“Con la reforma fiscal proyectada por Montoro, España dejará de acoger el rodaje de películas grandes, y Canarias seguirá siendo el oasis para rodajes en el país.” Estos son los dos mensaje principales lanzados por el productor de cine Adrián Guerra en la entrevista que el domingo pasado le hice para La Provincia (también se publicó en La Opinión de Tenerife) y que se mantuvo en lo más alto de Lo Más Leído del periódico durante la jornada. Guerra se esfuerza por huir de la queja que –injustamente- ha lastrado las reivindicaciones del sector audiovisual en España.
De lo positivo de la propuesta destaca la mejora en la «parte técnica», que garantiza la seguridad jurídica. Pero el productor canario, único caso en España por haber rodado siete largometrajes en los últimos cinco años, pide cambios: “La reforma va justamente contra el tipo de películas que promuevo. Hay que subir de tres a diez millones de euros el tope de desgravación por película. Nadie entiende nada en Hollywood. Quieren venir a gastarse el dinero en España y el gobierno español los expulsa.” Si quieres ayudar a presionar para que se rectifique, en Change.org se ha creado esta página de recogida de firmas.
En la última parte de la entrevista, Adrián Guerra entra de lleno en el desarrollo del sector audiovisual en Canarias. “Mi sueño es que una película como “Exodus”, de Ridley Scott, no se haga nada ni siquiera una parte en Londres, sino que fuera capaz de rodarse toda en Canarias.” Y lanza un aviso: “Como español y canario mi deber es intentar ayudar a que el cine se desarrolle aquí, pero, si se nos ponen trabas, claro que tendremos que irnos.” Sobre la mesa del Gobierno español está la decisión de moverse ante la petición de cambios. Como el propio Guerra dice, los rodajes se harán, pero en otros países. Las inversiones millonarias en contratación de técnicos, actores y servicios derivados no se perderán, “pero las disfrutarán los trabajadores e infraestructuras de los nuevos países que los acojan.”

Collage de fotos con imágenes de películas de Adrián Guerra, directores y actores que trabajan con él.
Hay pocas personas en España más autorizadas que el productor Adrián Guerra (Las Palmas de Gran Canaria, 1984) para valorar la propuesta de reforma fiscal presentada el pasado lunes por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en sus aspectos relacionados con el cine. Adrián Guerra, con treinta años cumplidos el pasado mes de abril, es un caso excepcional en el panorama cinematográfico. Ha sido capaz de sacar adelante siete largometrajes en los últimos cinco años. Por ahora. Si nada se tuerce –o si la nueva propuesta de Hacienda no lo tumba– de aquí a final de año habrá rodado tres películas más. Entre estas sumarían más de treinta millones de euros de presupuesto. Hasta hoy, los títulos más destacados de su filmografía son “Buried” (Rodrigo Cortés, 2010), su opera prima, que fue nominada a 10 Premios Goya, entre ellos Mejor Película; “Luces Rojas” (Rodrigo Cortés, 2012), protagonizada por Robert de Niro, Sigourney Weaver, Elizabeth Olsen y Cillian Murphy; “Guest” (José Luis Guerín, 2010); y “Grand Piano” (Eugenio Mira, 2013), protagonizada por Elijah Wood y John Cusack. “The Gunman” (Pierre Morel), está pendiente de estreno este verano. Es una superproducción rodada en Barcelona coproducida con Joe Silver -productor de “Matrix» y Sean Penn, protagonizada por este último, Idris Elba y Javier Bardem.
La voz de Adrián Guerra fuera esta semana, por primera vez, una de las de referencia en España para manifestarse desde el lado del sector cinematográfico sobre la reforma proyectada por Montoro. El productor Gerardo Herrero; el presidente de la Academia del Cine, Enrique González Macho; el presidente de la federación de productores, Ramón Colom; y los productores de “Lo imposible”, Belén Atienza y Enrique López Lavigne, han sido otras voces que se han escuchado. Precisamente Juan Antonio Bayona, director de este filme que le valió al catalán el último Premio Nacional de Cinematografía, reaccionaba así en Twitter al anuncio de Montoro: “”Si se confirman las nuevas deducciones fiscales al cine ya puedo olvidarme de poder rodar “Guerra Mundial Z 2” en España. Debe tratarse de un error.”
Para empezar le pido que me califique de forma condensada lo que ha significado para usted la propuesta de Reforma Fiscal presentada el pasado lunes por el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.
