«Lleno eres de Filmin», nueva serie de críticas de cine en El Asombrario


Películas de Miguel Gomes, Elena Trapé, Lucrecia Martel, John Carpenter, Wolfgang Petersen y Juan Cavestany han sido las primeras de las más de 5.000 títulos que ofrece el portal. La serie de críticas bajo el nombre «Lleno eres de Filmin» que escribo desde noviembre en El Asombrario parte de una idea que es ejemplo de cómo sacarle punta a los romos tiempos que corren. La crisis obliga a mover la cintura. El volumen de trabajo hoy es mayor y más ilusionante. No echo de menos los tiempos en los que no sentía cada día como un reto. Gracias a la confianza de El Asombrario y del principal portal de cine de España estas críticas juegan a ser relatos de los visionados que realizamos un grupo de amigos. Por ahora están Anais,  Xavi y Carla, pero pronto espero que se incorporen más.

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Memorias del 61 Festival de Cine de San Sebastián, crónica de una inmersión anunciada


Underwater

Tras ver «Gravity» la emoción hizo saltarnos la rueda de prensa del director Alfonso Cuarón. En vez de eso, nos dimos un baño en la playa de Zurriola, detrás del Kursaal de Moneo. Con Marta de Santa Ana. Foto de JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ.

Además de para el periodico La Provincia, medio con el que he intensificado mis colaboraciones desde octubre de 2012, este año fui con Manuel Cuéllar cronista para el periódico digital ElDiario.es del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Día tras día, tras el visionado de entre tres y cuatro películas diarias, llegaba el turno de escribir las notas que se volcarían a la revista cultural de Cuéllar con la que colaboro, El Asombrario. De ahí a la portada del diario de Ignacio Escolar.  El título: Zinemaldia Dreaming. Dado el estrecho margen temporal que nos impusimos se trataba de crónicas urgentes, reseñas que respiraban con el oxígeno de la realidad inmediata. Corríamos más rápido que el tiempo.

El resultado ha sido más que satisfactorio:  64.000 visitas en las nueve entradas publicadas (media de 7.111,1 diarias). En el listado de debajo puedes recuperarlas todas. En ellas se reseñan más de treinta películas. Algunas, como ‘Gravity’ de Alfonso Cuarón, recién estrenadas. La mayoría por estrenar.

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Mi predicción para los 27 Premios Goya, en El Asombrario de Manuel Cuéllar


peq1 BLOG

Hoy he empezado a colaborar con El Asombrario, «nueva revista online para la cultura libre y la participación», como reza en su cabecera. Nacida el 12 de diciembre pasado, no lleva ni treinta días -con las Navidades por medio- y el nuevo espacio virtual creado por el periodista Manuel Cuéllar ya va camino de las 43.000 visitas. A este paso antes de que cumpla el mes me ha adelantado, aunque no sé aún si el correcaminos que es Manuel Cuéllar, a quien conozco desde los 3 ó 4 años de edad, no recuerdo bien, lo hará por la derecha o por la izquierda. El Asombrario estará pronto en la zona de blogs de ElDiario.es.

La jornada ha sido intensa. A las diez de Canarias se daban a conocer los finalistas de la 27 edición de los Premios Goya. Con puntualidad alemana la lectura terminó apenas media hora después. A las 4 de la tarde envié este texto,

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Memorias del Zinemaldia: 60 Festival Internacional de Cine de San Sebastián


(En esta entrada incluyo fotos propias, unas tomadas con teléfono móvil y subidas a la red social Instagram –@luisrocaarencibia– y otras con cámara digital convencional. También se incluyen imágenes promocionales de las películas que se mencionan. Las tres panorámicas que se incluyen conmigo de modelo son de José Antonio González)

Viernes, 21 de septiembre

Ambientazo en el restaurante Aldanondo. José Antonio se lanza al bonito con tomate. Marta, Álex y yo mismo a la txuleta con ensalada. Al igual que el año pasado, coincidimos con Santiago Segura, unas mesas más allá. Del comedor interior salen a la calle a fumar Ernesto Alteiro y Benjamín Ávila, actor y director de la argentina Infancia clandestina, que gustó mucho al público. También gustó a Imanol, director de ikastola, que aparece con Manuel y Fer al final de la cena. Nos retiramos a dormir.

Lo imposible batió récords de taquilla en España durante su primer fin de semana. Hay que recordar que fue un fin de semana de puente y… sin fútbol, negocio omnipresente que es uno de los principales escollos para el desarrollo del país.

José Antonio, que ha venido con un documental de Ayoze O`Shanahan filmado en Colombia bajo el brazo, se va de copas. Sigue leyendo

A propósito de «Edificio España». Entrevista a Víctor Moreno


Aprovecho que próximamente se proyectará la película documental «Edificio España» en el espacio cultural La Casa Encendida de Madrid (Ronda de Valencia, 2) para subir al blog esta entrevista que le hice a su director, Víctor Moreno, durante el 60 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde participó en la sección Made in Spain. Fue publicada por el periódico La Provincia.

Chocante, pero signo de los tiempos, que una obra de un minuto sea la cima de toda una carrera.

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Blade Runner, Carmina o revienta, El esfuerzo y el ánimo, Los seductores, La felicidad nunca viene sola / Meg Ryan, Paco León, Maurice Béjart, Ridley y Tony Scott. Comedias románticas / Más y menos cine. Nuevos tiempos, otras pantallas.


El momento es de los más apasionantes de sus 116 años de historia. El buen cine es cada día más. No el que exhiben las salas comerciales, que es cada día menos, asfixiadas esas pantallas en conglomerados multinacionales. El cambio al nuevo soporte, los nuevos equipos que lo hacen posible, permiten dejarse oír a cineastas sin tanto recurso.

Lo mejor que se puede decir de una comedia romática es que te has olvidado de que lo es. Siempre que pienso en ellas me acuerdo de Meg Ryan. Sin bótox.

Buenos y malos cineastas, claro. Los muy malos proliferan, pero eso, más que malo, es normal. Sigue leyendo

El grande perdió, el chico ganó


Por usar un símil futbolero, lo que ocurrió el domingo en el Parque de las Naciones de Madrid durante la 26 edición de los Premios Goya tiene su explicación en que el único director español de los contendientes que juega en la Champions debía ser juzgado por quienes lo hacen en categorías inferiores. Esas son las lógicas que, por otro lado, al manchego Almodóvar seguro también benefician en terrenos de juego de mucha mayor enjundia con compañeros de clase más aventajados que él. El grande perdió / el chico ganó / como ganaron Méndez, Angelito, Palmero y Camurria / frente a rivales de peso mayor es una hermosa estrofa del folclore canario, himno de la Lucha Canaria, usada también comúnmente para reivindicar la capacidad de los pequeños por imponerse a los previsibles favoritos.

Dos fueron las señales inequívocas que confirmarían que los tiros (de pistolas, revólveres, rifles) irían, nunca mejor dicho, por No habrá paz para los malvados y Blackthorn. Sin destino. La primera, la clamorosa no obtención por parte de Almodóvar del premio al Mejor Guión Adaptado a favor de, por primera vez en la historia de los Goya, una película de animación, Arrugas. Que compitan Bollaín, Zambrano y Almodóvar y ganen Ángel de la Cruz, Ignacio Ferreras, Paco Roca y Rosanna Cecchini por Arrugas podía ser quizás justo, pero seguro era un aviso inequívoco. No habrá paz… sí ganó en cambio el Mejor Guión Original. La segunda señal fue el momento en que el premio al Mejor Diseño de Vestuario fue a parar a Blackthorn. El lanzaroteño Paco Delgado merecía sin duda la estatuílla por La piel que habito, aunque el carácter de película de época de la película de Gil podía arrebatarle sobre el papel el premio. El logro de grandes premios técnicos por parte de Blackthorn (Fotografía, Dirección de Arte) ya señalaba que quien ganara al final lo haría al sprint en los tres últimos premios. Y que en la carrera ya no estaba La piel que habito.

Así fue. Banderas no tenía nada que hacer frente a Coronado por la lógica expuesta en su brillante intervención por Santiago Segura (le tocaba a Coronado después de 25 años, como él mismo ha recalcado en declaraciones varias veces), y la Mejor Dirección y Mejor Película fueron, la primera con más mérito que la segunda, también para el filme de Urbizu. Hora de suspiros de alivio, de muecas hieráticas. De sonrisas maliciosas. De buenos y malos perdedores. Siempre es así. Para el prestigio de la Academia, del cine español y eso que llaman la marca España no hay duda que interesaba más el filme de Almodóvar. Pero las lógicas de los académicos son otras. Y tan respetables

Por lo demás, Eva Hache salió de la dificilísima prueba con notable alto y el presidente de la Academia, Enrique González Macho, marcó en su discurso distancias con su predecesor Álex de la Iglesia, que desde las butacas lo escuchaba como un alumno regañado delante de toda la clase. De la Iglesia – genio y figura- no tardó en replicar desde la prensa. Ciertas las palabras de González Macho (y valientes o temerarias), pero como responsable también de la principal distribuidora de cine de España le conviene acelerar la existencia de canales de visionado del cine español por Internet. Porque enfrente tiene a una masa anónima que por mucho que lo expliques con argumentos razonados no va a entender. Su película es otra. Y urge mejorar la relación del cine español con el espectador.

