie?

– … por la brutalidad que muestras y por lo insuperable.

– Hola, don Pepito, saluda a Josefa.

– Hola, señora Josefa, qué bien peinada ha venido a la cita.

– Sabía que iba a haber baile. ¿Te habías dado cuenta de que en “Games of Thrones” no hay…., ay, ay, … ni una sola escena de baile?

– Lo compensan con el homenaje a “Grease”. (Tararea) Sandy, can’t you see? Iaiaiaiaya! Oh, Sandy.

– (Agarrándole el pelo) ¡¡Oh, Danny!!

FUNDE A LENTAMENTE A NEGRO

Sin muertos, es más fácil atreverse a reconquistar el norte, beyond the Wall, más allá del Muro.

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