Tatiana Hernández, figurinista de «Los amantes pasajeros»: «Pedro Almodóvar es exigente y dialogante. Le gusta arriesgar y que arriesgues.»


Tatiana Hernández

Sobrevuela sobre nuestras cabezas el avión que trae la nueva película de Pedro Almodóvar. Aletean «Los amantes pasajeros». El viernes 8 de marzo se estrena. Y como cada vez que el manchego enseña película desde «Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón» (1980) eso significa acontecimiento. Se dice que es una vuelta a la comedia sin complejos un cuarto de siglo más tarde, después de «Mujeres al borde de un ataque de nervios» (1988). El Deseo, su productora, está siendo cuidadosa con la promoción. Como siempre. Temerosa de Dios, diría yo. La semana pasada, dos textos del director, que nunca ha escatimado en compartir interioridades de rodajes y pensamientos en primera persona (una de las muchas claves de su éxito), aparecían en el diario El País. Aquí los enlazo por si quieres leerlos. En la ceremonia de entrega de los pasados Premios Goya el trío formado por Javier Cámara, Raúl Arévalo y Carlos Areces apuntaban a repetir el numerito del trailer promocional cuando entregaban un premio. Menos mal que solo metieron la puntita.

«En «Los amantes pasajeros» combiné mis diseños con los de David Delfín. El reto era que el vestuario funcionara como conjunto sin agotar al espectador.»

Hace una semana Paco Delgado, vestuarista de Lanzarote con un año rabiosamente triunfador, optaba a los Oscar de Hollywood por «Los miserables» de Tom Hooper. Delgado ya había ganado el Goya por «Blancanieves» de Pablo Berger la semana anterior y se mostró en el atril tímido y elegante. Un modisto modesto. Esta entrevista con la directora de vestuario de Los amantes pasajeros, la tinerfeña Tatiana Hernández, surgió precisamente por el muro de hormigón que Delgado, acaso sabiamente, levantó a su alrededor para protegerse de la voracidad de los medios, que nunca lo habían tenido en cuenta y de pronto, querían saber hasta el número de zapato que calzaba. Queríamos. Sigue leyendo

Comer en el Mercado del Puerto de Las Palmas: primera entrada de 2013 en Viajeros Urbanos de El País


El 2 de enero pasado Viajeros Urbanos de El País me publicaba esta entrega sobre el nuevo Mercado del Puerto de Las Palmas de Gran Canaria. Ojalá se asiente la propuesta, que se inspira en otras llevadas a cabo en grandes ciudades con la diferencia, al decir de sus impulsores, de que en el del Mercado del Puerto conviven realmente puesteros tradicionales y nuevas tascas donde comer. Sigue leyendo

Los originales perritos calientes de #SalinetasHotDog: Nueva entrada en Viajeros Urbanos de El País


 Si algo nos caracteriza a los canarios -al menos a una parte sustancial- es empuje y creatividad frente a las adversidades estructurales a las que, con la excepción del clima y la naturaleza, nos debemos enfrentar día a día.  En una comunidad con un escandaloso 30% de paro desde hace varios años y una economía sumergida que es como la parte que no se ve del iceberg, es decir, con un gobierno regional que se ha demostrado incapaz en los últimos 20 años de hacer frente a los verdaderos problemas de los ciudadanos (el primero de ellos, su penoso sistema electoral), iniciativas como la de Los Perritos de Salinetas, que ya es la marca #SalinetasHotDog, son para quitarse el sombrero. Sigue leyendo

Casa rural El Patio de Agaete, nueva entrada en Viajeros Urbanos


Viajeros Urbanos, la extensión en Internet del suplemento El Viajero de El País, me publica hoy con el título En lo más recóndito de Gran Canaria un artículo sobre una preciosa casa rural -con piscina- ubicada en un lugar fantástico, El Risco de Agaete, a mitad de camino entre Agaete y La Aldea de San Nicolás.

Muchas cosas son recomendables de la casa (para eso mejor leer el artículo picando aquí) pero lo recóndito y hermoso del paraje, la ausencia de redes avanzadas de telecomunicaciones -que obliga sí o sí a desconectar de redes sociales- y la presencia muy cercana de un lugar tan insólito como el Charco Azul, donde en época de lluvias es posible bañarse bajo las cascadas que bajan vertiginosas desde el pinar de Tamadaba, a 1.500 metros de altura, son quizás sus principales puntos fuertes.

