Juan Cano (Nono), productor de Sur Film: «Aliados», con Brad Pitt, Marion Cotillard y Robert Zemeckis, llegó a Gran Canaria por el Gabinete Literario»


El productor Juan Cano («Nono» entre los del gremio del cine) es uno de los principales artífices de que Canarias haya acogido las mayores superproducciones de Hollywood de su historia. La última fue «Aliados» («Allied«), dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Brad Pitt y Marion Cotillard. Un rodaje que puso patas arriba la ciudad de Las Palmas en mayo pasado, sin par desde en esta ciudad desde que recibiera a John Huston y Gregory Peck para filmar «Moby Dick» hace 62 años. La semana pasada el estudio Paramount, la productora Sur Films y representantes públicos dieron en rueda de prensa conjunta la cifra de gasto del rodaje en Canarias, en torno a 12 millones de euros, 11 en Gran Canaria (donde se filmó en 4 jornadas de rodaje) y 1 en Fuerteventura (que acogió tres días de filmaciones).

La entrevista a Juan Cano dio para muchos titulares, estos son los que más destaco: “Si España cumple y devuelve en los plazos previstos el incentivo fiscal de «Juego de Tronos» y «Jason Bourne», a Canarias podrá venir lo más grande” /  “Soy canario y también formo parte del gremio del cine canario. ¡Tenemos la oportunidad de trabajar con los mejores, cómo vamos a decirles que no!” / “El compromiso desinteresado de mucha gente de Las Palmas con nuestro trabajo me impactó, no lo he visto en otras islas” / “En estas películas exigir comparecencias de prensa durante la filmación es imposible”

Un fragmento de la entrevista como fue publicada en La Provincia, con fotografía de Juan Cano a cargo de Juan Carlos Castro. / OAC

Un fragmento de la entrevista como fue publicada en La Provincia, con fotografía de Juan Cano (Nono) por Juan Carlos Castro. / OAC

Sur Film, la productora canaria de la que Juan Alberto Cano Trujillo (Adeje, 1969) es pruductor ejecutivo, tiene ya confirmada la grabación de las series de televisión de la BBC «Doctor Who«, a mitad de julio en Valencia, y «Silent Witness«, durante un mes en Tenerife. Le pregunto si seguirán viniendo más superproducciones de Hollywood a Canarias. “Hace un año hablamos por primera vez y habían venido cinco”, contesta el tinerfeño. “Y recuerdo que dije: “vamos a seguir adelante”. Hoy ya son ocho. No hay nada seguro. Cuando terminamos el rodaje de «Jason Bourne» (Paul Greengrass) con Matt Damon en Tenerife el año pasado, habíamos arrancado ya la preparación de «La momia», y hasta yo mismo lo daba por seguro. Iba a ser nuestro triplete con la Universal, con quienes trabajamos ya en «A todo gas 6» (Justin Lin, 2013) y «Jason Bourne», después de haberlo conseguido con la Warner, con «Furia de titanes» (Louis Leterrier, 2010); «Ira de titanes» (Jonathan Liebesman, 2012); y «En el corazón del mar» (Ron Howard, 2015). De repente, mientras disfrutaba de unas mini vacaciones en Navidad en Estados Unidos me llaman para decirme que Tom Cruise había entrado como productor en el proyecto, que habían revisado el guión y que Canarias ya no cabía. Imagínate. Por suerte, la productora de «La momia» me presentó a continuación al productor de «Aliados».

Y continúa el productor: «Por lo tanto, no puedo confirmarte que proyecto vendrá, pero sí que Sur Film no va a parar hasta entrar en uno nuevo. También, que es mérito nuestro haber creado con estas películas un efecto llamada de Canarias como plató de rodajes real para todo tipo de localizaciones. Porque si se demuestra que una gran producción puede rodar, las demás saben que tienen el camino hecho. Algo parecido ha ocurrido en Namibia con el rodaje de «Mad Max: Fury Road» (George Miller, 2014). De ser un país fuera del punto de mira, hoy todas las grandes publicidades quieren hacerse ahí”.