Por cierto, por Twitter Alta Films y Cameo me indicaron ayer que Blackthorn ya está disponible en DVD y Blu-ray. Conviene hacerse con una copia porque contiene algunos de los mejores momentos del cine español durante 2011. Enhorabuena Santana, Ruíz Anchía, de Gaspar, Bilbao, Mateo Gil. Enhorabuena Urbizu, Coronado, Anaya, Cornet, León, Wagener, Agredano…

En 1996 fui script de «La isla del infierno», de Javier Fernández-Caldas, rodada entre Tenerife y Agaete durante 9 semanas y media. Está ambientaba en el siglo XV, en tiempos de la conquista de Canarias. En la imagen, se me ve con la claqueta tapando parcialmente a José Conde (Pepe Conde) a quien conocí durante ese rodaje y cuya muerte este año lamenté como tantos otros. Me alegré de que Pepe fuera recordado entre los que fallecieron en 2011 en la Gala de los 26 Premios Goya. Aquí interpretaba a un capitán algo trastornado que veía en cabalgar a lomos de avestruz una posibilidad de revolucionar los medios de locomoción.

Se desaprobó el reglamento (de la ley Sinde)


Considerando las muchas opiniones que expresan hasta gozo por la no aprobación (la desaprobación) el viernes 2 de diciembre del reglamento de la llamada ley Sinde (ley antidescargas ilegales, antipiratería son nombres más adecuados) por parte de tuiteros de referencia (perdonen que no me levante -que se le ocurriría a Groucho Marx para su lápida– y opine solemnemente que tener 100.000 seguidores en Twitter es algo bien distinto a ser el Mesías de cien mil almas ni el empresario de otros tantos trabajadores, tampoco tener en Twitter 100.000 seguidores es ser un grupo musical y haber vendido o que te hayan pirateado cien mil discos).

Que la industria cultural nacional no se haya adaptado a una tecnología que rompe con desgarro las fronteras no es razón para no tenerla en cuenta. ¿El sector que impone tan rápido cambio vela por el Bien Supremo de la Humanidad o tiene también sus interesillos llamémosles, llanamente humanos?

Respetando que efectivamente hay –seguro- opciones más efectivas y brillantes (otra cosa sería la puesta en práctica de las mismas y la premisa irrenunciable que eso corresponde hacerlo a los Gobiernos, buenos o malos, hasta que cambiemos el sistema de gobernarnos, igual que los libios o de forma distinta a ellos), permítanseme estas líneas para volver a reivindicar sin acritud ni ambages el desarrollo de la dichosa ley por parte del Gobierno entrante y refrendarme en el calificativo que un muy prestigioso cineasta, Fernando Trueba –Mejor Película de Animación de la Academia del Cine Europeo 2011, ¿cuántos amigos en Facebook, cuántos seguidores en Twitter?-, ha dedicado al saliente: “cobardes impresentables”.

Perdonen que no me levante y opine que tener 100.000 seguidores en Twitter es algo bien distinto a ser el Mesías de cien mil almas. Permítaseme volver a reivindicar el desarrollo de la ley y refrendarme en el calificativo que un cineasta ha dedicado al gobierno saliente: “cobardes impresentables”.

El próximo viernes 16 hay una última oportunidad de aprobar in extremis el reglamento. Si no fuera así, como apuntan que va a suceder voces cualificadas, la papa caliente, es decir la PC, se la deja el PSOE al PP llegante. Sería una prueba más de la debacle moral y, fundamentalmente, organizacional del partido de los 100 años de honradez –“y cuarenta de vacaciones” que repetiría con sofoco mi abuelo comunista en la década de los ochenta del siglo pasado, la última de su vida-. Quizás, como muchos apuran, se trata para todos las fuerzas políticas de izquierda de aprovechar la debacle como oportunidad para refundarse, aunque para ello haya que pasar por el penoso trance de renunciar a privilegios, vicios adquiridos, prebendas. Superar traumas. A quitarse los muchos enquistes morales e intelectuales de encima. A pensar, siquiera, en asumir con inteligencia la necesidad de que quizás haya que adoptar entre tantas alguna política tradicionalmente ligada al corpus incorrupto de la derecha. ¿No hace la derecha lo mismo pero en sentido contrario? Hacerlo es, a mi juicio, la salida para no quedarnos en manos del capitalismo trasnacional. Del mundo gobernado por las empresas. En esa dirección sopla el viento sobre la Tierra.

Recapitulando, sí al cambio de modelo, sí consensuando los tiempos y plazos. Y sí con una ley (y un reglamento) que le diga a la ciudadanía que por encima de la tecnología existe un derecho establecido sobre un compromiso social que para anularlo primero procede cambiarlo.

Abrí este blog escribiendo que la mera formulación de la ley era una victoria del hombre sobre la jungla, poner puntos sobre las íes, y que ya solo por eso merecía la pena. A sabiendas de que la jungla en relación a los contenidos audiovisuales muchos consumidores la entienden como el paraíso para ellos por la siguiente mera certeza insuperable: “Me sale gratis”. Entiendo –quizás me equivoque- que ese no puede ser el razonamiento que hace avanzar las sociedades. No ha sido el razonamiento que me haya hecho avanzar ni a mí mismo ni a todas las personas que conozco a mi alrededor, sin excepción. Tampoco a los propietarios de las webs de descarga ni las operadoras. Nadie que aplaude las descargas gratuitas aplaudiría que le robaran el producto de su trabajo, sea presidente de una corporación, frutero, deportista, panadero, actriz o portero de discoteca. Por eso la ley, al margen de su aplicación más o menos exitosa (sobre eso hay teorías que seguirán siendo solo eso hasta que se ponga en marcha), separa con voz alta lo que está bien de lo que está mal en base a nuestra tradición y ordenamiento jurídicos. En base al modelo existente. Hay que recordar que hasta los debates iniciales que la propiciaron, la piratería no sólo se practicaba con fruición y descaro, sino además estaba socialmente muy bien vista. En el país de los pícaros, en el país de la crisis, el pirata era el machito, el espabilao, el líder de la manada. Ya no es así.

Refundar las fuerzas políticas de izquierda, renunciar a privilegios, vicios adquiridos, prebendas, quitarse enquistes morales e intelectuales de encima es la salida para no quedarnos en manos de un mundo gobernado por las empresas.

Que la industria cultural (nacional) no se haya adaptado a la velocidad del rayo a una tecnología extranjera que rompe con desgarro las fronteras no es razón para no tenerla en cuenta; podemos pensar lo mismo de los gobiernos nacionales, diputaciones, cabildos o ayuntamientos. Son lentos como tortugas respecto a la realidad. También los tribunales van con insoportable retraso respecto al avance social; lo vemos día a día y ahí los tenemos y respetamos. Nos aguantamos. ¿Es necesariamente la capacidad tecnológica lo que debe ordenar el modus vivendi? ¿Es imprescindible que ese modus desarrollandi cambie al ritmo que la capacidad tecnológica ordena, es decir, de hoy para ayer en los tiempos que corren? ¿El sector que impone tan rápido cambio vela por el Bien Supremo de la Humanidad o tiene también sus interesillos llamémosles, meramente humanos?

A pesar de que desde el lado de los que se proclaman “representantes de los internautas” se hayan destacado los insultos provenientes del otro extremo de la fuerza no es menos cierto que el territorio Internet si es rey de algo, también lo es del insulto, el exabrupto, muchas veces feroz, anónimo, cobarde.

No me siento capaz de responder a todo, pero sí de olfatear algunas respuestas. Para mirar alrededor y ver si el efecto del cambio es de verdad beneficioso para alguien, y en tal caso, para quién. De la ley antidescargas, con y sin reglamento, pienso que es aún poco valiente (o generosa) por no penalizar al consumidor como han hecho en otros países/civilizaciones más avanzados/as que el nuestro, entre otros/as en aquel de donde viene la tecnología. El miedo a la multa, como pasa al volante, evita que descarrilen muchos coches llevándose por delante -eso es lo peor- peatones inocentes. También que el futuro pasa de forma evidente por una evolución consensuada del sector de la industria cultural, como piden algunos tuiteros con muchos seguidores, pero no necesariamente al ritmo que éstos piden. Porque los actores del modelo existente no están obligados a ser tan inteligentes ni ágiles como popes e internautas; ellos no son nada más -y nada menos- que los dueños de los resultados que hacen existir y moverse al modelo. Así que el ritmo debe ser también consensuado. Con plazos necesariamente, pero plazos consensuados. Por otro lado, no creo que sea hilar fino demonizar a todo un sector por los cables de Wikileaks que hablaban de presiones de multinacionales USA sobre los legisladores españoles. Pertenezco al sector y no soy multinacional. Esas presiones las entiendo, pero no son parte de mi mundo. No me creo que González-Sinde sea la Johnny Terrori del capitalismo multinacional.

Hay que recordar que hasta los debates iniciales la piratería se practicaba con fruición y descaro. En el país de los pícaros, en el país de la crisis, el pirata era el machito, el espabilao, el líder de la manada. Ya no es así.

«Nosotros intentamos luchar contra la piratería con un nuevo modelo de negocio y no con una ley. Nuestro modelo intenta ser mucho más sencillo que piratear un libro y a un precio asequible. Si a un usuario se lo pones fácil va acudir a plataformas legales». Las palabras de Aitor Grandes, responsable de 24symbols, plataforma para leer libros digitales en Internet, en el especial de El País a propósito del tema, son de las más sensatas que he oído, aunque hay que aclarar que no estamos ante ningún editor de libros en papel, a alguien con currículo reconocido en la materia. Insultos y descalificaciones haberlos, hahabídolos desde ambas partes. A pesar de que desde el lado de los que se autoproclaman (falsedad) “representantes de los internautas” se hayan destacado los insultos provenientes del otro extremo de la fuerza (“ganapanes” y “cuatro tuiteros” se les vino a malllamar de forma despectiva) no es menos cierto que el territorio Internet si es rey de algo -que lo es de muchas cosas- también lo es del insulto, el exabrupto, muchas veces feroz, anónimo, cobarde. Si es cierto es que la palabra clave de la red es esta que ha dado pie (involuntario) a la polémica actual: compartir, no lo es menos que otra debería igualarla en importancia: respetar.