Para acceder a la publicación en El País pica aquí.

Finalmente, el texto publicado no incluyó este primer párrafo que pretendía sumergir al lector en el lugar en una atmósfera onírica y romántica. Sigue leyendo

Nueva entrada en Viajeros Urbanos: hotel rural Las Calas, dormir en Gran Canaria como si fuera el paraíso / Gran Canaria Walking Festival


En julio, coincidiendo con el homenaje al productor de cine Andrés Santana que organizamos con la Asociación de Vecinos Barranco de la Mina, un grupo de siete amigos recalamos un fin de semana en el hotel rural Las Calas (La Lechuza, San Mateo). Esta nueva entrada en Viajeros Urbanos de El Viajero de El País da cuenta de la experiencia. Puedes acceder a ella clickando justamente aquí.

Acompaño este post con dos fotografías, una mía del «arbol de luz» que describo en el texto y otra de una perspectiva de la casona entre hortensias, ésta cedida por el establemiento de Magüi Carratalá al cuidado de Marilyn, la gobernanta filipina que te atenderá custodiada por las perritas Pinta y Frida. Sigue leyendo

Nueva entrada en Viajeros Urbanos: Roof Terrace by Hotel Cantur


Recién salida del horno está esta entrada que me acaban de publicar en Viajeros Urbanos, la extensión en Internet del suplemento El Viajero de El País. Aquí tienen el link, por si antes no lo enlazaron. La terraza Roof Terrace by Hotel Cantur es la primera en lo alto de un hotel de la ciudad en Las Palmas, tendencia más que ‘cool’ en muchas grandes ciudades en época estival. Sigue leyendo

Nace Viajeros Urbanos: El Viajero de El País emprende la conquista de Internet


Una colaboración sobre el restaurante peruano Segundo Muelle (texto y foto) y una guía de la ciudad de Las Palmas son mis primeras dos aportaciones a Viajeros Urbanos, la expansión del suplemento El Viajero de El País en el universo puntocom. Espero que gusten. Unos 80 periodistas colaboramos desde distintas urbes del mundo para ir informando de cuantas novedades se produzcan en el radio de acción correspondiente en forma de pildoritas informativas más breves de la habitual colaboración para el diario de papel. En mi caso, Gran Canaria y especialmente, su capital, Las Palmas de Gran Canaria. Sigue leyendo

Bueno, pintoresco, barato: comer bien en Gran Canaria y a muy buen precio


Recientemente realicé una serie de incursiones por diversos lugares de comer en Gran Canaria con el objetivo de chequear, in situ, si podían recomendarse en un artículo para El Viajero de El País. La condición primera era que se comiera bien o muy bien; la segunda, que el precio medio no superara los veinte euros por persona; la tercera, que estuvieran repartidos sobre la geografía de la isla; la última, que tuvieran un carácter novedoso o pintoresco que los distinguiera.

No fue un mal encargo. Del reportaje, que finalmente hoy publica el suplemento El Viajero de El País con el título La cocina de Aída y otros secretos -precedida por una llamada en portada que me encanta, Gran Canaria, de rechupete-, tuve, como siempre, que realizar una edición adecuada al espacio con que finalmente contaba. Ahí cayeron las únicas recomendaciones que no pasaron el corte final, y que en cambio por justicia sí añado aquí a modo de extra:

Si de camino el estómago no da para más, tomando hacia el interior de la isla al llegar al cruce de Melenara (Telde), en la cafetería Yazmina (Maestro Nacional 44, 928 698268) ofrecen la más sabrosa variedad de bocadillos de pata de cerdo asada de la isla. Un stop inevitable para muchos en el camino de paso a las playas del sur. En el mismo cruce pero en dirección a la costa, Los Perritos (Americo Vespucio, 37, Las Salinetas, Telde), presenta una selección creativa de 14 tipos de sabrosos hot dogs donde destaca el Connie Island, una base de mostaza dulce combinada con carne estilo Tex Mex, virutas de queso Cheddar y Edam gratinadas con soplete y un toque de salsa barbacoa.

Todo lo demás sí está en el artículo. Acompaño esta entrada con una foto especial, una imagen trucada de la característica lona de Casa Lolo, en el valle de Agaete, tomada desde dentro del local mientras comía. La orografía y frondosidad de este valle del noroeste de la isla me recuerda a los escenarios de la trilogía jurásica de Spielberg. La imaginación me llevó a pensar en estar comiendo bajo la amenaza de un tiranosaurio que rondaba el local, quizás con la intención también de comer bien y barato. También por eso entre los títulos posibles que propuse estaba este que me gustaba especialmente: Casa Lolo en el valle de los dinosaurios. Al principio de esta entrada, la página tal como sale hoy publicada en la (bendita) edición de papel de El País. junto a la portada de El Viajero y del periódico.

