El mejor cine de autor que viene / 65 Festival Internacional de Cine de San Sebastián (2)


En esta segunda y última entrega sobre el 65 Festival Internacional de Cine de San Sebastián me centro en las algunos nuevas propuestas de cine de autor. 14 en total de, entre otros, Darren Aronofsky, Michael Haneke, Wim Wenders, Hirokazu Kore-eda, Martin McDonagh, Paolo Virzì, Andrey Zvyagintsev y Xavier Legrand. “Mother!”, “Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Misuri”, “Lumière!”, “Call Me by Yor Name”, “The Leissure Seeker”, “Inmersión”, “Princesita”, “Sin amor”, “Custodia compartida” y “The Florida Project” son algunas de ellas. Durante la celebración del festival, estos textos -ampliados- fueron publicados a diario en la revista online El Asombrario, asociada con Público, ocupando la portada de este diario online durante los días de celebración del festival, y en cuatro ocasiones, en el ránking de lo más leído del día. Entre estas reseñas y las de Manuel Cuéllar, con quien compartí las entradas, sumamos referencias a mas de treinta películas.

Jennifer Lawrence y Javier Bardem, protagonistas de «Mother!», de Darren Aronofsky. / OAC

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Enrique López Lavigne, productor: “La conquista de América es el western del cine español»


Ha estado rodando “Oro” en Canarias, una película sobre la búsqueda de El Dorado sobre un relato inédito de Arturo Pérez-Reverte. Ocho millones de euros de presupuesto, Agustín Díaz Yanes de director y un elenco que incluye a José Coronado, Raúl Arévalo y Bárbara Lennie. El productor Enrique López Lavigne habla de esta  pelicula; también de Juan Carlos Fresnadillo, a quien produjo sus tres largometrajes; de «Toro» (Kike Maíllo), que estrena el 22 de abril e inaugura ese día el festival de cine de Málaga; del nuevo modelo de ayudas al cine en España y también claro, del momento de cine que vive Canarias. [Si te ha gustado esta entrada, quizás puedas seguirme en @LuisRocaA 😉 Twitter] Sigue leyendo

«Tirma» (1956): Una conquista legendaria


El texto que se reproduce a continuación se incluye en el cuadernillo que acompaña la edición en DVD de la versión española y color de la película «Tirma», rodada entre mayo y septiembre de 1954 en Gran Canaria. Esta edición comercial de la distribuidora Impulso, gracias al apoyo de Filmoteca Canaria, permite -55 años después de su estreno en salas, 57 de su rodaje- cerrar un capítulo que se ha demorado demasiado tiempo. Desde principios de la década pasada, la Filmoteca concentró por fin sus exiguos recursos en una prioridad: la recuperación, conservación y difusión de películas y material relacionado con el cine en Canarias. Ahora podremos hacer lo que antes nos fue negado: ver  la película. Y por primera vez, con verdadero conocimiento de causa, juzgarla.

1954 fue el año de rodaje de la película que mayor rastro emocional dejó en Canarias. La de mayor participación, aquella donde la ilusión y expectativas por verla finalizada fue más grande. Tirma había nacido en la mente de un intelectual canario afín a la dictadura franquista, Juan del Río Ayala (1904-1969). Su pieza teatral de 1947 sobre la conquista de Gran Canaria explicada como la historia de amor entre una princesa indígena y un capitán del ejército castellano fue un éxito local. Los contactos del autor con las élites intelectual y, sobre todo, política le permitían apuntar a un objetivo más ambicioso.

La verdad sobre la producción de la película es confusa por la falta de estudios rigurosos. Iba a ser una producción española de la empresa Infies (Industrias Fílmicas Españolas) con parte del elenco formado por actores canarios no profesionales. Una actriz local, Pastora Martín-Fernández, sería la protagonista, como lo confirman las fotos de los castings que guarda en los álbumes familiares Juana Teresa del Río, hija del dramaturgo. La dirigiría Carlos Serrano de Osma, un “loco insensato con un proyecto inabordable” en cariñosas palabras del director Jesús Franco, cómplice de muchas vicisitudes por su amistad con el matrimonio que formó parte del elenco final, Elvira Quintillá y José María Rodero. En los corrillos profesionales del cine español –entonces en coma por el aislamiento y la censura- Tirma despertaba una inusitada expectación por su originalidad y magnitud. Demasiada ambición quizás. Los trabajos previos al rodaje –previsto para la primavera de 1954- no tardaron en verse interrumpidos ante la falta de recursos económicos.