De la ley antidescargas pienso que es aún poco valiente (o generosa) por no penalizar al consumidor como han hecho en otros países/civilizaciones más avanzados/as que el nuestro. El miedo a la multa, como pasa al volante, evita que descarrilen muchos coches llevándose por delante -eso es lo peor- peatones inocentes.

Recapitulando, sí al cambio de modelo, sí consensuando los tiempos y plazos. Y sí con una ley (y un reglamento) que le diga a la ciudadanía que por encima de la tecnología ¿y acaso, intereses igualmente innombrables e igualmente transnacionales? existe un derecho establecido sobre un compromiso social que para anularlo primero procede cambiarlo. Y procede exigir cambiarlo. Pero es inadmisible decidir de forma unilateral su derogación espontánea con el argumento de que una tecnología inocente así nos lo ha impuesto.

Seis puntos sobre Roberto Pérez Toledo


Punto 1. Apoyar al sector audiovisual no es echar de comer a las palomas en el parque.

Seis puntos sobre Emma, primer largometraje del lanzaroteño Roberto Pérez Toledo (Arrecife, 1978), director, guionista, bloguero de referencia, es la esperanza blanca de los últimos siete años de política audiovisual del Gobierno de Canarias. Si sale bien, que nadie dude que servirá para justificar solemnes faltas de fundamento anteriores. Por supuesto que no sería justo, pero los gobiernos no suelen compartir la misma idea de justicia que los ciudadanos, al menos de éste que se sienta a las 08.06 de la mañana para escribir estas líneas cargado con la desazón que le supone haber visto tanto dinero público malempleadito, tan poco pie y tan poca cabeza en los años de vacas bulímicas para algunos.

Punto 2. Pero andando.

Lo que sigue a continuación es la entrevista que en mayo de 2005 le hice a Roberto Pérez Toledo en el periódico La Provincia a propósito del estreno de su primer –y único- corto en soporte de celuloide, Vuelco, producido por El Cielo Digital, una escisión de la productora La Mirada. Fue de mis esporádicas intervenciones en ese periódico durante la primera década del nuevo siglo por lo que consideraba una incompatibilidad con mi trabajo como director del Foro Canario del festival de Las Palmas. Pero de entrevistar a RPT no me pude sustraer. Vuelco está entre los diez mejores cortos rodados en la historia del cine de Canarias. Y Pérez Toledo es, y solamente debido a su trabajo, por calidad y cantidad, el principal exponente de los directores de las islas que erupcionaron después de 2000. Porque cantidad y calidad se demuestran primero andando y después otra vez andando, a pie o sobre una silla de ruedas, como es su caso. Buscando, estudiando, errando, perseverando, compartiendo, sorteando. Pero andando.

Punto 3. Lechugas en Groenlandia.

Seis puntos sobre Emma se estrenará en enero en salas españolas. Antes, el día 25 de noviembre, lo hará en Canarias. Así podrá optar a ser nominado en los Premios Goya de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España de este año. De la película había sabido de primera mano por Tommixito, foquero de honor, actualmente en Miami de paso a su barrio natal de La Víbora (La Habana). Supe por él que se rodó en diciembre de 2010 en Tenerife con la madrileña Verónica Echegi y el lagunero Álex García encabezando el reparto y que su último día de rodaje fue, si ahora no me falla la memoria, justo antes del día de Navidad. “Imposible tener en Canarias mejor aval si se quiere rodar un largo con profesionales de las islas que intentarlo con la productora La Mirada.” Así le dije a RPT años antes de Vuelco cuando quiso asesorarse para sus proyectos. El equipo que encabezan Ana Sánchez-Gijón y Juan Antonio Castaño (Mengue) remonta su origen a mediados de los ochenta, cuando pensar en desarrollar un cine en Canarias era como pretender hacer negocio con el cultivo de lechugas en Groenlandia.

Nuestro propio cielo, por su perversión naif, que da que pensar que cuando Rober de verdad explore esta vía puede dejar al mismísimo Haneke a la altura del oso Yogui.

Punto 4. “Yo sí”.

El talento de Roberto Pérez Toledo -de los directores canarios el de mayor sensibilidad que he conocido junto con el añorado Antonio José Betancor– sumado a los conocimientos de Ana y Mengue difícilmente puede tener mejor pasaporte para el éxito, hablando de hacer cine desde Canarias. Por eso estoy seguro (cruzo los dedos) de que Seis puntos sobre Emma no va a errar. Por eso y porque en el encuentro de canarios del Zinemaldia le pregunté entre queso y queso mirándole a los ojos si él estaba satisfecho con la película y Rober con la mayor tranquilidad del mundo me respondió: “Yo sí.” A pesar de esto, los que hemos hecho películas en lugares con nulo o escaso soporte industrial (respectivamente Canarias, España) sabemos que no errar es, justamente, el milagro. El éxito es la excepción. El puente que separa acertar de fallar está construido igual que los colgantes de las películas de aventuras en la jungla.

Punto 5. Fogonazos de poesía.

Entre la entrevista a propósito de Vuelco que transcribo a continuación y Seis puntos sobre Emma Roberto Pérez Toledo firmó seis trabajos más, si las cuentas no me fallan. Soy especialmente fan de Globos (2005). Nuestro propio cielo (2008); Manguitos (2010); y Los gritones (2010). Globos, codirigido con Carlos Lorenzo y Pedro A. Loma, por ese final a cuchillo con guiño preciso al cine español; Nuestro propio cielo, por su perversión naif, que da que pensar que cuando Rober explore esta vía de verdad puede dejar al mismísimo Michael Haneke (La cinta blanca, Funny Games) a la altura del oso Yogui. Manguitos por su inquietante dulzura. ¿Y “Los gritones”? ¿Cuál es el secreto del éxito de este filme de solo un minuto que ha llevado a Roberto al reconocimiento internacional y a su protagonista, la galdense Ruth Armas, a la portada de Interviú bajo el titular, cien veces desproporcionado, de “el último grito del cine español”? Que condensa todo su cine en 60 segundos: fogonazos de poesía en un relato de apariencia cándida con el que cualquiera puede sentirse identificado gracias también al conseguidísimo naturalismo de su puesta en escena. Gracias a la aparente invisibilidad de Pérez Toledo, que parece que no moja pero empapa igual que la lluvia que ahora mismo cae detrás de los cristales. Les dejo con la entrevista. Que hable Rober.

Punto 6. La entrevista.

Roberto Pérez Toledo: “Indago en la importancia de sucesos a priori intrascendentes en la vida”

Dice que la vida se ve “en plano contrapicado” desde la silla de ruedas que ocupa desde los 14 años debido a una enfermedad. “Mentiría si dijera que mi vida es plena y maravillosa. Pues no, es una mierda en muchísimos aspectos; es complicada, agotadora y muy frustrante, pero creo que de momento tengo las suficientes motivaciones como para tirar hacia adelante. Ya no me hago preguntas que sé que no tienen respuestas, así que simplemente intento que mi discapacidad repercuta lo menos posible en las metas que me propongo en cada momento.” Roberto Pérez Toledo (Arrecife, 1978), el más interesante director canario surgido después del cambio de siglo, acaba de estrenar su primer cortometraje realizado en cine, Vuelco, una historia de catorce minutos bella y melancólica como sus mejores trabajos anteriores.

¿Cuándo te nace tu vocación de hacer cine?

Es difícil responder a esta pregunta, porque creo que no existe un porqué para las cosas que no concibes de otra manera. No sé si creo en eso de las vocaciones, o si todo es mucho más sencillo y aquello a lo que nos dedicamos es simplemente el resultado de un proceso. Recuerdo que desde muy pequeño me apasiona el cine y ver películas, e imagino que esta fascinación da paso a un interés por lo que se cuece detrás de una cámara, y que este interés genera en tu cabeza mil historias que te gustaría contar a ti con las mismas herramientas. Nací y crecí en una isla, Lanzarote, donde no hay nada propicio para generar esta inquietud en un niño o en un adolescente, así que la única semilla está en las propias películas que me he tragado en cine, en vídeo, en la tele…

No me considero un ejemplo de superación ni de nada; no me gusta que me hagan aparecer como tal. Sólo soy alguien, con sus circunstancias, intentando hacer lo que quiere hacer, como todo el mundo.

Una de las constantes de tu cine es la ausencia de conflictos que hagan avanzar la historia, un mandamiento inviolable para muchos guionistas. ¿Qué beneficios crees que aporta esta elección?

No es una fórmula consciente. Los profesores de guión siempre te dicen que en un guión debes escribir sólo lo que se oye y se ve en pantalla, pero a mí me intriga demasiado lo que no se ve y no se oye. No sé si lo hago bien o mal, pero tiendo a escribir historias con un alto nivel introspectivo, con conflictos aparentemente nimios o triviales que, sin embargo, son los que se quedan dentro y marcan tu vida. Mis personajes se expresan y se comunican con sus palabras, con lo que dicen y también con lo que no dicen. Por ahora, no me interesa el tremendismo argumental ni las tramas rebuscadas. Me gusta indagar en la importancia que tienen en nuestras vidas sucesos a priori intrascendentes, y por ahí va encaminado lo que hago. Busco la identificación del espectador pero no me interesa la coloquialidad. De hecho, a veces me reprochan que escribo diálogos acartonados, no naturales, pero ciertamente me parece un elogio. No me interesa el lenguaje de la calle ni lo realista por encima de todo. Aspiro, sin que suene pedante, a crear un mundo aparte donde, aún así, el espectador encuentre historias en las que se reconozca fácilmente: historias que cambian vidas y que ocurren a la vuelta de la esquina, con personajes que hablan en voz baja, sin aspavientos ni estruendos.

El cine de Pérez Toledo recuerda a “esas cursis dedicatorias que se escriben en las carpetas del instituto”, expresión que él mismo reivindica.