Es pequeña, sin ninguna ambición, no tiene ni siquiera intención de solucionar los problemas actuales del sector.
¿Cómo han sido para usted estos días, en lo personal y laboral, tras conocer la iniciativa?
Muy complicados. La reforma va justamente contra el tipo de películas que promuevo, es decir, presupuestos mucho más altos que la media española y donde el grueso del dinero viene del extranjero en forma de preventas o inversión privada. Con estos cambios cualquier proyecto que se quiera rodar en Canarias, por encima de ocho millones de euros, deja de tener sentido. Películas así llevan años de trabajo. Toda esta labor se perderá, ya que no podremos efectuar el trabajo, ni en Canarias ni España.
¿Cómo ha percibido que ha caído la nueva propuesta entre el sector en España?
La reacción ha sido de enorme decepción, puesto que estos dos años se ha negociado esta reforma, se han llegado a acuerdos de mínimo y a un consenso que ahora no se han respetado. Con las subvenciones en declive, las televisiones pagando menos por los derechos y un incentivo al 18% en península, la única solución para el sector en España va a ser venirse a Canarias.
Usted mantiene estrechas relaciones con agentes del sector en Hollywood. ¿Cómo la han valorado allí?
Llevo toda la semana recibiendo llamadas de todo el mundo en Los Ángeles y Londres preguntándome con estupor sobre la reforma. No entienden nada. Quieren venir a gastarse el dinero en España y el gobierno español los expulsa. Es el primer país del mundo que se comporta así.
Tiene un proyecto recién finalizado por montar (“Cómo sobrevivir a una despedida”), otro de rodaje inminente (“Palmeras en la nieve”) y dos más en preparación (el maldito “El hombre que mató a Don Quijote” y “Maldito viernes”). ¿Les afectará el anuncio del pasado lunes?
Efectivamente nos afecta. Estamos pendientes de ver cómo se tramita la reforma antes de tomar decisiones en firme, pero llevarnos parte del gasto fuera de España es una opción que está en la mesa para apoyar la viabilidad económica de los proyectos.
“El cine vive en una nube. No es nada más que la voluntad de gente empeñada en hacerlo.», afirmó recientemente Paco Cabezas, joven cineasta español, tras su primera experiencia como director en Hollywood. Cabezas también fue muy crítico con la propuesta. ¿Es hora de plantearse más en serio mudarse de país para hacer películas?
Lo fácil es habernos ido de España, pero como español y canario mi deber es intentar ayudar a que esto se desarrolle aquí. No solo nosotros los productores, hay mucha gente que vive de esto. Técnicos, actores, personal de las múltiples empresas que intervienen en una película, trabajadores del sector servicios. Pero, si se nos ponen trabas, claro que tendremos que irnos.
¿Qué es lo mejor y lo peor de la propuesta de Hacienda?
Lo peor, y esto es algo que no se ha subrayado lo suficiente, es la creación de un tope de tres millones de deducción por película. La parte técnica de la reforma sí que mejora la seguridad jurídica, refrendando los criterios expuestos en consultas vinculantes estos años.
¿En qué perjudica el tope de desgravación por película de tres millones de euros?
Es un atentado contra cualquier intención de crear empleo e impacto económico a gran escala. Es el fin de “Exodus” o “Heart of the Sea” en Canarias [y España]. Esto sin hablar del enorme impacto publicitario y turístico que estas grandes producciones ofrecen. Con esta propuesta, Canarias [y España] dejará de estar en los cines de todo el mundo.
Puede ser el punto y final de los “días de rock & roll” -como lo ha definido el corresponsal en Madrid de Variety- que el cine de Hollywood han vivido en España los últimos cinco años. ¿Cuál sería la cantidad que usted le propondría al ministro como razonable?
Lo razonable es un mínimo de diez millones de euros, igual que en Francia. En España, Hacienda entiende que su medida es como una subvención al cine. No ha comprendido que el incentivo es una inversión con un gran potencial de retorno fiscal y económico a la sociedad. No es una subvención. Con diez millones, estaríamos hablando de películas que gastaran en España unos treinta millones de euros.
Algunos argumentan que un tope es razonable, en todo caso.
Y sin embargo en otros lugares, como Gran Bretaña, no lo hay. Y eso sucede así porque el legislador entiende en esos sitios que mientras más se gaste, más se recibe a cambio como retorno. Han comprendido que lo que de verdad interesa son las inversiones grandes.