Gran Canaria y Tenerife, un «simpa» en 72 horas


«Hacer un simpa» quiere decir normalmente marcharse de un restaurante sin pagar. Pero también podría ser hacer un viaje sin parar. Hoy, el suplemento El Viajero del El País publica un «simpa» de los de la segunda categoría. Uno muy especial: el que durante tres días con sus dos noches realicé con el periodista Manuel Cuéllar del Río por las islas de Tenerife y Gran Canaria. No contamos los kilómetros realizados a bordo del Volkswagen Passat azul cielo diesel prestado de mi padre, pero fueron muchos desde la salida antes del amanecer en Las Palmas y la primera parada esa misma noche a casi tres mil metros de altura en el parador de Las Cañadas después de saciarnos con un inolvidable campo de estrellas bajo unas tempraturas gélidas. Una visita en Tenerife a los dos principales parques temáticos de Canarias, entre los mejores también de Europa sin permiso de Eurodisney, y la vuelta a Gran Canaria hasta las dunas de Maspalomas con escala en la casa museo Pérez Galdós. Tres días consumidos a ritmo frenético con nuestras parejas para saludar el nuevo año que estaba a punto de llegar. Pongo también los enlaces a las cinco entrevistas que acompañaron el texto: al cineasta Juan Carlos Fresnadillo, a la directora de la casa-museo Benito Pérez Galdós Rosa María Quintana, a la nadadora Paola Tirados, al cineasta Mateo Gil y al empresario Wolfgang Kiessling.

Gracias a Marta DSA por los trabajos de aguante y producción. Y por el apoyo y facilidades sin par a -por orden alfabético- Andrés F-R, Andrés S, Belinda S, Daniel R, Elena S, Fernando P, Javier P, Juan P, Juan Carlos F, Mamen G, Mateo G, Patricia D, Pedro C, Rosa María Q, Wolfgang K, Yolanda A y Yolanda R. Todo el que se vea retratado en esta lista de nombres sabe que me siento en deuda con ellos. A todos les invitaría con gusto ya mismo a cenar, aunque sean las ocho de la mañana. A algunos les debo mucho más que eso.

Por si no lo viste antes, aquí dejo nuevamente el enlace para acceder directamente al texto. ¡Espero que guste!

En la primera imagen, madrugada del 28 de diciembre en Las Cañadas del Teide. El collage de imágenes lo forman 60 fotografías también mías tomadas durante el viaje.

Steven Spielberg / Óliver Laxe; «Tintín: El secreto del Unicornio» / «Todos vosotros sois capitanes»; atardecer / amanecer


Ojalá, uno a uno, todos los Gobiernos pongan herramientas para hacer cumplir la frase del ‘underground’ Jonas Mekas. También en Canarias, donde el Plan Audiovisual ha relegado a la Filmoteca Canaria a un segundo escalón que no merece.

No es solo apabullante el calificativo que merece un filme como Tintín: El secreto del Unicornio (The Adventures of Tintin, Steven Spielberg, 2011), último que dirige el Rey Midas de Hollywood, en este caso caso asociado con otro de los gordos más gordos del cine mundial desde El señor de los anillos (Lord of The Rings, 2001) , el neozelandés Peter Jackson. Tampoco vertiginoso sería el único calificativo. Ni brillante, o carísimo. Se podría formular así: Tintín: El secreto del Unicornio es un apabullante, vertiginoso y brillantísimo filme de Steven Spielberg que ha costado, salta a la vista, un ojo de la cara. Es, en cualquier caso, lo que un maketingnócrata redicho llamarían un must del cine de 2011. Un filme que hay que ver, en salas y, si es posible, en 3D. Así conoceremos de primera mano qué es lo último que ofrece hoy en día la tecnología aplicada a la creación de imágenes en movimiento, que no es poco conocer para quien disfrute viendo cine. Y de paso también asistiremos a uno de los mejores filmes de Spielberg desde que en 1975 tocara su techo -aún insuperado- con Tiburón (Jaws). Y desde E.T., como él mismo ha dicho -confío en que no es para la galería-, el filme con el que ha disfrutado más el de Cincinnati.