Primero fue la Warner, después la Universal y ahora la Paramount, por primera vez en Canarias con «Aliados», película que supera los 100 millones de dólares rodada en 77 jornadas, 7 de estas en Canarias, 4 en Gran Canaria y 3 en Fuerteventura. En la capital grancanaria el equipo de efectos visuales rodó planos también el lunes 23 de mayo. Juan Cano juega en el póker del cine en Canarias con un trío de ases bajo la manga.

¿Tiene ya nuevas cartas?

Sí, pero las mantengo boca abajo, no hay nada nuevo que aún se pueda decir.

¿Cómo llegó el rodaje de «Aliados» a la ciudad de Las Palmas?

La productora valoraba primero rodar entre Cádiz y Fuerteventura, pero les resultaba más favorable rodar todo en Canarias, así que el director de arte, Gary Freemann, un número uno mundial al que conocemos desde «En el corazón del mar», pidió ampliar aquí las localizaciones. Se quedó encantado con Las Palmas, de forma especial con el Gabinete Literario y el conjunto de la plaza de Cairasco. Fue lo que le decidió traerla aquí. La ambientación y el rodaje en esta localización fueron brutales. Por las imágenes que he podido ver durante la filmación, «Aliados» va a ser una maravilla, eso sí lo puedo adelantar.

Otro fragmento de la entrevista, tal y como apareció en La Provincia. La foto también es de Juan Carlos Castro. / OAC

Otro fragmento de la entrevista, tal y como apareció en La Provincia. La foto también es de Juan Carlos Castro. / OAC

Se encuentra ahora en la fase de cierre de la producción.

El cierre es tan importante como la preparación y la filmación. Acabar de pagar lo pendiente, cerrar los contratos, restablecer todas las localizaciones como estaban antes, igual o mejorándolas.

Que es una de las bondades del cine como industria, que ocupa el espacio de forma transitoria y se va dejándolo igual o mejor de como lo encontró.

Tenemos experiencias notables en espacios protegidos, que hemos limpiado y dejado en un estado de conservación óptimo. Pero el cierre es una fase complicada porque la profesión del cine es mucho de estar en tensión y cuesta mantener en el equipo el mismo nivel de exigencia de las fases anteriores.

¿Cuál es su balance del rodaje de «Aliados»?

Los productores se quedaron contentísimos. La ciudad y los vecinos lo dieron todo. Algunos nos dicen que necesitarían más tiempo de rodaje para acostumbrarse. Las grandes filmaciones hacen felices a la mayoría. Sienten que algo especial está pasando en su ciudad, mucha gente participa.

¿En qué ha sido diferente la filmación de esta superproducción de sus cinco anteriores?

Veníamos muy justos. Contábamos con menos semanas de preparación. Pero tanto mi equipo como las instituciones locales han estado a la altura. He notado que hay un compromiso real. A nadie se le esconde que soy de la “isla de enfrente” y aunque he trabajado en medio mundo y en otras Islas (también rodamos en Gran Canaria «A todo gas 6»), es la primera vez que nos hemos instalado aquí.

¿Notó resistencias para poder desarrollar bien su trabajo?

Al principio sí percibimos cierta duda institucional sobre la productora, pero ha quedado aclarado que esa presión constante que mantenemos no es arrogancia, es necesaria por la dimensión del proyecto. Gran Canaria se ha ganado el respeto en los últimos años porque ha acogido muchas producciones muy interesantes, españolas y europeas, pero les faltaba conocer el nivel de potencia de una superproducción. Debían entender que lo que les venía era algo totalmente diferente.

¿Qué valoración hace de la sobreexposición mediática que afectó al rodaje?

Debemos comunicar mejor lo que implica las fases de preparación y filmación de una filmación de estas dimensiones. No se trata de que no queramos dar información, es que en esos momentos estamos en proceso de rodar un producto que verá la luz dentro de unos meses y, por lo tanto, es secreto. Si hay cosas que se han visto previamente, detalles de escenas, vestuario, decorados, el estudio considera que puede afectar negativamente al interés por verlo en cines. Por otro lado, es importante saber que las estrellas, los artistas, están trabajando, no están en un momento de promoción propia ni del proyecto.

Algunos medios han criticado que no se aproveche la imagen de estas celebridades como promoción cuando llegan a la Isla. Otros aseguran que todo hubiera sido diferente si se hubiera organizado una comparecencia del equipo principal a la llegada.