Tus trabajos se centran siempre en una misma etapa de la vida, la frontera entre la adolescencia y la juventud.

Puede que sea por conocimiento de causa, pero también porque me parece una franja de edad riquísima, muy cinematográfica, repleta de contradicciones, de inestabilidad, de comecocos, de expectativas frustradas, de sentimientos que atormentan. Quizás es que me inspiro demasiado en lo que veo a mi alrededor, entre mi grupo de amigos, o por esa carga introspectiva que tiene lo que escribo, pero ahora mismo no me siento demasiado capaz de crear una historia sobre personajes mayores de cuarenta o cincuenta años, aunque todo se andará.

“Ahora tengo ganas de ampliar miras y géneros, de adentrarme en territorios argumentales más manifiestamente oscuros o de abrir una puerta a la comedia”

¿Tu discapacidad ha sido un hándicap a la hora de dedicarte a este oficio?

No, porque jamás se me ha ocurrido que pudiera ser un hándicap. El principal problema habría sido que yo mismo pensara que lo es. Recuerdo que hace años llamé a una escuela de cine para informarme de si sus instalaciones tenían barreras arquitectónicas, y el tipo que me contestó me enumeró problemas con los que me iba a encontrar al intentar dirigir cine en una silla de ruedas. Yo no le estaba pidiendo en absoluto su punto de vista sobre mi situación, sólo quería saber si el sitio estaba adaptado o no, pero él se sintió con la libertad de opinar. Por supuesto, no me matriculé en semejante escuela de cine, pero desde entonces no he vuelto a permitir que nadie opine sobre lo que puedo hacer o no. Lo hago y ya está. Y no me considero un ejemplo de superación ni de nada; no me gusta que me hagan aparecer como tal. Sólo soy alguien, con sus circunstancias, intentando hacer lo que quiere hacer, como todo el mundo.

Has hablado de culminación de una etapa con Vuelco. ¿Cuáles son tus intenciones a partir de ahora?

Todos cambiamos y crecemos, y Vuelco es un corto que escribí hace dos años y que ahora, inevitablemente, noto un poco lejos de mí y de lo que escribo actualmente. Cada historia es fruto de un momento particular y me cuesta reconocerme en guiones y cortos que escribí o dirigí hace años. Vuelco es la culminación de una etapa porque es el corto en 35 milímetros que tenía ganas de hacer desde que empecé en esto. De alguna forma, todo lo que he estado haciendo en vídeo digital antes de Vuelco han sido ensayos o pruebas para esta pequeña historia de catorce minutos. Ahora sí que tengo ganas de ampliar miras y géneros, de adentrarme en territorios argumentales más manifiestamente oscuros o de abrir una puerta a la comedia. Algunos objetivos ya los he empezado a poner en marcha en mi último corto en vídeo digital, Bailad para mí, que grabé en julio del año pasado, en plena preproducción de Vuelco. Ahora estoy con el guión de mi largometraje y en él reconozco aspectos nuevos y temas que ya he tocado. Supongo que resultará un híbrido a medio camino de muchas cosas, pero ahora sí que siento que materializar este guión y debutar en el metraje largo está entre mis objetivos a corto plazo.

“Aspiro a crear historias que cambian vidas y que ocurren a la vuelta de la esquina, con personajes que hablan en voz baja, sin aspavientos ni estruendos”

El cine de Pérez Toledo recuerda a “esas cursis dedicatorias que se escriben en las carpetas del instituto”, expresión que él mismo reivindica. Construye historias sencillas con los elementos mínimos y las inquietudes de sus personajes -siempre jóvenes o adolescentes- se revelan a través de profusos diálogos y prolongados silencios. Sus películas hablan de una edad idealizada por la sociedad, pero no por sus introspectivos protagonistas, con los cuales el director parece confundirse. En Vuelco un chico acude a un cruce de caminos para despedirse de una amiga sorda de la infancia de la que se siente enamorado, aunque todavía es incapaz de identificar el sentimiento. “Es, en definitiva, el relato de una primera y desoladora encrucijada, la primera de muchas que vendrán.”

¿De qué trabajos anteriores a “Vuelco” te sientes más satisfecho?

Es complicado decirlo, porque algunos de estos trabajos ahora los veo como si no tuvieran nada que ver conmigo, como si no los hubiera escrito y dirigido yo. A pesar de su precariedad técnica y de mi inexperiencia en el momento en que lo dirigí, creo que me siento satisfecho del devenir que ha tenido un corto como Lluvia, que con presupuesto cero ha tenido un camino largo y ha conseguido distribución hasta en Estados Unidos. Luego, mi corto En otra vida es de los que mayor desconcierto provoca en algunos espectadores, pero también sigue siendo la expresión de muchos de mis miedos y preocupaciones.

Índice de fotografías:

1) Roberto Pérez Toledo, en la imagen que en 2005 proporcionó para su entrevista en La Provincia.

2) Cartel de Seis puntos sobre Emma.

3) Portada de la revista Interviú con la canaria Ruth Armas como «chica de portada».

3) Viñeta de El Roto publicada este mes de noviembre en el diario El País, después de haber escrito el texto (v. Punto 1). La viñeta pareció predestinada para ser reflejada en el blog.

4) Imagen promocional de Vuelco.

5) La entrevista, tal y como fue publicada en 2005 en La Provincia.

Steven Spielberg / Óliver Laxe; «Tintín: El secreto del Unicornio» / «Todos vosotros sois capitanes»; atardecer / amanecer


Ojalá, uno a uno, todos los Gobiernos pongan herramientas para hacer cumplir la frase del ‘underground’ Jonas Mekas. También en Canarias, donde el Plan Audiovisual ha relegado a la Filmoteca Canaria a un segundo escalón que no merece.

No es solo apabullante el calificativo que merece un filme como Tintín: El secreto del Unicornio (The Adventures of Tintin, Steven Spielberg, 2011), último que dirige el Rey Midas de Hollywood, en este caso caso asociado con otro de los gordos más gordos del cine mundial desde El señor de los anillos (Lord of The Rings, 2001) , el neozelandés Peter Jackson. Tampoco vertiginoso sería el único calificativo. Ni brillante, o carísimo. Se podría formular así: Tintín: El secreto del Unicornio es un apabullante, vertiginoso y brillantísimo filme de Steven Spielberg que ha costado, salta a la vista, un ojo de la cara. Es, en cualquier caso, lo que un maketingnócrata redicho llamarían un must del cine de 2011. Un filme que hay que ver, en salas y, si es posible, en 3D. Así conoceremos de primera mano qué es lo último que ofrece hoy en día la tecnología aplicada a la creación de imágenes en movimiento, que no es poco conocer para quien disfrute viendo cine. Y de paso también asistiremos a uno de los mejores filmes de Spielberg desde que en 1975 tocara su techo -aún insuperado- con Tiburón (Jaws). Y desde E.T., como él mismo ha dicho -confío en que no es para la galería-, el filme con el que ha disfrutado más el de Cincinnati.

La dirección de arte de Tintín: El secreto del Unicornio, basada fielmente en el original de Hergé, deja el mismo sabor excelso que degustar un polvito uruguayo en El Novillo Precoz, el restaurante de la calle Portugal que creó el postre más pirateado en los últimos años de Gran Canaria. La animación por ordenador y el uso 3-D es especialmente brillante en la reproducción del agua y el mar, antes tan dificultosa. El filme tiene momentos de gran fuerza icónica. La lluvia de monedas sobre el agua en alta mar tras la explosión del Unicornio es uno de ellos. También la rotura del vidrio de la tercera maqueta por mor del imposible agudo de la Castafiore. Toda esa secuencia en la ciudad costera marroquí es un placer para los sentidos. Lo mismo que la persecucion al final de la misma, el momento del filme que deja al espectador (y al propio Tintín) más con la lengua fuera de todos sus 107 minutos de metraje.

La dirección de arte de Tintín: El secreto del Unicornio, deja el mismo sabor que degustar un polvito uruguayo en El Novillo Precoz de la calle Portugal, el restaurante que creó el postre más copiado en los últimos años de Gran Canaria: excelso.

Quizás esto sea lo único discutible del Tintín de Spielberg: que desde el encuentro del reportero con el capitán Haddock -o sea, a los veinte minutos de empezar- hasta el final sea una sucesión imparable y creciente de secuencias sin freno, un corre corre asfixiante e imparable que parece querer competir cuerpo a cuerpo con filmes recientes de similar run run, como Cars 2 (John Lasseter, 2011). ¿De qué sirve esa competición delirante por ser el más veloz de la clase? ¿Adónde llevará si precisamente lo que hace de Tiburón su mejor película es esa calmada secuencia nocturna previa a la caza final donde el excéntrico Quint (Robert Shaw) cuenta al sheriff Martin Brody (Roy Sheider) terribles experiencias sufridas en la guerra de Corea sentado alrededor de la mesa en la cabina del barco? Es ese punto de inflexión psicológica del excéntrico personaje al que le faltan menos de doce horas para ser salvajemente devorado desde los pies hasta el tronco por el monstruo lo que da aire a la narración y grandeza al filme. Lo que lo hace, además, imperecedero

Finalmente, los guiños en Tintín hacia el propio cine del director y productor son varios: Tiburón sin ir mas lejos y La guerra de los mundos (War of the worlds, 2005) son los más notorios. Más importante, sin embargo, es su fidelidad al espíritu de la obra de Hergé. Nadie dudaria en afirmar que este es el mejor Tintín adaptado al cine. Da gusto -produce sorpresa también- comprobar que el brutal alcoholismo del capitan Hadock se muestra sin tapujos y en positivo (como era en Hergé), sin filtros «para el publico familiar» que hubieran sido tan previsibles en Spielberg. Hadock, todo chispa y corazón, como en los comics originales es el reverso caliente al cerebral Tintín, inteligente y aburrido.