La dirección de arte de Tintín: El secreto del Unicornio, basada fielmente en el original de Hergé, deja el mismo sabor excelso que degustar un polvito uruguayo en El Novillo Precoz, el restaurante de la calle Portugal que creó el postre más pirateado en los últimos años de Gran Canaria. La animación por ordenador y el uso 3-D es especialmente brillante en la reproducción del agua y el mar, antes tan dificultosa. El filme tiene momentos de gran fuerza icónica. La lluvia de monedas sobre el agua en alta mar tras la explosión del Unicornio es uno de ellos. También la rotura del vidrio de la tercera maqueta por mor del imposible agudo de la Castafiore. Toda esa secuencia en la ciudad costera marroquí es un placer para los sentidos. Lo mismo que la persecucion al final de la misma, el momento del filme que deja al espectador (y al propio Tintín) más con la lengua fuera de todos sus 107 minutos de metraje.

La dirección de arte de Tintín: El secreto del Unicornio, deja el mismo sabor que degustar un polvito uruguayo en El Novillo Precoz de la calle Portugal, el restaurante que creó el postre más copiado en los últimos años de Gran Canaria: excelso.

Quizás esto sea lo único discutible del Tintín de Spielberg: que desde el encuentro del reportero con el capitán Haddock -o sea, a los veinte minutos de empezar- hasta el final sea una sucesión imparable y creciente de secuencias sin freno, un corre corre asfixiante e imparable que parece querer competir cuerpo a cuerpo con filmes recientes de similar run run, como Cars 2 (John Lasseter, 2011). ¿De qué sirve esa competición delirante por ser el más veloz de la clase? ¿Adónde llevará si precisamente lo que hace de Tiburón su mejor película es esa calmada secuencia nocturna previa a la caza final donde el excéntrico Quint (Robert Shaw) cuenta al sheriff Martin Brody (Roy Sheider) terribles experiencias sufridas en la guerra de Corea sentado alrededor de la mesa en la cabina del barco? Es ese punto de inflexión psicológica del excéntrico personaje al que le faltan menos de doce horas para ser salvajemente devorado desde los pies hasta el tronco por el monstruo lo que da aire a la narración y grandeza al filme. Lo que lo hace, además, imperecedero

Finalmente, los guiños en Tintín hacia el propio cine del director y productor son varios: Tiburón sin ir mas lejos y La guerra de los mundos (War of the worlds, 2005) son los más notorios. Más importante, sin embargo, es su fidelidad al espíritu de la obra de Hergé. Nadie dudaria en afirmar que este es el mejor Tintín adaptado al cine. Da gusto -produce sorpresa también- comprobar que el brutal alcoholismo del capitan Hadock se muestra sin tapujos y en positivo (como era en Hergé), sin filtros «para el publico familiar» que hubieran sido tan previsibles en Spielberg. Hadock, todo chispa y corazón, como en los comics originales es el reverso caliente al cerebral Tintín, inteligente y aburrido.

No podía terminar esta referencia sin mencionar el magnífico texto de Manuel Mora Lourido publicado en Canarias 7 que documenta el paso del periodista por Canarias en la primera edición de Tintín en el Congo, aunque -como explica el propio articulista- en la siguiente edición Hergé quitara la referencia al tener que reducir el número de páginas de la misma. Tintín pasó en sus aventuras por Canarias, y Canarias fue el único lugar de España presente en sus viñetas.

Cierto es que el filme de Spielberg representa lo mejor de un cine comercial para pantallas comerciales, mientras que el de Laxe representa un cine para minorías que deberá ser exhibido, lógicamente, en pantallas minoritarias, certámenes o festivales públicos (pagamos todos), y mostrado en esa enorme ventana de exhibición para este tipo de filmes menos comerciales que es Internet. Si alguien espera una valoración sobre lo que es mejor o peor, no obtendrá respuesta.

