
– El daño que el cierre de los cines Monopol ha hecho a Las Palmas no se ha medido bien aún.
– ¿Por qué lo dices?
– El mundo está lleno de películas que nos están diciendo “Tenéis que venir a verme” y, sin ese cine, solo tenemos opciones para las que nos lo dicen gritando.
– Está la versión original con subtítulos en español del Yelmo Las Arenas los martes.
– Ahora la oferta es intolerablemente limitada y, para más inri, desde el Ayuntamiento se las dan de ciudad de la cultura. Hay teatros, auditorios, museos, centros de arte, orquestas, todo 100% subvencionado con dinero público, decenas de millones de euros… ¿Por qué la exhibición regular de cine no sale del ámbito exclusivo de lo privado, como pasa con la del teatro, música, arte?
– ¿Qué fue lo que más te gustó de la película?
– Muchas cosas, la canción de Bill Callaghan, Itsaso Arana, bueno, todos los actores, porque ¿sabes qué, mi amor?
– ¿Qué?
– Que aquí el orden de los actores no altera el producto. Hasta Fernando Trueba lo hace bien aplaudiendo. ¿A ti qué te gusto más?
– Itsaso Arana es una suerte de Annie Hall 50 años después. Me gustó la cabecita de ella meando en el campo entre todo ese follaje.
– Parecía una coliflor brotando.
– Y Vito Sanz. Y el viaje en tren. Y el final. Jonás Trueba es el mejor director del cine español actual.
– De los que no se han ido a hacer las Américas, muy probablemente.
– Esos son muy buenos técnicos, pero Trueba es el más delicado y profundo.
– El más trascendente. Adoro ese naturalismo de campiña francesa.
– Tengo una teoría. Si en vez de 60 minutos dura lo normal, hay intercambio de parejas. La mirada del personaje de Irene Escolar al de Vito Sanz lo sugiere, sin duda. Sobre la otra pareja tengo mis dudas.
– ¿Y para decirme eso hacía falta que me pusieras la mano en el muslo?
– Buscaba mi Tara, mi Rosebud, mi monolito.
– A mí las citas leídas por esa voz de mujer no me gustaron, demasiado exigentes, no pude seguirlas.
– Nos vamos.
– ¿Te has enfadado?
– Me siento rechazado. Pero estoy bien. Ahora que los Monopol han dejado aquello hecho un erial tendremos que venir más a Madrid.
– O mudarnos. Como amigos que comparten piso.
– No hay mal que por bien no venga. ¿Recomendamos la película?
– Sí, y solo tenemos que decir una cosa.
– ¿Cuál?
– Decirles el título.
– “Tenéis que ir a verla”.
– “Venir” a verla.
– Eso mismo.