Muchos han puesto sin embargo el acento en el bajo porcentaje del incentivo, que prácticamente se mantiene. ¿Cómo interpreta esta medida de aumentar el incentivo solo dos puntos, al 20%, para el primer millón de euros?
El único sentido que tiene es el titular en los medios de comunicación, poder decir que se han subido los incentivos. Pero aparte de eso nada más.
Ramón Colom, presidente de Fapae, la federación de productores de España, ha dejado la puerta abierta para una nueva negociación. ¿Es optimista respecto a posibles rectificaciones en el período que deberá pasar hasta que se apruebe?
Es mi esperanza. Esperamos que se entienda que no se trata de pedir por pedir, sino de algo que es bueno para el conjunto del país. Con nuevos datos y más reflexiones espero que se pueda modificar. Con la actual propuesta los grandes cineastas consagrados rodarán fuera, y los miles de personas que trabajan en esas filmaciones se beneficiarán, pero serán los de esos países. En realidad es la falta de un modelo sostenible para el cine español lo que nos ha llevado hasta aquí.
Apuesta entonces por que se rectifique.
Eso es, y especialmente en el asunto de los límites que hablaba antes, que es el más importante de los asuntos. Y de los menos que se ha hablado.

«Palmeras en la nieve», protagonizada por Mario Casas, es la siguiente película que Adrián Guerra tiene previsto filmar en Gran Canaria, entre julio y septiembre de este año.
Adrián Guerra ha sido, además, uno de los principales artífices de que en los últimos años Canarias haya sido líder como lugar para rodar películas en España, bien sea a través de sus propias producciones, bien intermediando entre agentes públicos y privados, o asesorando sobre las bondades de un sistema de incentivos que la nueva propuesta de Montoro cambia en asuntos sustanciales. Hasta esta pasada semana, el nombre del productor canario había estado más presente en la prensa extranjera que en la española. Precisamente la revista estadounidense Variety informó en 2013 de que Guerra había fundado Océano Media en Barcelona ese año. Se trata de un consultora y asesora financiera que provee fondos a rodajes tanto en España como fuera de nuestro país.
Hablemos de Canarias, ¿En qué medida el nuevo escenario que se derivaría de la propuesta de Hacienda le afecta, en lo negativo y en lo positivo?
Canarias sigue siendo el oasis del panorama audiovisual español. Lo que hace esta medida será expulsar a las películas grandes. Pero todo lo demás seguirá viniendo. Continuará habiendo un éxodo de películas españolas -o internacionales- a Canarias. Solo que de menor presupuesto. Y ahora con la mejora de la seguridad del incentivo. En ese sentido estoy tranquilo, el desarrollo de la industria del cine en Canarias va a continuar.
Entonces sigue teniendo sentido pensar en un desarrollo potente del tejido audiovisual de Canarias con la propuesta de Hacienda, por ejemplo con construcción de platós o acciones como la prevista en el antiguo cuartel Manuel Lois en Las Palmas de Gran Canaria.
Todo el sentido. Mi sueño es que una película como “Exodus” no se haga nada ni siquiera una parte en Londres, sino que fuera capaz de rodarse toda en Canarias, y hoy por hoy eso no es posible. No hay una industria.
Conoce de primera mano la experiencia de rodar largometrajes en Gran Canaria. Actualmente prepara el rodaje de su película más importante en la isla hasta la fecha desde el punto de vista del presupuesto, “Palmeras en la nieve.” ¿Qué mejoraría la competitividad de la isla?
Falta formar un mayor número de técnicos que, como los que trabajan a primer nivel en la Península, puedan participar con garantía en películas de gran exigencia. Pero eso se conseguirá cuando efectivamente se haya cogido experiencia en este tipo de películas. En lo referente a infraestructuras estamos cubiertos, aunque aún de forma incipiente. Los platós están más pensados para lo televisivo. Pero lo que crezca se desarrollará conforme a la demanda.
¿Cuál debe ser el papel de las administraciones públicas en ese desarrollo?
Estar por delante de los tiempos. En lugares como Austin (EEUU), cuando vieron que se podía fomentar la industria del cine, las administraciones pusieron lugares públicos a disposición hasta que la iniciativa privada fue capaz de absorberlo y generar tejido económico por sí mismo. Algo así debería ocurrir aquí. El antiguo cuartel Manuel Lois puede ser uno de esos lugares. No se trata de que la parte pública intervenga en el desarrollo el sector, pero sí que facilite a la hora de colocar los cimientos, después ya se encargará de promoverlo y desarrollarlo la parte privada.
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