No nos deja el calor en Las Palmas hasta finales de octubre, cuando por fin comienzo a sentir frescor matutino en los viajes a eso de las siete a la fábrica de cristal de donde mes a mes saco para comer. En la muestra Ibértigo tuve la ocasión de ver una de las películas que perseguía desde que saltó en el pasado festival de Cannes por su premio Fipresci (el de ¡ay! los críticos) en la prestigiosa sección Quincena de Realizadores. Todos vosotros sois capitanes (Todos vós sodes capitáns), del gallego afincado en París Óliver Laxe, narra el intento del director de realizar en Tánger (Marruecos) una película usando chicos de una asociación de apoyo a jóvenes problemáticos para la que trabaja. Y es un bonito filme, casi íntegramente en blanco y negro, que a su vez reflexiona sobre el mismo sér -con acento por el sentido de plenitud césarvallejiano– del cine. Una reflexión que, cabe recordar para los que profesan una especie de devoción mística por este tipo de acercamientos, es tan vieja como el propio cine.

Más importante, el filme de Laxe, hablado en francés, árabe y español, es además un acercamiento honesto y modesto a los chicos desarraigados de retrata. No en vano, hace el filme que ellos quieren sin oponer resistencia, como si el propio cambio de rumbo de la idea inicial -forzada en realidad por profesores celosos-, formara parte de su premisa a la hora de abordarlo: hacer lo que se pueda, dejarse llevar. Así el director, que como profesor al inicio del filme riñe a sus alumnos por «mirar a la cámara», o lo que es lo mismo, romper la apariencia de neutralidad del sujeto que filma la película, base elemental de la narrativa clásica, al final rueda una especie de documental donde también tiene cabida la excursión de los chicos por montañas y riachuelos. Filma la naturaleza, que es lo que ellos quieren.

Más allá, una lectura profunda del filme nos habla de la necesidad de filmar, algo que lo acerca a una de las ideas del cineasta ‘underground’ Jonas Mekas expresadas estos días en El País durante su visita a España. No la principal expresada en la entrevista, que fue esta: «Dígalo, escríbalo. Todos los gobiernos tienen la obligación de salvaguardar esa memoria, la que está en todas las películas, de todos los tipos», fue la frase de Mekas a la periodista. Ojalá, uno a uno, todos los Gobiernos pongan herramientas para hacerla cumplir. También en Canarias, donde el ampuloso Plan Audiovisual ha relegado a la Filmoteca Canaria a un segundo escalón que no merece.

Finalmente, ¿pueden unirse filmes tan dispares como Tintín. El secreto del Unicornio y Todos vós sodes capitáns en una misma crítica? ¿Significa el primero una nueva muestra del ocaso del cine como pregonan críticos afrancesados de aquí, allá y maracuyá? ¿Significa el largo de Laxe el orto del cine del provenir, como algunos pesados de la versión española del Cahiers de Cinéma se afanan por pregonar? ¿Es Spielberg un monstruo que logra sus objetivos comerciales apoyado en una insultante campaña comercial que tiene como objetivo comer los tarros del sufrido personal, indefenso y en paro si forma parte de los 5.000.000 de récord anunciados en España el viernes 28 de octubre? ¿Es Laxe un ángel, un nuevo Che Guevara del cine como inspira su look, si interpretamos al Che como el hombre sin mácula que cayó en la selva boliviana para mejorarnos a todos como personas y el sistema en que vivimos?

Permítanme que ponga todas estas afirmaciones en duda. Cierto es que uno representa lo mejor de un cine comercial para pantallas comerciales, mientras que el otro representa un cine para minorías que deberá ser exhibido, lógicamente, en pantallas minoritarias, certámenes o festivales públicos (pagamos todos), y mostrado en esa enorme ventana de exhibición para este tipo de filmes menos comerciales que es Internet. Si alguien espera una valoración sobre lo que es mejor o peor, no obtendrá respuesta. Uno, el de Laxe, lo verán cientos de personas, miles con el paso de los años; y el otro, el de Spielberg, millones, decenas de millones con el paso de los meses. Si alguien quiere restar méritos a una u otra forma de remediar esa pulsión por hacer cine de la que hablaba Mekas es que no sabe de lo que está hablando.

Índice de fotos:

1) Tintín y Milú huyen del cartel de la película de Laxe.

2) Imagen del cartel de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975)

3) Imagen promocional de Tintín: El secreto del Unicornio.

4) Viñeta alusiva a Canarias en la primera edición de Tintín en el Congo.

5) Collage de cuatro fotos promocionales de Todos vosotros sois capitanes sobre la imagen de Óliver Laxe en la misma película.

6) Tintín y Milú corren hacia el cartel de la película de Laxe. 