No podía terminar esta referencia sin mencionar el magnífico texto de Manuel Mora Lourido publicado en Canarias 7 que documenta el paso del periodista por Canarias en la primera edición de Tintín en el Congo, aunque -como explica el propio articulista- en la siguiente edición Hergé quitara la referencia al tener que reducir el número de páginas de la misma. Tintín pasó en sus aventuras por Canarias, y Canarias fue el único lugar de España presente en sus viñetas.

Cierto es que el filme de Spielberg representa lo mejor de un cine comercial para pantallas comerciales, mientras que el de Laxe representa un cine para minorías que deberá ser exhibido, lógicamente, en pantallas minoritarias, certámenes o festivales públicos (pagamos todos), y mostrado en esa enorme ventana de exhibición para este tipo de filmes menos comerciales que es Internet. Si alguien espera una valoración sobre lo que es mejor o peor, no obtendrá respuesta.

No nos deja el calor en Las Palmas hasta finales de octubre, cuando por fin comienzo a sentir frescor matutino en los viajes a eso de las siete a la fábrica de cristal de donde mes a mes saco para comer. En la muestra Ibértigo tuve la ocasión de ver una de las películas que perseguía desde que saltó en el pasado festival de Cannes por su premio Fipresci (el de ¡ay! los críticos) en la prestigiosa sección Quincena de Realizadores. Todos vosotros sois capitanes (Todos vós sodes capitáns), del gallego afincado en París Óliver Laxe, narra el intento del director de realizar en Tánger (Marruecos) una película usando chicos de una asociación de apoyo a jóvenes problemáticos para la que trabaja. Y es un bonito filme, casi íntegramente en blanco y negro, que a su vez reflexiona sobre el mismo sér -con acento por el sentido de plenitud césarvallejiano– del cine. Una reflexión que, cabe recordar para los que profesan una especie de devoción mística por este tipo de acercamientos, es tan vieja como el propio cine.

Más importante, el filme de Laxe, hablado en francés, árabe y español, es además un acercamiento honesto y modesto a los chicos desarraigados de retrata. No en vano, hace el filme que ellos quieren sin oponer resistencia, como si el propio cambio de rumbo de la idea inicial -forzada en realidad por profesores celosos-, formara parte de su premisa a la hora de abordarlo: hacer lo que se pueda, dejarse llevar. Así el director, que como profesor al inicio del filme riñe a sus alumnos por «mirar a la cámara», o lo que es lo mismo, romper la apariencia de neutralidad del sujeto que filma la película, base elemental de la narrativa clásica, al final rueda una especie de documental donde también tiene cabida la excursión de los chicos por montañas y riachuelos. Filma la naturaleza, que es lo que ellos quieren.

Más allá, una lectura profunda del filme nos habla de la necesidad de filmar, algo que lo acerca a una de las ideas del cineasta ‘underground’ Jonas Mekas expresadas estos días en El País durante su visita a España. No la principal expresada en la entrevista, que fue esta: «Dígalo, escríbalo. Todos los gobiernos tienen la obligación de salvaguardar esa memoria, la que está en todas las películas, de todos los tipos», fue la frase de Mekas a la periodista. Ojalá, uno a uno, todos los Gobiernos pongan herramientas para hacerla cumplir. También en Canarias, donde el ampuloso Plan Audiovisual ha relegado a la Filmoteca Canaria a un segundo escalón que no merece.

Finalmente, ¿pueden unirse filmes tan dispares como Tintín. El secreto del Unicornio y Todos vós sodes capitáns en una misma crítica? ¿Significa el primero una nueva muestra del ocaso del cine como pregonan críticos afrancesados de aquí, allá y maracuyá? ¿Significa el largo de Laxe el orto del cine del provenir, como algunos pesados de la versión española del Cahiers de Cinéma se afanan por pregonar? ¿Es Spielberg un monstruo que logra sus objetivos comerciales apoyado en una insultante campaña comercial que tiene como objetivo comer los tarros del sufrido personal, indefenso y en paro si forma parte de los 5.000.000 de récord anunciados en España el viernes 28 de octubre? ¿Es Laxe un ángel, un nuevo Che Guevara del cine como inspira su look, si interpretamos al Che como el hombre sin mácula que cayó en la selva boliviana para mejorarnos a todos como personas y el sistema en que vivimos?

Permítanme que ponga todas estas afirmaciones en duda. Cierto es que uno representa lo mejor de un cine comercial para pantallas comerciales, mientras que el otro representa un cine para minorías que deberá ser exhibido, lógicamente, en pantallas minoritarias, certámenes o festivales públicos (pagamos todos), y mostrado en esa enorme ventana de exhibición para este tipo de filmes menos comerciales que es Internet. Si alguien espera una valoración sobre lo que es mejor o peor, no obtendrá respuesta. Uno, el de Laxe, lo verán cientos de personas, miles con el paso de los años; y el otro, el de Spielberg, millones, decenas de millones con el paso de los meses. Si alguien quiere restar méritos a una u otra forma de remediar esa pulsión por hacer cine de la que hablaba Mekas es que no sabe de lo que está hablando.

Índice de fotos:

1) Tintín y Milú huyen del cartel de la película de Laxe.

2) Imagen del cartel de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975)

3) Imagen promocional de Tintín: El secreto del Unicornio.

4) Viñeta alusiva a Canarias en la primera edición de Tintín en el Congo.

5) Collage de cuatro fotos promocionales de Todos vosotros sois capitanes sobre la imagen de Óliver Laxe en la misma película.

6) Tintín y Milú corren hacia el cartel de la película de Laxe. 

José Luis Delgado gana el concurso Cinexprés-filmotech.com y viajará en noviembre a Los Ángeles


Lo que sigue es la nota de prensa enviado el viernes 2 de septiembre informando del ganador del premio del concurso Filmotech.com-Cinexprés. La foto que lo acompaña es de José Luis Delgado, megáfono en mano, durante un rodaje . Al final del texto se incluye una foto del equipo de rodaje de ‘Death Pills’, dirigido por José Luis Delgado, el joven de la camiseta marrón en el centro de la fila inferior.
  • El joven estudiante de audiovisual de Gran Canaria, que logró 10.485 clicks en su corto “Death Pills”, compartirá experiencias en Hollywood durante una semana con profesionales españoles e iberoamericanos del sector.
  • Esta iniciativa ha sido impulsada por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales de España (Egeda) que correrá con los gastos de matrícula, estancia y desplazamiento desde Las Palmas a Los Ángeles
  • Cinexprés es un proyecto pionero en España que une tres centros de formación audiovisual en la producción de cortos.

Los cinco cortometrajes elaborados durante el curso 2010-2011, en la séptima edición del Taller CINEXPRÉS, realizados por jóvenes estudiantes de audiovisual de Gran Canaria, han participado durante los meses de julio y agosto en un concurso online promovido por EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), con sede en Madrid, a través de su portal de cine filmotech.com.

Una interesante y novedosa iniciativa que da la oportunidad a su ganador, José Luis Delgado, director de Death Pills, de participar en el US Film Industry Inmersion Program, un programa, organizado por EGEDA en colaboración con LATC (Centro Latino-Americano de Entrenamiento y Asesoría Audiovisual), que congregará en la ciudad de Los Ángeles, desde el próximo 31 de octubre y hasta el 5 de noviembre, a alrededor de treinta cineastas latinoamericanos y españoles para conocer y profundizar en los aspectos artísticos y nuevos medios de comunicación de la industria de EEUU.

El director de Filmotech, Rafael Sánchez, se ha mostrado “muy satisfecho de poder reforzar y apoyar el tejido audiovisual canario a través de esta valiosa iniciativa. Sobre todo, su prometedora cantera. Nuestra obligación es apostar por los nuevos talentos del cine que son quienes, en definitiva, conforman el futuro de una industria vital para el desarrollo de nuestro país”.

Por su parte, Jaime López-Urrutia, delegado de Egeda en Canarias, considera que “Cinexprés es la apuesta más directa por la nueva generación que hemos apoyado en los años que lleva abierta la delegación regional dando apoyo a diversas acciones e iniciativas. Llama la atención la originalidad de la idea de los organizadores, que han coordinado a alumnos de varios centros y especialidades conformando virtuales productoras de cine, dando así a estos alumnos la oportunidad de vivir la experiencia completa de una producción desde su fase inicial hasta la comercialización de la obra. Nuestro granito de arena en este caso ha sido la publicación de la obra ganadora en el portal de los productores españoles «FILMOTECH», y como premio, su director participará en un curso de una semana en Beverly Hills (Los Ángeles). Además tendrá una acreditación para asistir a uno de los mercados de cine más importantes del mundo, donde se codeará con productores de reconocido prestigio.

El joven director ganador del concurso filmotech-Cinexprés, José Luis Delgado, considera Cinexprés como “una experiencia inigualable. Una iniciativa que además ayuda muchísimo a conocer gente de otras ramas que trabajan en el cine, como pueden ser actores, músicos, productores y en general, todos los oficios que participan en una película. Enseña lo maravilloso que es el cine. Recomiendo a todos que la prueben.”

A través de este curso, el participante tiene la oportunidad de familiarizarse con los aspectos académicos, comerciales y legales del sector audiovisual a través de un intenso programa de reuniones, presentaciones, mesas redondas y otras actividades de la industria. EGEDA correrá con los gastos de matrícula, desplazamiento y estancia.

El corto ganador obtuvo un total de 10.485 clicks. José Luis Delgado Alonso nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1990. Estudió Realización de Audiovisuales y Espectáculos en el Instituto Politécnico Las Palmas. Además de Death Pills en Cinexprés, ha dirigido el corto Sombras de Guerra. Actualmente sigue estudiando aunque lo compagina con el trabajo.

