En 2012, coincidiendo con la celebración de las 60 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, publiqué en La Provincia este reportaje sobre los hitos del cine en Canarias en este festival. Hoy lo comparto en este blog por la noticia de la primera selección de una película de producción canaria en la sección oficial del festival, «Evolution«, de Lucile Hadzihalilovic (España, Francia y Bélgica), con la canaria Volcano Films, de Sebastián Álvarez, como productora española y filmada mayoritariamente en Lanzarote. La noticia había pasado desapercibida en el gremio del cine y periodistas, canarios y de ámbito nacional. El propio festival donostiarra presentó el filme dentro del apartado de películas internacionales. La publicación de la noticia el pasado domingo ha sido compartida hasta este momento por más de 2.500 cuentas de Facebook. Antes de reproducir el texto de 2012 comparto con todos este texto que envié al periódico el sábado pasado y que no se públicó por motivos de espacio:

Foto del rodaje del equipo de «Evolution» en Tenasar (Tinajo). Lucile Hadzihalilovic, en el centro, con gafas y camisa de cuadros; Sebastián Álvarez, en la esquina superior derecha. / Volcano Films / OAC
«Según subrayan desde Volcano Films, se trata de la segunda película de Lucile Hadzihalilovic. “Su primer filme “Innocence” (2004), ganó el premio Nuevos Directores en el festival de San Sebastián. Estamos pendiente de la confirmación de su presencia también en el Toronto International Film Festival (TIFF)”. Hadzihalilovic se estrenó como directora en 1996 con el mediometraje “La bouche de Jean-Pierre”, de 52 minutos, que obtuvo premios en festivales como Clermont-Ferrand y Amiens. Tras el cortometraje de seis minutos “Los chicos buenos usan condones” (1998) llegó “Innocence”, con el que además de en San Sebastián fue premiada en Amsterdam, Estambul, Neuchatel y Estocolmo. Su siguiente filme, y último hasta la fecha antes de “Evolution”, fue el cortometraje “Néctar” (2014), de dieciocho minutos. La relación de Lucile Hadzihalilovic con el festival donostiarra ha sido intensa. Participó como invitada dentro del ciclo retrospectivo “La contraola, el novísimo cine francés” en la 57 edición. Ese mismo año fue miembro del jurado Kutxa-Nuevos Directores, junto con Daniel Hendler, Antonio Gasset, Saffron Burrows y Borja Cobeaga.
Volcano Films, con sede en Santa Cruz de Tenerife, creada en 1994, es una de las productoras de referencia en cine de las Islas desde hace dos décadas. Su productor, Sebastián Álvarez, se dio a conocer por su papel de director de producción en el cortometraje “Esposados” (Juan Carlos Fresnadillo, 1996), primero español en ser nominado a los Premios Oscar de Hollywood. La empresa ha combinado los trabajos de servicio para empresas que eligen Canarias como lugar de grabación de spots publicitarios (su principal fuente de ingresos), con la producción de cortometrajes propios y participación en largometrajes. Ha sido la productora canaria de “Intacto” (Juan Carlos Fresnadillo, 2001) y “Caótica Ana” (Julio Médem, 2007). También ha sido coproductor de “La hora fría” (Elio Quiroga, 2006) y “Maresía” (Eduardo Martinón, 2015). Entre los cortometrajes que ha producido destacan “El plan” (Eduardo Martinón, 2004), “Rutina” (Sebastián Álvarez, 2008), “Las gafas” (Alberto García, 2008) y «Voice Over» (Martín Rosete, 2011). Con este último fue nominado a los Premios Goya. En 2014, Sebastián Álvarez fue el director de producción en Canarias de “Exodus: Dioses y Reyes” (Ridley Scott), filme rodado mayoritariamente en la isla de Fuerteventura y que, según el productor en entrevista concedida en diciembre pasado a La Provincia, “dejó en las Islas 19,5 millones de euros”.