Isla de El Hierro: Raya de viento, agua y luz


«Raya de viento, agua y luz» fue mi propuesta de título, pero «La isla del tesoro renovable» fue el que eligieron finalmente mis compañeros de Endesa en Madrid para este reportaje que publiqué en el pasado mes de enero en el primer número de la nueva revista «Actualidad Endesa», y del cual se ofrece solo el texto principal, ya que también incluía una pequeña entrevista al director general de Endesa en Canarias y un despiece sobre el origen del proyecto El Hierro 100% Renovables. «Actualidad Endesa» es una publicación interna que llega, uno a uno, a los domicilios de los 25.000 empleados en Endesa en España y Latinoamérica.

El trabajo ocupaba las últimas seis páginas de ese primer número.  Fue destacado en portada. Para mí, suponía la oportunidad de volver a declararle el amor a una isla, El Hierro, que conocí de forma privilegiada en 1996 durante el rodaje de «La raya», cortometraje de Andrés M. Koppel y La Mirada que fue uno de los hitos cinematográficos del cine de Canarias de la década de los noventa. En los últimos siete años, mis colaboraciones con el suplemento El Viajero de El País me han permitido seguir profundizando en su conocimiento.

La preciosa isla de El Hierro está estas semanas de enhorabuena, bajo la amenaza de erupciones volcánicas a muy pocos kilómetros de su costa. Hoy un periódico local titula: «El magma sitia La Restinga y no se descarta erupción terrestre». Y de pronto parece que algo maravilloso puede ocurrir. Crucemos los dedos para que lo que tenga que pasar tampoco afecte a la construcción de la central hidroeólica, de cuyos detalles habla este texto. Las 10 imágenes que acompañan esta entrada son todas fotografías propias -menos la ortofoto del proyecto El Hierro 100% Renovable y la portada de la revista-. Se realizaron durante viajes a la isla entre 2005 y 2010. Al final se ofrece un índice de las mismas.

Existe una isla atlántica cercana a las costas del Sáhara que tiene forma de corazón y hasta el descubrimiento de América era el punto más occidental del mundo conocido. Es pequeña –mide lo que el barrio neoyorkino de Brooklyn- y el color como oxidado de sus montañas le dio su nombre. Ferro, en latín. Hierro.  Su origen está en la erupción de volcanes submarinos hace millones de años. El mismo principio que el resto del archipiélago al que pertenece, las islas Canarias. Por eso su costa es un sinfín de rocas cortantes de formas caprichosas. Así quedaron congeladas tras el furioso encuentro del fuego con la tierra, el mar y el aire.

Tres son los municipios de la isla de tonos rojizos. 10.700 sus habitantes. Al noreste, Valverde es la capital. Al sur, El Pinar es centro de buceo internacional por la particular belleza de sus fondos submarinos surcados por meros, barracudas y mantas diablo. La Frontera, al oeste, depara la visión más impactante. Un enorme cráter semicircular con viñedos y sol todo el año coronado por los grandes roques de Salmor, antigua guarida de lagartos gigantes.  Y en la cumbre, fosforescentes trigales dan paso sin tregua a un denso mar de nubes que esconde el bosque de laurisilva, originario de la era Terciaria. Es un humedal vibrante de helechos, hongos, musgos, plantas trepadoras y líquenes donde conviven una extensa variedad de insectos, lagartos, lagartijas, mirlos, gavilanes, lechuzas y murciélagos. Como pasear por el bosque encantado de un cuento infantil.

El Hierro, la más pequeña y occidental de las Canarias, fue el límite del mundo conocido desde el siglo II de nuestra era hasta el Descubrimiento. Al otro lado, sólo tinieblas y zozobra. Y durante 250 años, desde 1634 hasta 1884, depositaria del Meridiano Cero, “la raya” para los lugareños, la separación entre este y oeste en las representaciones cartográficas, que cruzaba el punto más occidental de la isla, Orchilla. Pero El Hierro perdió a finales del siglo XIX su “raya” por el poderío naval y económico británico, que la trasladó a Greenwich, norte de Londres, donde aún permanece. Con el Meridiano Cero El Hierro estaba en mapas y cartas de navegación de barcos de todo el mundo durante los siglos en que éstos eran el medio de transporte más avanzado del Planeta. Gracias al proyecto El Hierro 100% Renovable, la isla volverá a ser un referente mundial. La raya imaginaria que muchos herreños creían ver en el mar será ahora una raya energética sostenible compuesta por viento, agua y luz.