Antecedentes de Cinexprés

El Taller CINEXPRÉS consiste en la producción de cortometrajes realizados por los alumnos de los tres centros de formación reglada relacionados con este sector de la isla de Gran Canaria (IES Politécnico Las Palmas, la Escuela de Actores de Canarias y el Conservatorio Superior de Música de Canarias). La actividad está supervisada por sus profesores y coordinada por el experto Luis Roca Arencibia, desde hace dos años miembro de las comisiones de ayuda al cine en España del Ministerio de Cultura.

Como proyecto pionero en España, CINEXPRÉS reúne a estudiantes de diferentes centros pero de una misma generación que tienen la oportunidad, por primera vez, de poner en conocimiento mutuo el reto de trabajar en equipo en una experiencia compleja, en condiciones y niveles de exigencia similares a los que encontrarán en el mercado laboral.

CINEXPRÉS cuenta con el apoyo de los tres centros de formación, que avalan este proyecto como complemento de interés a la formación regular de los alumnos permitiéndoles afrontar la complejidad de una producción audiovisual profesional y beneficiándose de sus aspiraciones para introducirse en el sector.

En este curso lectivo 2010-2011 participaron 65 alumnos y ellos mismos fueron los que después de preparar los guiones, con temática y formato libre, seleccionaron los que consideraron mejores. En esta pasada edición los cortos participantes fueron: Para gustos colores (Georgina Gelos, 10 minutos); Lena (Joaquín Rodríguez, José Francisco González, 14mnts.); Death Pills (José Luis Delgado, 9mnts.); Hay que ser maraña de Telde (Arasaho Silva, 15mnts) y El marrón (Edray Peña, Diego Velázquez, 14 mnts.).

Un jurado compuesto por el presidente de ACEPA, Eduardo Araujo, la compositora Laura Vega, y la distribuidora Librada Melo, otorgó el premio al Mejor Cortometraje para El marrón, de Edray Peña y Diego Velázquez, estudiantes del IES Politécnico de Las Palmas; el premio a la Mejor Interpretación para Cindy Pérez, de la Escuela de Actores de Canarias, por su papel en Hay que ser maraña de Telde; y la Mejor Banda Sonora para Filiberto Díaz, alumno del Conservatorio Superior de Música de Canarias, por Lena.

Los galardonados han recibido como premio 1.000 euros para nuevos cursos de formación en sus respectivas especialidades fuera de Canarias. Además, la séptima edición del Taller estableció menciones especiales a la Mejor Producción, Mejor Fotografía y Mejor Sonido, que han recaído en Diana Navarrete (El marrón), Eduardo Camprubi (El marrón) y Gerardo Bonilla (Para gustos colores), respectivamente.

Durante las seis ediciones de CINEXPRÉS han participado alrededor de 500 estudiantes, con una media de veinte años, y se han producido 35 cortometrajes. Ni en Canarias ni en España existen precedentes de un proyecto como CINEXPRÉS. Su fortaleza reside en incentivar la creatividad de los jóvenes a través de un programa formativo gracias al cual se ponen en común y necesariamente riguroso para una actividad que involucra a estudiantes de distintos centros oficiales.

En 2011 Cinexprés ha contado con el apoyo de la Dirección General de Formación Profesional y Educación de Adultos del Gobierno de Canarias; la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias; la Concejalía de Juventud e Igualdad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; Oficina de la Capitalidad Cultural Las Palmas de Gran Canaria 2016; Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural del Cabildo de Gran Canaria; Gran Canaria Espacio Digital; CICCA; Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria y Egeda.

 

Egeda premia con un curso en Los Ángeles al corto de Cinexprés más visionado en la Red



Un joven estudiante de audiovisual de Gran Canaria compartirá experiencias en Hollywood durante una semana con profesionales españoles e iberoamericanos del sector. La Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales de España correrá con los gastos de matrícula, estancia y desplazamiento desde Las Palmas a Los Ángeles.

Trabajando, que sigue siendo gerundio, a pesar de la no obtención de la capitalidad cultural para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en 2016. Felicidades al extenuado equipo de trabajo de la candidatura, que apoyó también este proyecto modestísimo en recursos que hoy da el salto de esta capital del Atlántico a la capital del cine. Juan Cambreleng, Victor de la Nuez, Lara Perdomo, Fátima Morito y tantos otros: ¡gracias!

Toca pensar que esa bocanada de luz fresca que formaba una pequeña oficina con pequeños recursos –incomparables con San Sebastián, claro- no se quede en nada. Lo que sigue a continuación es la nota de prensa enviada hoy a medios informando de la noticia.

Los cinco cortometrajes elaborados en 2011 en la séptima edición del Taller CINEXPRÉS por jóvenes estudiantes de audiovisual de Gran Canaria participarán a partir del 1 de julio en el concurso online promovido por Egeda (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), con sede en Madrid, a través del portal de cine filmotech.com.

Los cortometrajes podrán verse a través de esta web hasta el 31 de agosto en una página especial dedicada a CINEXPRÉS. El director del corto que más visitas reciba tendrá la oportunidad de participar en el US Film Industry Inmersion Program, un programa, organizado por EGEDA en colaboración con LATC (Centro Latino-Americano de Entrenamiento y Asesoría Audiovisual), que congregará en la ciudad de Los Ángeles, desde el 31 de octubre y hasta el 5 de noviembre, a alrededor de treinta cineastas latinoamericanos y españoles para conocer y profundizar en los aspectos artísticos y nuevos medios de comunicación de la industria de EEUU.

Además, el ganador podrá familiarizarse con los aspectos académicos, comerciales y legales del sector audiovisual a través de un intenso programa de reuniones, presentaciones, mesas redondas y otras actividades de la industria. (EGEDA) correrá con los gastos de matrícula, desplazamiento y estancia del ganador.

El programa LATC está dirigido a incrementar la presencia de las nuevas generaciones de cineastas independientes en el mercado de EEUU y a promover la coproducción con el país. Los participantes tendrán la posibilidad, entre otras, de hacerse con una guía exclusiva de información privilegiada y tendrán acceso a los eventos seleccionados por la American Film Market, el mercado global de películas de estreno.

Este año 2011, además de la colaboración de EGEDA, CINEXPRÉS, proyecto dirigido por Luis Roca Arencibia, contó con el apoyo de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; Viceconsejería de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias; Oficina de la Capitalidad Cultural 2016; Cabildo de Gran Canaria; Gran Canaria Espacio Digital; CICCA; y Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria.

Actuación sin ánimo de lucro

Como sociedad de servicios para la defensa de los intereses de los productores audiovisuales, la actuación de EGEDA se realiza sin ánimo de lucro. Entre sus principios fundacionales, figura la vocación de servicio al productor y a la industria audiovisual. En este sentido, EGEDA ha puesto en marcha numerosas iniciativas de apoyo al sector. Entre ellas destacan sus últimos proyectos destinados a fomentar el uso de las nuevas tecnologías en la distribución de contenidos culturales.

Es el caso de filmotech.com, un completo portal de Internet dedicado a la distribución legal de cine a través de la Web y los entornos VEO, una serie de plataformas profesionales que facilitan a los productores la promoción, difusión y distribución de las obras audiovisuales.

Estos proyectos colocan a EGEDA a la cabeza de un movimiento que demuestra que el consumo de cine legal a través de Internet es posible y que el uso responsable de las nuevas tecnologías convierte a éstas en un aliado imprescindible de la industria audiovisual.

Iniciativa recibida con entusiasmo

La iniciativa de EGEDA –primera con este grado de implicación que lleva a cabo en España– ha sido recibida con gran entusiasmo por parte de los jóvenes cineastas que participaron en CINEXPRÉS, un proyecto pionero en España, avalado por sus seis ediciones anteriores, y en el que ya han participado alrededor de 500 estudiantes, con una media de veinte años, y se han producido 35 cortometrajes.

CINEXPRÉS consiste en la producción de cortometrajes realizados por los alumnos de los tres centros centros de formación reglada relacionados con este sector de la isla de Gran Canaria. Estos centros son el IES Politécnico Las Palmas, la Escuela de Actores de Canarias y el Conservatorio Superior de Música de Canarias. La actividad está supervisada por sus profesores y coordinada por un experto. Rodaje y edición de los trabajos se realizan a contrarreloj.

Gracias a CINEXPRÉS, una misma generación de estudiantes de centros diferentes se pone por primera vez en conocimiento mutuo y comparten el reto de trabajar en equipo en una experiencia compleja en condiciones y niveles de exigencia similares a los que encontrarán en el mercado laboral.

CINEXPRÉS cuenta con el decidido apoyo de tres centros de formación, que avalan este proyecto como complemento de interés a la formación regular de los alumnos permitiéndoles afrontar la complejidad de una producción audiovisual profesional y beneficiándose de sus aspiraciones para introducirse en el sector.

En este curso lectivo 2010-2011 participaron 65 alumnos y ellos mismos fueron los que después de preparar los guiones, con temática y formato libre, seleccionaron los que consideraron mejores.

En esta edición los cortos participantes han sido: Para gustos colores (Georgina Gelos, 10 minutos); Lena (Joaquín Rodríguez, José Francisco González, 14 mnts.); Death Pills (José Luis Delgado, 9 mnts.); Hay que ser maraña de Telde (Arasaho Silva, 15 mnts) y El marrón (Edray Peña, Diego Velázquez, 14 mnts.).

Ni en Canarias ni en España existen precedentes de un proyecto como CINEXPRÉS. Su fortaleza reside en incentivar la creatividad de los jóvenes a través de un programa formativo gracias al cual se ponen en común y necesariamente riguroso para una actividad que involucra a estudiantes de distintos centros oficiales.

