Tríptico elemental de la serie argentina “El marginal”


1. Diosito ha tenido una vida entre penales, lo contrario a entre pañales, algodones, como se diga. Diosito no se sabe si es el personaje o el actor (Nicolás Furtado) pero no hay otro más grande en ese prodigio que es la serie argentina El marginal, imbatible en sus temporadas 1, 2 y 3. Su capacidad para mutarse es superior a la de los textos, que ya es grande. Las luchas intestinas del personaje atrapado por su pasado (“¡suéltame, pasado!”, añadiría Les Luthiers) componen un personaje emocionante, memorable.

Diosito

Junto a él, Morcilla (Carlos Portaluppi), demasiado expuesto con su risa famélica, jijiji; César (Abel Ayala), eso sí que es aguante al frente de lq Sub-21, con el negro y Pedrito (Brian Buley), que se aparece hasta en los viajes más locos de Diosito; el divino Tubito (David Masajnik), esas gafas que son las mejores de los tantos implantes de personajes de la serie, femicida, perturbador, un cero coma en la cloaca social; el bueno de James (Daniel Pacheco), Colombia, enamorado hasta las trancas de una luna 🌑 demasiado alta para él; qué momento el primer polvo de Moco (Lorenzo Ferro); ¿y qué me puedes decir de Bardo el puto (Ariel Staltari) que no se haya dicho ya?; ¿o de Benito Galván (Rodolfo Ranni)?; la serie contiene tantos detalles que declaro mi completa envidia a los guionistas. Ese placer no se paga con oro. ¡Qué bien se lo han tenido que pasar!

Marito

2. MarioBorges, por Jorge Luis el escritor, tiene, como Diosito, una parte divertida, en su caso pura resignación. Me alegro de que por este personaje inflexible en su brutalidad resolviendo quilombos, a su actor, Claudio Rissi, lo hayan puesto en un altar. Su drama es shakespeariano y se resuelve entre espasmos.

En el lado opuesto, ¿o es el mismo?, el nunca lo suficientemente bien ponderado Sergio Antín, flamante director de penales, cuyo peinado punkarra alerta sobre su verdadera condición. Una de las claves de la serie es la terrorífica imagen de inexpugnable corrupción que da del sistema penitenciario, en este caso argentino. ¿Es así o es peor el tsunami de las remil putas de la concha de su madre? Antín tiene tantos momentos de gloria en la serie que no se puede elegir uno. Gerardo Romano, que lo interpreta, es la cara B del primer single de Dios.

Gladys

3. La gorda Gladys (Ana Garibaldi), Emma Molinari (Martina Gusmán), Mecha (Joaquina Lerena), la jueza Piñeiro (María Leal), entre muchas otras, son personajes femeninos, todas sin la profundidad extrema de los protagonistas masculinos. Me quedo con la gorda, así como es, éramos y seremos. La escena garchando en el vis a vis con Marito es de lo mejor de la serie, me conquistó el corazón ♥️. Solemos olvidar el milagro que significa que el alma de otro, u otra (y junto con el alma, su cuerpo), pueda llegar a ser tuyo, de uno, nuestro.

Quique el Cuis (Diego Cremonesi) es la revelación de su temporada. “Piñata” y “Crocante”, dos hits que quedan para la historia. Me han dicho que han sido compuestas ex profeso para la serie. Yo me vi reflejado en el sorete del Cuis, aunque aún no haya envenenado a nadie. La secuencia cantando a la orden de los toques de campanilla del Sapo -¡larga muerte al Sapo!- es otro de los mil momentos mejores de la serie.

Abordar las situaciones límites más inimaginables, hacerte sentir como un presidiario en esos penales de mala muerte, llegar a sentir su pestilencia, entender que por cualquier cosa tú mismo puedes acabar allá, buchoneando que es gerundio, es otra de las claves del éxito de la serie. Ah, y Miguel Palacios (Juan Minujín) es un héroe con trazas del mismísimo Ulises.

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