La fuerza del mismo viento que llevó a Cristóbal Colón a América -el viento alisio, que sopla durante todo el año en Canarias de norte a oeste-, será la que mueva las palas de los aerogeneradores cuya energía bombeará agua desde un embalse inferior a otro superior, ambos de nueva construcción. Los millones de litros de agua cayendo en un salto de 682 metros de altura harán girar los álabes de las turbinas de una central hidroeléctrica, que producirá la energía necesaria para abastecer la isla en su totalidad. La central diesel de Endesa, Llanos Blancos, inaugurada en 1970, se mantendrá como garantía de seguridad del suministro energético.

«El Hierro puede ser 120% renovable porque este modelo será exportado a islas mayores, en un camino inverso al que sucedió en el pasado: la vanguardia y el progreso, por primera vez, vendrán de una isla pequeña y lejana.»

Por su pequeñez y lejanía, El Hierro es tierra de emigrantes y desterrados. También lugar de forja de gigantes del deporte vernáculo, la lucha canaria. Es el caso de Francis Pérez («el pollito de La Frontera», cuyas asombrosas medidas (un atleta de 1,96 metros de alto y 150 kilos de peso) lo convirtieron en fotaleza inexpugnable durante diez años consecutivos. De Sabinosa, que son cuatro casas aisladas colgando de los riscos del golfo de Frontera, es Valentina, legendaria figura del folclore canario, cuyo runrún monótono y descuidado transmitía como nadie autenticidad y misterio.


En El Hierro los habitantes han aprendido a superar los obstáculos con las armas de la propia naturaleza. Un lugar naturalmente sostenible, siglos antes de que este concepto diera valor a una forma de enfrentar la vida y afrontar proyectos. Un ejemplo lo tenemos en el árbol del garoé, sagrado para el pueblo bimbache, los indígenas herreños hasta la conquista castellana en el siglo XV. El garoé era un árbol grande y frondoso de la familia de los tilos situado en la zona alta de la isla, donde es frecuente el fenómeno denominado lluvia horizontal. Por su frondosidad y la textura de sus hojas el árbol conservaba agua todo el año. Su goteo permanente lo recogían los aborígenes en un sistema de oquedades excavado a sus pies. La leyenda cuenta que un huracán destrozó el árbol en 1610. En 1957 se colocó un til en el emplazamiento original y en 2004 la arquitecta María Reyes Febles rehabilitó la zona con un acceso de caminos de piedra y barandales de madera. Febles, herreña afincada en Las Palmas de Gran Canaria, es también autora del nuevo auditorio de la isla, en fase de construcción. Para la joven arquitecta «El Hierro lleva muchos años planificando una estrategia global que permita a sus habitantes vivir del territorio sin sobreexplotarlo, encontrando el equilibrio con el medio. El Hierro puede ser 120% renovable porque este modelo será exportado a islas mayores, en un camino inverso al que sucedió en el pasado: la vanguardia y el progreso, por primera vez, vendrán de una isla pequeña y lejana.»

Para Tomás Padrón, jubilado de Endesa, ex delegado de la empresa en la isla y presidente del Cabildo herreño [n.d.autor: lo fue hasta las pasadas elecciones del 22 de mayo de 2011, donde renunció a presentarse] , máxima institución insular, El Hierro 100% Renovable es “ya una realidad que marcará un antes y un después en la historia de la isla. Un hito trascendental para El Hierro y Canarias en su conjunto”. Padrón, menudo, mirada clara y gesto amable, recuerda a la eurocomisaria Loyola de Palacio como gran valedora para el impulso final del proyecto. “En Unelco [antigua filial de Endesa en las islas] nació la idea cuando no existían los intrumentos para sacarla adelante. Años después el Cabildo tomó el testigo y esa visita a Bruselas en 2002 con el presidente del Gobierno canario, Adán Martín, lo resucitó.” El proyecto está en una espiral creciente de repercusión mundial. Las visitas para conocerlo se suceden. Los Reyes de España y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ambos en 2006, y el eurocomisario de Energía Andris Piebalgs, en septiembre de 2009, se han contado entre los visitantes más ilustres. También ha atraído la atención de ingenieros y expertos en renovables. Se calcula que unas 1.000 islas en el mundo podrían albergar instalaciones similares. La expectación generada crece exponencialmente en medios de comunicación internacionales.