Fichas de los cinco cortometrajes

HAY QUE SER MARAÑA DE TELDE

Dir.: Arasaho Silva; Prod.: Carolina Henríquez; Fotografía: Esteban Ojeda; Sonido: Jonathan Salinas, Iván Vega, Pablo Trujillo; Intérpretes: Leonor González, Cindy Pérez; Música: Giusseppe Lorenzoni; Dur.: 15 min.

Sinopsis: La mañana siguiente a la cabalgata de los carnavales de Telde, Arabia y Valeria, aun de fiesta, se dirigen a un after-hour en el barrio de San Francisco. En su camino irán descubriendo que las aventuras de esa noche de locura y ebriedad pueden repercutir en ilógicos sucesos mañaneros, pues apenas recuerdan nada de lo que pasó en la cabalgata, aunque llegarán al meollo del asunto justo a tiempo.

PARA GUSTOS COLORES

Dir.: Georgina Gelos; Prod.: Cel María Ruíz; Fotografía: Daniel Amador; Sonido: Gerardo Bonilla; Intérpretes: Cathy Pulido, Josepote Rodríguez; Música: Nauzet Pérez; Dur.: 10 min.

Sinopsis: Cada persona es un mundo y cada mundo es de un color… Algo tan común como una discusión de pareja puede hacerte ver la vida de otra manera. Lo malo está cuando empiezas a verla en blanco y negro.

LENA

Dir.: Joaquín Rodríguez, José Francisco González; Prod.: Iván Pérez; Fotografía: Airam Martín; Sonido: Gustavo Luna; Intérpretes: Carla León, Jenifer Artiles, Nicolás Barrera, Paco Sancho, Yania Talavera, Lucía Fernández, Pablo Molina; Música: Filiberto Díaz; Dur.: 14 min.

Sinopsis: Lena es una chica que desde pequeña sufre un trauma; tiene miedo al agua. De mayor le ocurre un accidente por el cual se encuentra ingresada en un psiquiatrico.

EL MARRÓN

Dir.: Edray Peña, Diego Velázquez; Prod.: Diana Navarrete; Fotografía: Eduardo Camprubí; Sonido: Alejandro Alonso; Intérpretes: Raquel García, Adriana Cabrera, Romina Vives, Gustavo Mendoza, José Luis Rubio, Airam Santana; Música: Marcos Pulido; Dur.: 14 min.

Sinopsis: Tres prostitutas se disponen a realizar una sesión sadomasoquista con un cliente que no sale del todo como esperaban y se ven envueltas en una trama cargada de acción, intriga y sangre.

DEATH PILLS

Dir.: José Luis Delgado; Prod.: Richard Roukoz; Fotografía: Sara Cruz; Sonido: Lorena Izjzerman; Intérpretes: Selenia Alvarado, Thania Gil, David López, Gianfranco Bermúdez, Cristian López; Música: Jacinto Valido; Dur.: 9 min.

Sinopsis: ¿Hasta donde serías capaz de llegar por los celos? La música, el alcohol y los celos hacen llegar a los protagonistas de una fiesta a hacer cosas que nunca hubieran hecho.

Cinco cortos de jóvenes estudiantes optan a los premios del séptimo taller Cinexprés


 

Este taller que organizo e involucra a estudiantes de audiovisual de tres centros de Canarias cumple siete años superando los bandazos inevitables por desarrollarse en una Comunidad tan frágil en estructuras solventes de promoción y apoyo al sector audiovisual propio. El texto que se reproduce a continuación es la nota de prensa enviada estos días a medios de comunicación. Si quieres conocer los resultados, el miércoles 13 de abril, en el CICCA (Alameda de Colón, LPGC), con entrada libre, a partir de las 18.30 horas proyectaremos  los cinco trabajos y entregaremos los premios.

Con una media de edad de veinte años, sesenta y cinco estudiantes de los tres centros reglados de la provincia de Las Palmas relacionados con el sector audiovisual (el IES Politécnico de Las Palmas, la Escuela de Actores de Canarias y el Conservatorio Superior de Música de Canarias) han participado en la séptima edición del Taller Cinexprés, que comenzó con el curso lectivo; el taller –que estrena en esta edición imagen gráfica- se denominaba antes Exprés.

Esta iniciativa nació hace siete años con la intención de incentivar la creación audiovisual entre los futuros profesionales de Canarias. Son los propios alumnos de los tres centros los que realizan y producen sus propios cortometrajes supervisados por sus profesores y coordinados por un profesional.

De esta forma, Cinexprés introduce a los estudiantes por primera vez en la realidad del sector, pone en conocimiento mutuo a estudiantes de centros diferentes y les permite llevar a cabo una experiencia, para la mayoría la primera de su vida, en condiciones similares a las producciones profesionales. Cinexprés se desarrolla durante el año lectivo. El grueso de sus actividades se lleva a cabo entre enero y abril de cada año.

En esta séptima edición, de los 65 alumnos que han participado, 9 de la Escuela de Actores de Canarias, 5 de ellos del Conservatorio Superior de Música de Canarias y los restantes de las disciplinas de Realización, Producción, Sonido y Fotografía del IES Politécnico Las Palmas.

Cortos del 7º Taller Cinexprés

Los propios estudiantes son los que después de preparar sus guiones, de temática y formato libre, seleccionan los que consideran mejores. Y como el taller sigue el curso lectivo, en enero se suman los actores y actrices de la Escuela de Actores de Canarias y los músicos de la asignatura Música para Medios Audiovisuales del Conservatorio Superior de Música de Canarias. Durante una semana de marzo, los alumnos ruedan los cortometrajes, que se editan durante la semana siguiente a la finalización del rodaje.

En esta edición los cinco cortos participantes son: Para gustos colores (Georgina Gelos, 10 min.); Lena (Joaquín Rodríguez, José Francisco González, 14 min.); Death Pills (José Luis Delgado, 9 min.); Hay que ser maraña de Telde (Arasaho Silva, 15 min.); El marrón (Edray Peña, Diego Velázquez, 14 min.).

Otra de las novedades de la séptima entrega de Cinexprés son los premios. Además de los premios al Mejor Cortometraje, Mejor Banda Sonora y Mejor Interpretación, dotados con 1.000 euros cada uno para nuevos cursos de formación en las respectivas especialidades fuera de Canarias, se han establecido menciones a la Mejor Producción, Mejor Fotografía y Mejor Sonido. A mediados del próximo mes de abril, los cortometrajes serán presentados en el CICCA.

Cinexprés cuenta con el aval de seis ediciones previas en las que han participado cerca de 400 estudiantes y se han producido 30 cortometrajes. Cuenta además con el apoyo de los centros de formación, que ven en la iniciativa un complemento de gran interés a la formación regular de los alumnos.

No hay precedentes ni en Canarias ni en España de un proyecto como éste. Se da la circunstancia de que el corto ganador de la pasada edición, Popcorn, de Óscar Santamaría, ha sido seleccionado para participar en el festival de cine de Sant Joan (Alicante) para competir por los premios de su XI Certamen Nacional de Cortometrajes, que se desarrollará entre los días 9 y 15 de abril próximos.

En 2011 Cinexprés cuenta con el apoyo de las Viceconsejerías de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias; Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; Oficina de la Capitalidad Cultural Las Palmas de Gran Canaria 2016; Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria; Gran Canaria Espacio Digital; CICCA; Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria y Egeda.

Yolanda Barrasa, guionista: “Internet es el catalizador de la revolución del cine”


Hito en la formación audiovisual en Canarias ha sido la llegada del Centro de Estudios de Cine de Canarias (Cecan), que desde 2009 organiza cursos que reciben la titulación oficial de la Escuela de Cine y Televisión de Cuba (EICTV). En julio de 2010, Yolanda Barrasa, guionista, consultora de guiones y profesora de la EICTV, impartió un taller sobre guiones de cortometrajes en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria. Manchega residente en Madrid, soltera a punto de entrar en los 40, Barrasa dejó a los 30 años un puesto fijo en una importante multinacional de la cultura para dedicarse a lo que siempre soñó. Sus cortos han participado en festivales como los de Toronto, Clermont-Ferrand o Cinema Jove. En 2011 verá la luz Tenemos que hablar, largometraje compuesto por siete cortos dirigidos por mujeres europeas y americanas. Será su primera experiencia también como directora. Esta entrevista fue realizada con motivo de la estancia de Yolanda Barrasa en Las Palmas de Gran Canaria.

Hablamos de cine en diez minutos. ¿Qué le pides a una historia que tenga esa duración?

En primer lugar, un buen protagonista, construido íntegramente y con objetivos claros. Es decir que cuando la historia arranque el espectador identifique rápidamente sus características y necesidades. También, que la historia tenga un clímax y, por último, que el final sea imprescindible e impredecible. Si además muestra a un director con un universo propio, estaríamos ante un gran cortometraje.

¿El corto es un paso necesario para afrontar un largometraje?

El corto es la gran escuela y una carta de presentación de cara a la industria. Cuando has pasado por la experiencia de escribir y rodar cortos, empiezas a entender como funciona realmente el guión y cuál es su relación con los demás profesionales necesarios para hacer una película. Por eso haber obtenido esa experiencia es un valor añadido fundamental. Además, con el corto te puedes permitir el lujo de poder rodarlo y –muy importante- también de fallar. No creo que rodar cortos sea imprescindible, pero el bagaje de esas escrituras y esos rodajes te dará cintura para luego moverte en el mundo del largometraje, mucho más exigente. También ocurre que es un formato con sus propios códigos, su propia dramaturgia. Por eso a muchos directores de largometrajes consagrados les cuesta rodar un buen corto.

¿Qué cualidades son imprescindibles para ser un buen guionista?

