Secretos muy confesables, Josué Ramos salta al largometraje con “Bajo la rosa”


«Bajo la rosa» suma una treintena de selecciones y 14 premios internacionales desde su estreno en marzo pasado. Su protagonista es Pedro Casablanc, quien encarnara a Luis Bárcenas en la película “B». La ópera prima del tinerfeño Josué Ramos costó 15.000 euros pagados con los ahorros del propio director. Su próxima cita es el Oaxaca Film Fest mejicano, a principios de octubre. Esta entrevista con Josué Ramos la publiqué el sábado 16 de septiembre en La Provincia, donde fue portada de su suplemento de Cultura. 

De izquierda a derecha, Elisabet Gelabert, Pedro Casablanc y Zack Gómez, tres de los cuatro protagonistas de «Bajo la rosa». / OAC

Sacar adelante un largometraje de hechuras industriales, es decir, vocación comercial, con apenas presupuesto, 15.000 euros aportados por el propio director, es un reto donde lo difícil es salir indemne, como pretender ganar las 24 Horas de Le Mans conduciendo un kart pasando desapercibido durante la carrera. Y es que donde el profesional se mide verdaderamente como un director competente es saltando al campo con una obra que busque llegar a un público amplio usando el lenguaje que todos los espectadores entienden. Es la forma de demostrar capacidad y obtener nuevos apoyos antes de encarar retos mayores. La mayoría de festivales de cine en el mundo entiende el valor de apoyar el trabajo de estos profesionales independientes.

Josué Ramos (Santa Cruz de Tenerife, 1980) es escritor, director, montador y director de fotografía de «Bajo la rosa», un largometraje de misterio que se desarrolla casi íntegramente en una casa con cuatro personajes y un secreto que irá revelando nuevos secretos. La empatía con la historia la siente cualquier espectador que sepa reconocer sus propios secretos inconfesables. ¿Quién no los tiene? Junto con el visionado del filme es buena ocasión para repasar nuestros propios secretos íntimos y reflexionar sobre la función que realizan en nuestro crecimiento como persona. En la película de Josué Ramos, esta familia camino de la extinción finalmente evoluciona. De las cosas más originales del filme es que no cierra su significado tras el último plano: lo hace cuando, tras ver la película, miras con detenimiento el cartel, pues la imagen encierra la clave del enigma que plantea.

Escribir una trama que haga verosímil y poco previsible su desarrollo, avanzando añadiendo interés a la historia, dirigir además la puesta en escena y dirección de actores al tiempo que mantener el control sobre la iluminación y operar la cámara, realizar además el montaje de la pieza, son virtudes para las que son necesarias, sobre todo, mucha vocación y notables conocimientos técnicos. En lo tocante a la dirección de fotografía, la de Josué Ramos fue una responsabilidad que le llegó de forma involuntaria: “Lo más duro sin duda fue el rodaje, pues tres días antes de comenzar nos quedamos sin todo el departamento de cámara: director de fotografía, ayudante de cámara, foquista y eléctrico. Es a lo que te arriesgas cuando no puedes pagar al equipo”, explica respondiendo a un cuestionario por correo electrónico. “Ya tenía alquiladas las localizaciones y preparado todo lo demás, así que decidí ocuparme yo mismo de la iluminación y también de manejar la cámara y el foco. Además de eso, el proceso de dirigir a los actores se hacía un poco más complejo de lo normal en el caso de “Bajo la rosa”, ya que los actores no sabían lo que iba a ocurrir mientras filmábamos”.

La película, de 99 minutos, está protagonizada por Pedro Casablanc, Ramiro Blas, Elisabet Gelabert y Zack Gómez. Casablanc es su principal reclamo. Es el actor que encarnó de forma magistral a Luis Bárcenas en la película “B” (David Ilundain, 2015) sobre la declaración del ex tesorero del PP ante el juez Pablo Ruz en 2013. En lugar de escribir un guión convencional para distribuir entre todos los actores, Ramos escribió uno personalizado para cada personaje en el que solamente les daba su información. “Así ignoraban lo que harían los demás. Además de eso, les suministraba únicamente las indicaciones para la siguiente escena que íbamos a rodar, por lo que nadie sabía como acabaría la historia. Esta forma experimental de trabajar fue con la intención de conseguir unas interpretaciones más frescas y creíbles. Es un proceso mucho más orgánico, en el que tienes que estar muy alerta para captar la verdad que cada momento te brinde”.