“Gorona de viento” se llama en El Hierro a los muros de piedra de forma semicircular que los ganaderos construyen para proteger a los rebaños del viento. Y Gorona del Viento, S.A., compuesta por el Cabildo de El Hierro (60%); Endesa (30%) y Gobierno de Canarias (10%) es la empresa encargada de gestionar este proyecto de 64,7 millones de euros de inversión, 35 de los cuales aportados por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) del Gobierno español. “Seremos un laboratorio experimental”, afirma Tomás Padrón, para quien la idea de El Hierro como isla sostenible se amplía a otros campos como la enseñanza -se ha creado un módulo de Formación Profesional en energías renovables que quiere ser referencia en el Archipiélago- y el turismo científico, una alternativa inteligente para un sector que debe diversificarse para sobrevivir. Y compatible con su punto fuerte tradicional, la tranquilidad, que en lugares de soledad absoluta como a los pies del faro del Orchilla llega a conmocionar.

De las siete islas Canarias El Hierro es la mejor que ha sabido contener la dimesión de su planta hotelera. Además de su red de casas rurales, el Parador de Turismo (en Las Playas, Valverde) es el principal lugar de alojamiento. En La Frontera se encuentra también el hotel Punta Grande, que durante años fue récord Guinness por ser el más pequeño del mundo. Destacan para el baño sus piscinas naturales y para los paseos su red de senderos, especialmente bellos en los prados comunales de La Dehesa. Con una planta ganadera (caballos, vacas y ovejas) que destaca por su densidad y belleza respecto al resto de las islas, en agricultura la isla se ha especializado en los últimos años en el cultivo de la piña tropical. En 2000, la isla fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.

El proyecto en detalle

El objetivo del proyecto El Hierro 100% Renovable es el «diseño, desarrollo, construcción y puesta en servicio» de un sistema hidroeólico capaz de cubrir la demanda eléctrica en la isla (cuya punta máxima anual es 8 MW) convirtiendo esta isla en un territorio autoabastecido solamente por energías renovables. Ese es el objetivo final, porque la realidad tecnológica impone, según técnicos de Endesa, que en las primeras fases de implantación la energía renovable ocupe una cuota de entre el 50% y el 80% del total. El sistema estará compuesto por dos depósitos de agua, un parque eólico, una central hidroeléctrica, una central de bombeo y la central de motores diesel ya existente. El depósito de agua superior tendrá la dimensión de 5,6 campos de fútbol con la altura de un edificio de tres plantas. El otro, construido a pie de mar, ocuparía 2,3 campos de fútbol sobre un edificio de dos plantas. El parque eólico, de cinco aerogeneradores, tendrá 11,5 MW de potencia instalada. La central hidroeléctrica, con cuatro turbinas Pelton, sumará 11,3 MW. La central de bombeo 6 MW. La potencia instalada de la central de Llanos Blancos es de 12,7 MW. El cálculo de las conducciones de agua se ha estimado en base a la demanda prevista para 2030.

El Hierro 100% Renovable conseguirá transformar una fuente de energía intermitente en un suministro controlado y constante de electricidad, maximizando el aprovechamiento de energía eólica y facilitando su integración en el sistema. La mayor parte de la energía vertida a la red de distribución de la isla provendrá de la central hidroeléctrica. La energía eólica generada alimentará el sistema de bombeo. Su excedente se usará para la impulsión de agua a la red de abasto desde las dos plantas desaladoras que tiene la isla a nivel del mar. El ahorro anual calculado es de 18.700 toneladas de emisiones de CO2. Y 1,8 millones de euros por los 40.000 barriles de petróleo que dejarán de comprarse.

Índice de fotos:

1) Amanecer en Las Playas. Fotografía tomada desde una habitación del Parador de El Hierro.

2) El padre del fotógrafo frente a uno de los puentes de lava de la costa norte de la isla (i). La ladera del Julán desde la cala de Tacorón.

3) El bosque de Laurisilva en la cumbre de la isla.

4) Atardecer desde el sabinar de La Dehesa.

5) Prados comunales de La Dehesa (i). Los padres del fotógrafo posan en el Mirador de la Peña, con el golfo de La Frontera de fondo.

6) Verol en primer témino, en el mirador de Bascos (i). Dos viejos viendo pasar la vida en el pueblo de Tigaday (La Frontera).

7) Portón en el Sabinar.

7) Atardecer en La Frontera. El hotel Punta Grande en primer término. Al fondo, los roques de Salmor.

8) Ortofoto con gráfico explicativo del proyecto El Hierro 100% Renovables.

9) Portada del primer número de la nueva revista Actualidad Endesa.