La primera es disciplina, ser capaz de sentarte a escribir ocho horas. El talento sin eso son ideas en la cabeza, y esto es un oficio. Escribir es reescribir. Sólo en la reescritura se alcanzan versiones buenas. Además, en la escritura te enfrentas contigo mismo. Una cualidad fundamental por eso es tener un universo personal, que te identifique como autor y te posicione. Zambullirte en la vida, tener vivencias y capacidad de mimetización con lo que ocurre a tu alrededor, es lo que te hace tener ese universo personal, que también me parece imprescindible.

¿Internet está haciendo que el mundo del corto pueda tener una mejor salida económica y profesional?

Sin duda. Internet es una ventana de exhibición. Y el usuario demanda algo rápido, directo y climático. Condiciona las ventanas de exhibición, la dramaturgia del propio corto y por supuesto su duración. De hecho, más de veinte minutos hoy ya es mucho tiempo para un corto. Y proliferan cada vez más los certámenes que no admiten más de diez minutos. Internet está cambiando toda la concepción del cine. Es el catalizador de la revolución del cine que está por llegar.

¿Por qué proliferan los libros que enseñan a escribir largos y no cortos?

Para la industria, el corto se ha considerado tradicionalmente como un paso para el largo. El año que viene publicaré editado por la EICTV un libro sobre la dramaturgia del guión de cortometraje. No existen libros de textos así. Ni siquiera profesionales que hayan hecho una investigación acerca del mundo del cortometraje. Por eso este taller tiene tanto éxito. Es paradójico que se estudie guión para largo en las escuelas cuando el trabajo de tesis de fin de carrera es siempre un corto.

¿Cuál es hoy por hoy el cine más interesante que se está rodando?

Está en Latinoamérica. Allí se está haciendo el mejor cine del mundo, aunque Asia es un mercado también interesante que no conozco tanto como el europeo o el americano. Por historia, en Latinoamérica se han formado grandes profesionales que quisieron cambiar el curso de la historia del cine. Allí también hay mucho menos dinero y cuando hay que agudizar el ingenio se hace siempre desde el guión, que resuelve dramáticamente problemas de producción. Eso crea un ruptura en las estructuras clásicas en películas maravillosas, que transgreden como una bofetada los pilares básicos del cine.  Hablo de películas que han llenado salas, como, entre otros muchos otros, la peruana La teta asustada -que debió haber ganado este año el Oscar frente a El secreto de sus ojos-, la chilena Tony Manero o la mejicana Los bastardos.

¿Qué opinión te merece el cine español?

Creo que está siendo interesante en el cortometraje y en las películas pequeñas de cine independiente. La revolución que vive el mundo del guión no afecta tanto a la industria del cine como a las películas independientes, porque son las que te permiten hacer investigación sobre estructuras dramáticas e inventar soluciones nuevas que revitalicen, que oxigenen el cine. Las productoras grandes están condicionadas por el corsé de los modelos que han funcionado en taquilla. Pero la magia del cine es que nada está escrito, que no se sabe cuándo funcionará una película y que los modelos no son garantía de nada. El caso de la argentina El hijo de la novia es paradigmático. Su guionista, Fernando Castets, nunca previó el arrollador éxito que tuvo su historia.

¿Qué ha supuesto para ti la EICTV de Cuba?

Hay un antes y un después cuando uno pasa por allí como docente o alumno. Igual me sucedió a mí. Es un centro donde se vive el cine desde dentro. Es muy importante que los docentes sean siempre cineastas de prestigio en sus respectivas especialidades. No tiene precio tener la posibilidad de compartir un cerveza con Coppola, Spielberg, Costa-Gavras o Lucrecia Martel, por poner cuatro ejemplos destacados y muy opuestos a la vez. Por no hablar de gente menos conocida, como el cubano Eliseo Altunaga, uno de los dramaturgos de cine más importantes que existen en el mundo.  El intercambio con alumnos de los cinco continentes con similares inquietudes te hace entender que todo es posible. Además, la escuela es una gran lección de vida y tolerancia. Aprendes a vivir con mucho menos de lo que pensabas necesario y a darle a las relaciones personales la importancia que merecen.

¿Están los guionistas tan maltratados en la industria como se dice?

No lo creo. La queja sobre ese presunto maltrato suele venir de los que no son profesionales, que por otro lado es lo que realmente falta. Un guión no es una pieza literaria, es parte de la producción de una película. Si no hay película es un montón de papeles sin importancia. Por eso en el proceso de producción el guión puede cambiarse y el guionista debe ser lo suficientemente profesional para saber mantener la distancia y aceptarlo. Otra cosa es la remuneración. Es el último que cobra, la mitad cuando empiezas a escribir, otro tanto cuando se empieza rodar y el total cuando la película se estrena. Como sabemos, hay una alto porcentaje de películas españolas que no se estrenan. Así que puede pasar muchas veces que no cobres lo inicialmente previsto.

Víctor Moreno y el Long Tail


Dos buenas noticias convergen estos días. Por un lado la creación en Filmin del Atlántida Film Fest, autodenominado “primer festival online de películas hispanas”, que se desarrolla hasta el 5 de marzo. Filmin es por ahora la más interesante ventana de cine de autor de pago en español. Y un ejemplo de lo que se ha venido en llamar economía del Long Tail (“larga cola” en español). A saber, a través de un catálogo tan ilimitado como se pueda que despierte el interés entre el mayor número posible de usuarios (la principal virtud de lo virtual es no saber de fronteras) obtener el mayor número posible de clicks, en este caso a través de un coste mínimo por visionado. Larga vida a la larga cola también en el cine. No sólo hace visible lo invisible; en territorios como Canarias nos salva además de la fatal inexistencia de salas comerciales en V.O.

La segunda noticia es que el cineasta canario Víctor Moreno participa en la sección oficial de Atlántida con Holidays (2010), su largo documental sobre turismo rodado en Lanzarote. Es una buena noticia para un cineasta cuyo cine documental es de lo más interesante de los producidos por canarios en los últimos tiempos. No por lo que descubre, que ahí han tenido más que decir trabajos más virtuosos técnicamente o necesarios (Pedro Felipe Acosta, Miguel G. Morales, David Baute, José Ángel Alayón), por hablar sólo de cineastas de la última década. Pero sí por estilo, algo que le ha bastado para alzar su voz también en foros internacionales. Con sus minicortos Fauna humana (2007), Fajas y corsés (2007), de apenas tres minutos, el tinerfeño ha retratado situaciones cotidianas con la cámara como un mueble invisible que asiste a los hechos dejando que sea la propia realidad la que se dé sentido en las mentes de cada espectador. Bajo una apariencia de neutralidad y distancia alimenta, pues, la participación del espectador como en ninguno de los casos de cineastas antes mencionados. Es el caso de su corto más laureado, El extraño (2009), apenas dos minutos cuya capacidad para tejer sentido a partir de la más absoluta simplicidad ha fascinado a muchos. Felices fiestas (2008, 6 min) es la excepción que confirma la regla, su trabajo más cerrado desde el punto de vista del sentido. Quizás por eso, el menos valorado.

De Holidays ya he hablado públicamente. Es la -primera- transposición a largometraje de sus experiencias anteriores. No es ofensivo decir que aburre hasta a las lapas, porque pienso que Moreno -fiel a su estilo- es plenamente consciente de ello. Tampoco el filme aporta vanguardia al tema que trata. Pero ambas cosas no son sinónimo de fracaso en el Long Tail, modelo permeable a todo tipo de exploraciones fílmicas por la enorme masa potencial de usuarios a la que se accede. Por lo pronto ha sabido posicionar a Moreno como documentalista de prestigio mejor que ningún otro cineasta de Canarias. Y es un claro indicio de que dotar de imágenes al espectador para que él mismo diseñe su reflexión sobre lo que enseñan es un valor en alza en el cine actual e Internet.

La foto superior corresponde a la  III edición del festival de Las Palmas de Gran Canaria, en marzo de 2002, segunda mía como director del Foro Canario. Muestra a una parte de los cortometrajistas durante su presentación pública. De izquierda a derecha, Nayra Bethencourt, Luis Adern, yo mismo, Víctor Moreno, Luna Escribano y Aarón Melián.

Se aprobó la Ley


Un cine (español) que debe mirarle a su misma altura al español de a pie.  Sin complejos ni arrogancias. Contar historias que descubran,  no de las que ciegan los ojos deslumbrando. Contra ese cine no se puede competir. Películas que respiren verdad, autenticidad. El futuro de la exhibición se ha abierto paso en la maleza a machetazos, decapitando al más débil.  No están pensadas las gradas de los cineplex para ver El sur, Los santos inocentes o El cant del ocell”.  Ni siquera Volver. El formato de exhibición es ampuloso y sólo admite películas así. El siguiente escalón son los festivales, la televisión y, masivamente, Internet. Ni en salas ampulosas, festivales, televisiones o Internet puede no existir regulación.  Ayer se aprobó una ley que es necesaria aunque sea de forma simbólica. Aunque no funcione. El Estado no puede consentir la indefensión. Ni permitir el cinismo de imponer un modelo de negocio a un sector al que no se pertenece con el argumento de que no hay puertas en Internet. Y al que se acusa de vago y maleante. Claro que hay puertas en Internet. Y ventanas. Y enormes rendijas. Y grietas. Otra cosa es que la distribución gratuita de cine por Internet es casi todo el futuro, como ocurre con la música. Pero nadie debería defender que sea presente ni futuro quien se lucra con el copia, pega y vende de contenidos que no son suyos. Y por los que no ha pagado. El modelo lo tendrá que consensuar el sector teniendo en cuenta la mentalidad que se extiende por el nuevo escenario. Pero sabiendo que la distribución en salas comerciales del cine español en salas es cosa del pasado y que hay una lluvia de meteoritos apuntándole por si se mueve con la agilidad de un dinosaurio. Algunos con una incomprensible voracidad por destruir.