Diálogos cinéfagos / «Una mujer fantástica» (2017) – Sebastián Leilo


Daniela Vega interpreta a Marina en la quinta película de Sebastián Leilo. que ganó el Óscar a la mejor película en lengua no inglesa en 2018.

– No sé como explicarlo.

– Ve al grano, por favor.

– Hay un cine que está sobrevalorado. Sería largo de explicar por qué. Pero básicamente los festivales necesitan programar y las 30 películas realmente buenas que se realizan cada año….

– ¿Solo 30? Entre ellas, “Benito Perez Buñuel”…., hehehe.

– No he oído hablar de ella. Pues que esas 30 están copadas por los festivales más importantes. Un día alguien debería hacer un estudio de la industria festivalera, financiada con fondos públicos en su amplia mayoría.

– Las películas también lo son.

– Cierto, pero sin el control económico de las películas, que están sometidas a exigentes auditorías. Los festivales, muestras, certámenes que las exhiben sin embargo no. Hay miles en el mundo, miles.

– ¿Miles?

– Miles Davis, sí. Y dirigidos casi siempre por gente que nunca ha hecho una película.

– O sea, me estás queriendo decir que la festivalera chilena “Una mujer fantástica” , de Sebastián Leilo, te decepcionó.

– Mucho. Había visto la que lanzó a la fama a Sebastián Leilo, su director, “Gloria” (2013), con una inolvidable Paulina García. “Una mujer fantástica” fue una de las pelis del año del circuito independiente mundial en 2017 y, vista hoy, solo cinco años después, es un claro ejemplo de cine inflado, sobrevalorado.

– Explícate mejor.

– Para empezar, lo que cuenta es una bobada, la discriminación de una travesti o una transexual por sus amores con el tipo de una familia bien, el rechazo de la sociedad más intolerante…, eso está más visto que el tebeo.

– ¿Pero entonces cómo es posible que haya ganado el premio al mejor guion en el festival de Berlín?

– Condescendencia. Los alemanes arrastran un enorme sentimiento de culpa por los muertos de las dos guerras mundiales, especialmente de la segunda. Para limpiar su conciencia, suelen premiar el cine político proveniente de países para ellos subdesarrollados, Sudamérica, Irán…. Pero en realidad es cinismo, pues los ven por encima del hombro. Es una forma de malsana caridad, si quieres.

– ¿Y qué me dices del Óscar? Lo ganó.

– Si ir más lejos, este último año lo ganó otra bobada, la japonesa “Drive My Car”, supongo que por influencia de los lobbies.

– Pues acaba de saberse que en el próximo festival de San Sebastián le van a entregar el Gran Premio de la Crítica.

A eso me refiero, lobbies. Los críticos son muy… no lo voy a decir, es vox pópuli. En el caso de “Una mujer fantástica” seguramente su país, Chile, compró más voluntades, en los festivales y mercados sus delegaciones hacen un trabajo muy agresivo. Te aseguro que dos de las cuatro candidatas de aquel año, «The Square» (Ruben Östlung) y «Sin amor» (Andréi Sviáguintsev) son incomparablemente mejores.

– ¿Vamos a la playa?

– La película está bien empacada. La actriz Daniela Vega funciona. El director tiene habilidad para encuadrar, planificar las secuencias, pero es solamente un seductor que, llegado el momento de la verdad, gatillazo.

– Qué obsesión tienen los hombres con ese tema.

– Por momentos, recuerda a Hitchcock en la atmósfera. Leilo ha dicho que Buñuel es inspiración, pero Buñuel le queda muy lejos. Me recordó a Almodovar en el estilo fotográfico. En la luz, los colores, pero precisamente el guion, que fue lo que se premió en Berlín, está lleno de lugares comunes.

– La playa sí que es un lugar común, por la mucha gente que le da uso, cada uno a su manera, todos casi desnudos y respetándose, la República Independiente de la Playa, la llama un tipo, hehehe. Voy cogiendo la cesta, si quieres seguir con la perorata, cuentasela a esa guiri que pasa.

– Está producida por los hermanos Larraín, Pablo y Juan de Dios, la voz principal del cine chileno de los últimos quince años. Interesantes e irregulares, en 2016 hicieron una “Jackie”, basada en la figura de Jacqueline Kennedy, espeluznante.

– ¿De mala?

– Así es. Un soberano coñazo, nada menos que con Natalie Portman de protagonista. Entre las características del cine que propugnan está precisamente dar una vuelta de tuerca a la escritura de guiones, mostrando los momentos que el guion más académico no enseñaría y al revés, elidiendo lo que serviría para que el espectador no tenga dudas con la historia que se le está contando y para que esta avance. Una majadería.

– ¿Entonces aquí hay cosas de las que no te enteras?

– Así es. En este caso no te deja claro si Marina es una chiflada asesina o una enamorada. Esa planificada ambigüedad es parte de la estrategia de hacer espectadores adictos. Es un coitus interruptus que te genera más gana de volver.

– Y dale con el sexo.

– Y el espectador que señale que no ha entendido bien, se le trata con superioridad y una cierta indulgencia, haciéndolo sentir como menos inteligente.

– Hoy volvemos a Las Palmas, ¿te ha cundido el todo incluido?

– Hehehe. ¿Playita?

– No sé qué decir. Llegas en régimen de todo incluido y sales todo abollado habiéndote saltado el régimen.

Cartel de la película «Una mujer fantástica» (Sebastián Leilo, 2017)

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