Se nos pide -o exige- algo que no se da en ningún lado. El contrato que los actores firman con los estudios para la filmación no incluye exponerse en comparecencias públicas en cada lugar que se ruede. Creo que nuestro problema es la falta de paciencia. Esto es un proyecto que va a quedar para siempre. Nosotros nos conocimos hablando de «Moby Dick», un rodaje del que todavía se habla 62 años más tarde. Que el señor Robert Zemeckis con todo su equipo y una estrella como Brad Pitt hayan estado en la Isla, perdurará. Luego vendrá la promoción. No pueden olvidar lo que ocurrió con Tenerife en el caso de «Jason Bourne», que apareció en la Super Bowl, en el minuto de publicidad más caro que existe. Canarias ha sido un lugar seguro y donde los estudios han podido trabajar sin agobios. Debemos seguir en esa línea. Y hay que ser muy cuidadoso con los detalles. El día anterior a empezar el rodaje de Allied teníamos el avión que trasladaría al actor y la mayor parte del equipo en Londres parado porque otro aparato que se dirigía a Egipto desde París había desaparecido, después se supo que víctima de un atentado. Sale nuestro avión y llega a Canarias. Para muchos, entre ellos Brad Pitt, un lugar al que llegaban por primera vez. Y, de repente, se encuentra con una injustificable persecución a su coche. Lo positivo es que fuimos capaces de resolver el problema con rapidez.

¿Afectó esa cuestión al actor protagonista, Brad Pitt?

Como a cualquier persona en esa situación, pero mi impresión es que fue el primero en olvidarlo.

Es su primera experiencia de rodaje en la ciudad de Las Palmas, ¿ha encontrado algo que no ha visto en otros lugares?

Desde el primer día vi gente muy comprometida, personas de la calle que nos ayudaban desinteresadamente. Ese compromiso desinteresado de la gente de la ciudad para que nuestro trabajo saliera bien me impactó. No lo había visto nunca. La gente se tomaba el rodaje como algo propio. Hay negocios que se han quejado de que el rodaje les ha perjudicado. Los comentarios son erróneos. Nosotros cuando rodamos en un espacio público de la ciudad no pagamos por ocupar el espacio, aunque sí intentamos compensar y llegar a acuerdos. Este tipo de producciones no pueden salir adelante sin el apoyo del ayuntamiento o el cabildo. Ellos son los que valoran el proyecto y les dan el visto bueno. En el caso concreto de la terraza de la Alameda de Colón que salió en los medios, fui personalmente a hablar y ellos jamás nos dieron una solución a lo que vieron como problema. Les planteamos una amplia variedad de fórmulas, pero no aceptaron ninguna.

Otro de los fragmentos de la entrevista, tal y como fue publicada en La Provincia. / OAC

Otro de los fragmentos de la entrevista, tal y como fue publicada en La Provincia. / OAC

Con «Aliados» es la primera vez que Sur Film trabaja con el estudio Paramount.

Llevamos tres proyectos con la Warner -y un gran reconocimiento en Londres- y dos con la Universal. No es normal que una productora de una comunidad pequeña como Canarias obtenga la confianza de tres estudios. Tampoco es fruto de la casualidad. Seguimos trabajando para obtener la confianza de más estudios.

¿Cómo se logra esa confianza de Hollywood?

Ellos se trasladan miles de kilómetros, vienen con un montón de dinero y lo que quieren es llevarse una lata de película. Lo que necesitan es un socio transparente, muy abierto y honesto, que les diga hasta dónde puede llegar. Además, en Sur Films somos como esponjas, no nos da miedo de preguntar, un defecto de los canarios. Preguntar ayuda a aprender y demuestra que eres honesto. Yo digo que los estadounidenses son, sobre todo, muy prácticos, no tienen esa cosa de enredar.

¿Hay cifras concretas del impacto económico del rodaje de «Aliados» en Canarias?

