Mañana lunes, 1 de diciembre, explico en el aula de posgrado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) el proyecto #SAVEMOBYDICK, primer proyecto de ruta turística cinematográfica en Gran Canaria. La charla empezará a las 17:30 horas. LA ENTRADA ES LIBRE. La conferencia se enmarca en el Máster en Gestión del Patrimonio Artístico y Arquitectónico, Museos y Mercado del Arte, organizado por la ULPGC y la Universidad de Santiago de Compostela. “Moby Dick”, dirigida por John Huston según un guión suyo y de Ray Bradbury basado en el clásico universal de Herman Melville e interpretada, entre otros, por Gregory Peck, Orson Welles, Richard Basehart, Leo Genn, Frederick von Lebedur, Edric Connor, fue rodada en Navidad de 1954 en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria.

Cartel de»In The Heart Of The Sea», de Ron Howard, basado en la misma historia que inspiró «Moby Dick» y rodado también en las islas Canarias. Su estreno está previsto para 2015.
Si utilizo aquí la imagen del cartel de la película “In The Heart Of The Sea” («En el corazón del mar»), dirigida por Ron Howard y rodada parcialmente en La Gomera y Lanzarote en 2013, y no una de “Moby Dick” es por varias razones:
1) porque como en ese magnífico cartel, el gran cachalote blanco sigue como una descomunal presencia invisible pero latente sobre la ciudad de Las Palmas. La ciudad, en ese cartel, es como si fuera el barco. Las Palmas es una ciudad de mediana dimensión. Moby Dick es un universo.
2) porque la película de Howard que se estrenará el 13 de marzo de 2015 tendrá, si nada lo remedia, acciones para una ruta turística antes que la de John Huston, de la que este año se cumplen 60 años del rodaje. El despropósito que en materia de cine rige en el Ayuntamiento de Las Palmas es, al menos, del tamaño del cachalote gigante albino.
3) el material de “Moby Dick” es tan sumamente precioso que merece preservarse hasta que se encuentre el lugar que merece para exponerse públicamente.
Las Palmas de Gran Canaria no pasará el umbral del siglo XX cuando se reconozca el mayor rodaje de cine realizado en las Islas Canarias en esos cien primeros años de historia del cine. La ciudad no, pero sí el ayuntamiento que la gobierna. No es de recibo tener que lidiar con funcionarios, técnicos y concejales que me han tocado en los últimos diez meses desde que he hecho pública la iniciativa de promover un proyecto en el cual llevo trabajando desde abril de 2013 para conmemorar lo que este año cumplimos, el 60 aniversario del rodaje. Tampoco desde el Cabildo de Gran Canaria se ha emprendido nunca nada.
Descartar tomar el testigo de una inversión que actualmente está en 50.000 euros -ni siquiera tendrían por qué que salir de fondos públicos-, después de una reunión de diez minutos, y comunicarte esa negativa con un email administrativo, que te lo manda alguien con quien como director del proyecto no has tratado nunca para este asunto, que te indica que “lamentamos que debido a la indisponibilidad presupuestaria…. bla bla bla”, es lamentable, impresentable. Eso por lo que toca a que la ciudad ponga en el lugar que merece uno de los acontecimientos sociales y culturales de mayor envergadura que vivió en el siglo XX.
Por no volver a incidir sobre lo que también es: una nueva torpeza que perjudica la imagen pública de la ciudad, la desacredita, y le impide beneficiarse de los beneficios potenciales, económicos y de imagen, en el ámbito de la promoción turística que significaría ligar el nombre de Las Palmas al de Moby Dick, un nombre que se conoce, como pocos, entre personas de todas las edades en prácticamente todo el mundo. Por no hablar, tampoco, de lo que el proyecto serviría para afianzar la ciudad (y la isla, el archipiélago) como lugar de recepción de rodajes en estos tiempos, por un lado, de profunda crisis económica y, por el otro, de puesta en valor de las islas Canarias como destino de filmaciones nacionales e internacionales.
He de decir que el único que ha tenido una actitud positiva hacia el proyecto es el actual alcalde de la ciudad, Juan José Cardona. En el trato y en la respuesta. Solo que también ha sido insuficiente. El alcalde, en su última comunicación conmigo, sigue diciéndome que aunque sabe que el proyecto no se emprende, “no renuncia a él”. Nunca me he entendido bien con los políticos por cosas como esta. Porque, ¿si no renuncia por qué no lo emprende aquí y ahora? ¿O por qué al menos no anuncia públicamente su apoyo? ¿O es que se está comprometiéndose a hacerlo para cuando ya no esté en la alcaldía? ¿Está seguro nuestro actual alcalde de que, infaliblemente, volverá a ser elegido, y lo que está diciendo es que volverá a estudiarlo a ver si lo ve factible en los próximos cuatro años?
Lo más penoso -paradójicamente más emocionante de la antología del disparate de la ciudad en relación al rodaje-, es que siguen saliendo informaciones nuevas, fruto, precisamente, de que desde el ayuntamiento de la ciudad nunca se haya trabajado esta cuestión con un mínimo de profundidad. Sin ir más lejos, este año han aparecido fotos nuevas en tres frentes distintos, hemos conocido interesantísimo detalles nuevos del rodaje y hemos redescubierto la principal pieza del rodaje que queda en la isla.
Lo más triste es que los que trabajaron en el rodaje hace sesenta años, muchos de los cuales ya me han trasladado que apoyan de forma entusiasta el proyecto, están muriendo de forma inexorable sin haber podido ver por sus propios ojos ninguna señal de reconocimiento ni agradecimiento por lo que ocurrió en su ciudad hace 60 años, en lo que ellos tuvieron el privilegio y el orgullo de participar.

Copias de contacto de momentos del rodaje de Moby Dick en Las Palmas de Gran Canaria.
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