A la izquierda, Josué Ramos; derecha, el cartel de la película. / OAC

Antes de “Bajo la rosa”, Josué Ramos se había fogueado en publicidad con su propia agencia en Tenerife y después en Madrid en el mundillo audiovisual profesional con trabajos en Televisión Española y la distribuidora Warner, elaborando campañas publicitarias de películas. En paralelo, fue compaginado su trabajo con la escritura y realización de cinco cortometrajes, que han obtenido premios y selecciones en festivales como Sitges, Málaga o la plataforma de Internet Notodofilmfest. “Bajo la rosa”, su ópera prima, fue estrenada en marzo del 2017. En Canarias ha sido estrenada en Tea, Tenerife Espacio de las Artes, el 26 de julio pasado, y el evento Cine+Food (Gran Canaria), el 1 de septiembre pasado.

“Empezamos a recorrer festivales en marzo y hasta la fecha llevamos una treintena de selecciones y 14 premios internacionales”, dice Ramos al tiempo que prepara la comunicación a través de su página en Facebook de una nueva selección, esta vez en el festival de cine de Bogotá. “Guardo muy buenos recuerdos de nuestro estreno en España en el festival de León, donde el equipo vio “Bajo la rosa” por primera vez y además nos llevamos el premio a mejor película”. El filme se verá el próximo mes de octubre en Méjico, en el Oaxaca Film Fest, del 6 al 13 de octubre. “Es uno de los festivales independientes más influyentes, que además cuenta con el apoyo de Sundance. Además, aprovecharé el viaje para acudir también al Feratum Film Fest, que es la mejor cita de cine de género en Méjico, donde también estamos seleccionados. En las mismas fechas tenemos el festival de San Diego en California y el de Alejandría en El Cairo”, afirma. Ramos está realizando la distribución por festivales por medio de Promofest, “de las mejores distribuidoras del país. Me encanta el ambiente de festivales y las conexiones que se hacen en ellos, así que procuro ir a todos los que puedo”, dice sobre su vida estos últimos seis meses.

Más cine de género

“Bajo la rosa” es, además, exponente del cine de una tendencia cada vez más asentada en los jóvenes, el cine de género donde el principal reto innovador está en encontrar la originalidad en la historia y su desarrollo a través de un guión que atrape y sorprenda. “La idea para “Bajo la rosa” nació a principios del 2015”, dice Ramos”, “después de que se cayera otro proyecto de largometraje que llevaba preparando durante dos años. Un mes antes del rodaje los inversores me dejaron tirado de un día para otro, decidieron que pagar la mitad de lo acordado al equipo era más que suficiente. Así que decidí que iba a escribir un nuevo guión que pudiera sacar adelante con mis medios. Barajaba una idea sobre una desaparición y otra sobre un misterioso hombre que se alimentaba de los secretos ajenos, me pareció interesante mezclar los dos conceptos”.

La película la financió el propio Josué Ramos con 15.000 euros que tenía ahorrados. “Aun así, la realizamos en formato de cooperativa, tanto el reparto como el equipo técnico fueron coproductores de la película, aportando cada uno su trabajo en lugar de dinero y siendo partícipes de los beneficios que genere tras su estreno. El coste real de la producción es bastante mayor”. De los momentos del filme, su director prefiere la escena entre el hombre de negro y el joven Alex, cuando este último le desvela su secreto y debe pagar su culpa con una zanahoria que él mismo debe elegir de las que hay en la nevera. Y del momento que vive el cine en Canarias, a pesar de que lleva 6 años afincado en Madrid, afirma: “Sigo con interés el desarrollo del sector en las islas. Me parecen muy interesantes tanto los incentivos fiscales como el fondo de la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) y las ventajas que ofrece Zona Especial Canaria (ZEC), que atraen a muchas producciones extranjeras. Es el caso de la llegada de los grandes estudios norteamericanos desde hace unos años y sus producciones multimillonarias, que nos están dando una promoción y proyección internacional estupendas”.

Ramos se define partidario de un cine “que haga partícipe al espectador de forma activa para que saque sus propias conclusiones, que sea él quien rellene los huecos. Soy mucho de intriga y terror psicológico, no de sustos, pero, independientemente del género, si algo le pido a una película, es que me cuente una buena historia que no me deje indiferente. Me gusta el cine intenso, que te remueve y consigue afectarte de algún modo. Si tuviera que decir mi peli favorita quizás sería “El resplandor” (1980), de Stanley Kubrick, que también es el director al que más admiro”.

Sobre sus próximos proyectos, el director tinerfeño se declara “totalmente inmerso en el proceso de escritura de una nueva película. De momento no puedo adelantar mucho, pero trata sobre los mecanismos con los que intentamos afrontar situaciones para las que no estamos preparados y, por supuesto, elementos como el misterio, la tensión y el shock estarán muy presentes. Es una historia que podría rodarse en las Islas perfectamente. Sería algo que me encantaría, aunque todavía hay mucho camino que recorrer”, concluye.

Ramiro Blas, en un momento de «Bajo la rosa». / OAC

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