Estamos cerrándolo, aunque por confidencialidad no podría darte una cifra exacta. Pero ten en cuenta que nosotros tenemos un incentivo del 35% con un límite de devolución de 4,5 millones de euros. Estos quiere decir que todo lo que pase de un gasto superior a los 18 millones de euros no les compensa. Al mismo tiempo, si hacen el esfuerzo de desplazarse hasta aquí procurarán sacarle el máximo partido al incentivo. Allied no es una producción barata. Y han venido con toda la maquinaria, no han escatimado en nada.

En los últimos meses ha ganado protagonismo la seguridad del destino como factor básico para que estos rodajes lleguen.

Es fundamental. Nuestro mayor competidor es Marruecos. Y ellos han ido a menos en los últimos años tanto por nuestros incentivos como por la inseguridad que transmiten por los conflictos en Oriente Medio. Justamente hoy he tenido una conferencia en la que me hablaban de nuestros principales competidores: Malta e Islandia, con una experiencia de veinte años, están muy disgustadas. Esto quiere decir que están reaccionando para volver a obtener protagonismo. Hay que estar atentos a sus movimientos. Y evitar casos de indiscreciones en medios de prensa como el de las famosas fotografías en Tejeda con Ridley Scott cuando localizaba para «Éxodus; Dioses y reyes» (2014).

Otro de los fragmentos de la entrevista en La Provincia, con la parte dedicada al titular. / OAC

Otro de los fragmentos de la entrevista en La Provincia, con la parte dedicada al titular. / OAC

¿Qué debe hacerse para mantener en el tiempo el incentivo fiscal que ofrece Canarias?

El año pasado logramos que las distintas film commissions de las Islas unificaran su mensaje en un catálogo, lo otro aportaba confusión. Ahora hay que lograr transmitir que el incentivo de Canarias es fiable, que España cumple con la devolución del 35% de los gastos realizados en el territorio. El parón de la nueva ley en 2014 nos hizo perder producciones como «Misión Imposible 6», que iba a rodarse entre Tenerife y Gran Canaria, y «El libro de la selva» (Jon Favreau, 2016), que íbamos a filmar en La Gomera. Nada más activarse la nueva ley, trajimos Jason Bourne y siete meses después «Aliados». Estamos a expensas de que se materialice la devolución del incentivo por parte del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Has ta que no ocurra no podemos cantar victoria. Si ahora España retrasa o pone bloqueos a esa devolución, Hollywood volverá a mirar para otro lado. En cambio, si devuelven en tiempo y forma, lo que vendrá podrá ser lo más grande.

¿De qué devoluciones del incentivo se está pendiente durante este año?

De las del rodaje de «Juego de Tronos» en la Península y «Jason Bourne» en Tenerife. Hay todavía tiempo de aquí a final de año, pero las productoras, adelantándonos a las dificultades, hemos buscado auditores externos para ayudar a agilizar el trámite.

¿Cuál debe ser el objetivo de cara a la revisión de la ley que regula el incentivo fiscal, prevista para 2020?

En este tiempo las productoras nos debemos ganar la confianza de las instituciones estatales para poder ampliar el límite que tenemos, o quitar este límite del todo. Es la forma de poder traer proyectos grandes por más tiempo. Londres y Malta no tienen límites. Entre tanto, vamos a seguir aprendiendo, creando industria, ganándonos la confianza de la sociedad canaria y las administraciones.

¿Los recelos de los cineastas locales hacia estos rodajes foráneos se van superando?

Soy canario y también formo parte del gremio del cine canario. Desde el año pasado he ido contratando a mucha de la gente que supuestamente representan al cine local, les he explicado nuestra filosofía y me lo están agradeciendo. Muchos de los nuevos directores que vamos a tener en Canarias en los próximos años están formándose en estos rodajes. Recientemente, alguno me ha dicho que en una semana cerca de Robert Zemeckis ha aprendido más que en los treinta años que tiene. Eso quiero, que aprendan con todos estos grandes para que el día de mañana nos den una película canaria del más alto nivel.

¿Considera estos rodajes una parte del cine canario?