Fue entonces cuando llegó al rescate el capital italiano a través de la productora Film Constellazione. Y con él las imposiciones. La película se convirtió en una de las primeras grandes coproducciones españolas de la historia, pero también relegó a Serrano de Osma a un papel secundario. Mientras el italiano Paolo Moffa -“un trepa de espanto, ¡un vendedor de gallinas!” en palabras de Jesús Franco- se hacía cargo de la dirección, el español iba y venía de Las Palmas a Madrid con la misión de obtener fondos para salvar el filme. La llegada de los italianos cambió radicalmente la propuesta consensuada entre los guionistas canarios (Juan del Río Ayala y Luis Martínez Carvajal) y Serrano de Osma. Y le arrebató toda intencionalidad poética. Dejó el camino expedito para un filme de vocación nada más que comercial en el marco de otras superproducciones italianas de los 50, a medio camino entre el western y el peplum.

Michelangelo Antonioni figura en los créditos como uno de los seis guionistas italianos que participaron en los trabajos de reescritura. La estrella italiana Silvana Pampanini y la joven promesa Marcello Mastroianni ocuparon los papeles principales de un rodaje que se desarrolló con múltiples dificultades, como ha testimoniado el mejicano Gustavo Rojo, el tercer actor protagonista. Félix de Pomés, José María Lado y Julio Riscal formaron parte del elenco de secundarios además de los mencionados Rodero y Quintillá. La dirección de arte estaba encomendada a Gil Parrondo, aunque finalmente se hicieron cargo de ella los canarios Sergio Calvo y Carlos Morón. La filmación empezó con los interiores de las cuevas indígenas en los estudios Sevilla de Madrid. Después, en exteriores de Gran Canaria durante casi tres meses, coincidiendo con el verano. Terminó de rodarse en la isla entre finales de agosto y principios de septiembre con las escenas del desembarco de los conquistadores españoles en la isla, recreadas en la playa de Maspalomas. Nuevas escenas de batalla se rodaron posteriormente en Italia.

(el final del texto puede leerse en el cuadernillo que acompaña al DVD)

«Valor de ley» (Joel y Ethan Coen, 2010)



«Un viejo estúpido en una aventura absurda» es como se define  Reuben J. Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un alguacil tuerto, alcohólico y con sobrepeso al calor de un fuego nocturno justo antes de iniciarse el desenlace del ultimo filme de los hermanos Coen, remake del homónimo de Henry Hathaway de 1969, con John Wayne en papel protagónico  -el único con el que ganó el Oscar-. La sentencia refuerza el carácter de antihéroe de su personaje, de cuyo pasado, como debe ser en todo western que se precie, poco mas sabemos. Y marca la diferencia con el filme precedente. Porque aquí es la niña Mattie Ross (Hailee Steinfeld) la verdadera heroína, capaz de unir las destrezas de dos hombres dispares (Cogburn y el ranger Le Boeuf) para vengar la muerte de su padre.

Valor de ley, nominada a diez Oscar, es un hermoso western de espléndida ambientación y delicada fotografía. La historia principal, lineal hasta la gran elipsis final, se embellece con la impronta de realidad que le da su acertado diseño de minitramas secundarias donde destacan niños indios tullidos, forajidos indigentes y saqueadores de cadáveres. No suele ser la sutil ironía recurso característico de los filmes de vaqueros, habitualmente rudos hasta en su sentido del humor. Por suerte aquí sí, también como marca de la casa habitual de Joel y Ethan Coen, dos hermanos que constituyen bajo una única impronta el director cine norteamericano más destacado de los últimos veinticinco años.