El péplum hispano italiano sobre la conquista de Gran Canaria “Tirma” (Paolo Moffa, Carlos Serrano de Osma, 1956) supuso el primer hito del cine de Canarias en el festival de San Sebastián. Fue elegida para clausurar su segunda edición (1955). Pasarían 35 años hasta que el productor y director vasco Ramón Saldías, entonces afincado en las Islas desde hacía una década, participara en la cita con su primer largometraje, “El camino dorado” (1980), en la 27 edición. En 1994, el canario Andrés Santana logró lo que pocos productores españoles han conseguido, llevarse la Concha de Oro de San Sebastián con la película “Días contados”, dirigida por Imanol Uribe. Fue en la 42 edición del Zinemaldia. El siguiente hito en San Sebastián relacionado con Canarias se lo debemos a Juan Carlos Fresnadillo. El tinerfeño inauguró la 59 edición con su película “Intruders”, protagonizada por Clive Owen. Otras participaciones destacadas de canarios en San Sebastián son las de los directores Félix Sabroso y Dunia Ayaso, habituales en el certamen. Lo han visitado presentando cuatro de sus películas en secciones no competitivas: “Perdona Bonita, pero Lucas me quería a mí” (1997), “El grito en el cielo” (1999), “Descongélate” (2004) y “La isla interior” (2009). También sin participar a concurso, han estado en la cita donostiarra los filmes “Buried” («Enterrado«, Rodrigo Cortés, 2010), primer filme producido por Adrián Guerra, en la edición 58; y “Edificio España” (Víctor Moreno, 2012), en la 60 edición del festival.»
Lo demás lo puedes leer en la noticia online y en el texto que siguende 2012:

Imágenes con algunas de las presencias del cine en relación con Canarias en el festival donostiarra. / OAC
Me cito con el productor de cine Andrés Santana (Las Lagunetas, San Mateo, 1949) en el mismo hotel donde se alojó cuando le dieron la Concha de Oro por “Días Contados” en 1994, en la 42 edición del Zinemaldia. El hall del emblemático María Cristina a estas horas del mediodía está tomado por un ejército de gentes del cine. «Recuerdo que el pase de la película fue polémico. Los proetarras la patearon. La anécdota fue que la actriz Candela Peña también la pateó porque pensaba que eso significaba que la película gustaba. La crítica favorable de El País al día siguiente fue colgada por las calles de la ciudad junto con un pasquín que la denunciaba». En “Días contados” se hablaba de ETA, pero desde una óptica nueva. Los terroristas empezaban a dejar de ser tratados como héroes. “Era también una película de avanzadilla de una nueva generación de actores. Carmelo Gómez casi empezaba en cine tras “Vacas”, de Julio Medem. Era la primera película de Ruth Gabriel. Y Candela Peña y Elvira Mínguez eran poco conocidas”. Es curioso que la película fotografiada por Javier Aguirresarobe con la que Santana ganó la Concha de Oro fuera también decisiva para otro grancanario de nacimiento. Javier Bardem (Las Palmas de Gran Canaria, 1969) despuntaba desde “Jamón, jamón” de Bigas Luna y con “Días contados” ganó la Concha de Plata al Mejor Actor.
“Días contados” pasó a la historia del cine español también por ser la primera con un innovador trabajo de casting detrás, al frente del cual estaba Paco Pino, ya fallecido. Santana recuerda que él e Imanol Uribe, director y coproductor, se volvieron a Madrid tras el pase a principios de la semana. Días más tarde recibieron una llamaba de la organización. «Teníamos premio, pero no sabíamos cuál. Por el camino paramos en el bar Landa, en Burgos, y nos encontramos con Fernando Trueba. De forma indirecta nos dijo que teníamos la Concha de Oro». El premio supuso un hito en el meteórico ascenso de la carrera del productor canario en los noventa tras “El rey pasmado” (Imanol Uribe, 1991). Al año siguiente “Secretos del corazón” (Montxo Armendáriz, 1996) lograría la nominación al Oscar de Hollywood. «Esta profesión es como un ascensor. Sube y baja. Para mí significó el reconocimiento a un trabajo bien hecho. Algo que te obliga a mantener un nivel al que no puedes renunciar de ahí en adelante». Le pregunto por las repercusiones del premio en taquilla. “No mucha. Hasta los Goya del año siguiente la película había hecho 100 millones de pesetas. Eso entonces era ni frío ni calor.” Fue tras los ocho Premios Goya (entre ellos la Mejor Película) y las 19 nominaciones (récord de la Academia del Cine hasta hoy) cuando la película se disparó. “Hacía 30 millones cada semana. Llegó a los 300 millones. “Días contados” fue la primera del cine en España para la que premios Goya significaron un gran revulsivo en taquilla. Desgraciadamente, hoy ya no es así”.
Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967) me atiende por teléfono. Yo ando entre dos aviones, en tránsito de Gran Canaria a San Sebastián en la T4 del aeropuerto de Barajas. Él entre dos reuniones. Prepara su próxima película. El cineasta tinerfeño logró el año pasado, en la 59 edición del festival, inaugurar el certamen con la película “Intruders”, protagonizada por Clive Owen, Carice van Houten, Pilar López de Ayala y Daniel Brühl. “Fue uno de los grandes momentos de mi carrera. Y el mejor arranque imaginable para la película en el mercado en español, pues San Sebastián es uno de los festivales mas importantes del mundo. Cuando me lo propusieron tuve un recuerdo de mi niñez. Recordé que La guerra de las galaxias (George Lucas, 1977) había inaugurado el festival aquel año”. Le pregunto por las impresiones durante el fin de semana que duró aquella estancia con todo el elenco de la película. “Estaba muy nervioso, pero el encuentro con el público y la gente de la industria fue muy intenso y positivo. Le tengo un especial recuerdo por la presencia de Enrique Urbizu, cuya película “No habrá paz para los malvados” participaba en la sección oficial. Urbizu había estado en el jurado presidido por Jack Cardiff que dio a mi cortometraje “Esposados” el premio al Mejor Cortometraje en el festival de Gijón”. Fue el pasaporte para convertirse al año siguiente en el primer cortometraje español nominaciones para los premios Oscar.
56 años atrás, en 1955, una película que contaba la historia de la conquista de Gran Canaria, «Tirma» (Paolo Moffa, Carlos Serrano de Osma, 1956) , clausuró el II Festival Internacional de Cine de San Sebastián, un evento que entonces echaba en falta la presencia de estrellas internacionales. Sí estuvieron presentes actores y actrices españoles como Fernando Rey, Paco Rabal, Carmen Sevilla, María Asquerino y Paquita Rico. Todo esto lo sabemos por el coleccionista Luis Serrano, que aportó valiosos recortes de la prensa de la época para mi proyecto “Salvar la memoria: 50 años de Tirma y Moby Dick”. Y más, la segunda jornada del festival se proyectó el documental “En la luz de la Gran Canaria”, filmado por el equipo español que permaneció en la Isla tras el rodaje de “Tirma”. Pero la verdadera atención estaba en el estreno de la primera gran producción del cine hispano-italiano de la historia. Según se lee en las crónicas, la mujer del dictador, Carmen Polo, asistió con sus hijos a la proyección. Franco contaba con residencia veraniega en la ciudad. Previamente Carlos Serrano de Osma, codirector, había ofrecido un cocktail a periodistas en un restaurante de la calle del Puerto del casco viejo.
Paradójicamente, esa proyección quizás fue lo que condenó al filme al ostracismo en nuestro país. La película, que terminó siendo un péplum italiano, no solo mostraba hombres y mujeres semidesnudos. Más peligroso a ojos del poder era que no presentaba buenos ni malos entre castellanos conquistadores y canarios conquistados. “Ese es uno de los aspectos en los que el guión de la película falla, aunque a mí es lo que más me gusta. Y lo único que a mi juicio la salva”, me confesó un día Jesús Franco, profundo conocedor de sus vicisitudes por la estrecha relación que tenía con el matrimonio formado por José María Rodero y Elvira Quintillá, ambos actores del filme. Lo cierto es que un año después “Tirma” se estrenó en salas de España sin pena ni gloria. Ni siquiera en Canarias, donde la expectación era importante, duró más de un par de semanas. Mientras, la carrera comercial internacional fue mejor. Despojada de los peros que canarios y el poder político de la dictadura podrían poner al filme -los primeros por la falta de veracidad histórica, los segundos por ideología- la película protagonizada por Silvana Pampanini y Marcelo Mastroianni se veía con total normalidad en el resto del mundo como una muestra más del exotismo serie B que el cine italiano exportaba en los años 50 del siglo pasado.
Pero “Tirma” no era una película canaria. Un cuarto de siglo debió pasar para que en 1979, en la 27 edición, “El camino dorado”, película del director vasco afincado en Canarias desde 1970 Ramón Saldías (Bidart, 1938) lograra el hito de ser el primer filme canario de la historia en participar en el festival. De su paso por el Zinemaldia recuerda que se exhibió en la sección Nuevos Realizadores, que Fernando Trueba «la machacó en sus crónicas de entonces para el diario El País» y que fue presentada por Javier Aguirresarobe, el director de fotografía español, hoy con residencia en Los Ángeles. También, que algunos años más tarde desde la dirección de Filmoteca Canaria hubo quien puso empeño en quitarle el mérito de haber sido el primero. ¿Las razones? Incompetencia, ignorancia, abuso de poder, prepotencia. La misma causa, el mismo culpable, que propició que 24 años después, Ramón Saldías, uno de los pioneros del cine profesional de Canarias, hiciera las maletas y regresara al País Vasco depositando todos sus fondos fílmicos en la Filmoteca Vasca. Hoy vive en San Sebastián.