Por supuesto que sí. ¡Tenemos la oportunidad de trabajar con los mejores, cómo vamos a decirles que no! Y para quien ame el patrimonio audiovisual, para la propia Filmoteca Canaria, decir que se han rodado estas películas en las Islas tiene un grandísimo valor, ¿cómo no se puede ser consciente de eso? Añado que empezamos mal si desde que hacemos cortometrajes no intentamos crear producciones similares a las que se forman en los largometrajes. ¿Qué no tenemos ni el dinero ni los recursos? Vale, pero sí hay que buscar estructuras equivalentes, con equipos de producción que organicen los distintos departamentos y traten de obtener financiación y recursos. Construir lo que realmente es una producción de cine y no una reunión de amigos. De otra forma, no llegamos a entender esta profesión como industria.

¿Valora Sur Film instalarse en Gran Canaria?

Tenemos nuestra central en Adeje y oficinas en Frankfurt y Barcelona. Establecerse son palabras mayores, pero Gran Canaria nos ha sorprendido en tantas cosas como para pensar seriamente que en el futuro Sur Films quizás debiera poner también un pie aquí.

Fragmento de la entrevista en La Provincia, con foto de Andrés Cruz. / OAC

Fragmento de la entrevista en La Provincia, con foto de Andrés Cruz. / OAC

DEL PIANO VOLADOR EN «MOBY DICK» A BRAD PITT, EL RESCATADOR

Nos citamos para la entrevista muy cerca de donde la prensa mundial difundió que un heroico Brad Pitt “salvó a una niña de ser aplastada por la multitud”, anécdota que es como lo del piano saliendo despedido por la ventana del hotel Santa Catalina durante el rodaje de «Moby Dick». Además de estos cuentos, otras son las curiosidades que ligan ambos rodajes históricos. La primera es que son las dos únicas producciones de Hollywood rodadas en Las Palmas de Gran Canaria -una de Warner, la otra de Paramount-, separadas por un mar de 62 años y seis meses. Otras son la presencia de dos de las más grandes estrellas de Hollywood que hayan pisado el Archipiélago, Gregory Peck y Brad Pitt; la participación en la dirección de dos directores de gran prestigio, John Huston y Robert Zemeckis; y bueno, en el caso de «Moby Dick», la protagonista femenina era una ballena albina de 65 metros de largo de hierro, madera y látex construida en el Puerto de La Luz y en el caso de Allied una actriz francesa que adquirió especial prestigio tras interpretar a una domadora de orcas, en «De óxido y hueso» (Jacques Audiard, 2012). En el plano más sentimental, causaba emoción saber que el hijo de uno de los técnicos ingleses que participaron en el rodaje de «Moby Dick» también trabajó en este rodaje, como informó este periódico.

Lo que también une «Aliados» y «Moby Dick» es la enorme expectación que crearon ambos rodajes. También en el filme de Huston la cercanía de la estrella se debió adivinar, como en «Aliados», por los gritos histéricos de las fans, en este caso chicas y mujeres entre los 13 y los 50 años. Tuve el privilegio de vivir «Aliados» desde dentro y fuera. En la plaza Manuel Becerra de La Isleta frente a la Fábrica de Hielo, los chiquillos y madres haciendo agujeros con llaves a la tela negra de la valla; chicos admiradores de Zemeckis con los ojos como platos ante la simulación de una pelea junto a un coche ardiendo; Brad Pitt a lo lejos respondiendo con el brazo a los piropos; una madre que tomaba por ciertos los “memes” en redes sociales y afirmaba que la estrella había sido vista en Teror zampándose un bocadillo de chorizo… En la plaza Hurtado de Mendoza, las chicas agarradas como arañas a la valla de la calle La Peregrina mirando desconsoladas al grupo que entraba en zona restringida; la calle Remedios como un precioso zoco; el set de la plaza de Cairasco como la ciudad de Casablanca en la Segunda Guerra Mundial, Robert Zemeckis observando un monitor instalado detrás de una grúa y su equipo dando vida al grito de “rolling!” a la danza de figurantes, carruajes, vehículos de época, cabalos y camellos mientras el actor protagonista se encaminaba sorteando nazis al night club Rivoli donde se enamorará. Eso lo descubriremos cuando se estrene. La fecha prevista es el próximo 25 de noviembre.

La entrevista a doble página, tal y como fue publicada a doble página el domingo 5 de junio en el periódico La Provincia. / OAC

La entrevista a doble página, tal y como fue publicada a doble página el domingo 5 de junio en el periódico La Provincia. / OAC

 

 

 

 

 

 

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