– Tara es Rosebud o el monolito, el lugar, real y mítico, que simboliza nuestra esencia, nuestro núcleo, nuestra razón de ser. Tara el de Scarlet O’Hara, Rosebud el de Charles Foster Kane y el monolito el de toda la humanidad.

– De ahí la importancia de la película de Kubrick.

– Has sido rápido. ¿Te pido otra cerveza?

– Por favor. 1924.

– Todos tenemos nuestra Tara, Rosebud o monolito, la mía se encuentra en una acequia de Firgas donde el agua, helada, fluye mansamente estirando las hierbas del fondo y croan las ranas. O croaban.

– Siguen croando, pero más arrinconadas.

– Adoro a esta Vivian Leigh en su último plano, eterno, de Gone With The Wind. Sapientísima, equivocadísima, humanísima, tiene toda la razón del mundo cuando concluye: “mañana será otro día”.

– La vida es tiempo.

– Así es. Y reivindico las películas no realistas, las que construyen grandes mentiras como poderosas verdades, al contrario de las que fingen estar reproduciendo fielmente la realidad. Buñuel lo tenía claro, y por eso le gustaba tan poco el neorrealismo.

– Amén. Yo reivindico otra cosa.

– ¿Qué?

– Que antes de marcharse el alcalde Augusto Hidalgo deje arreglado los innumerables desperfectos del asfalto de Las Palmas. El otro día se me desprendió el baúl de la moto en medio de la Avenida Marítima a 80 kilómetros por hora. Cayó a la carretera como una pelota de baloncesto. En el taller me dijeron que se rompió el tornillo, por los baches.

– Claro, tú te mueves en moto, como Tom Cruise.

– Pero yo con casco… Que Augusto no se vaya sin dejar eso arreglado. Cualquier día ocurre una desgracia.

– Amén al cuadrado.